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lunes, 5 de marzo de 2012

Pan Comido (Piece of Cake)

Pan Comido (1988)

La historia comienza en Septiembre de 1939, tras el estallido de la II GM. Mientras el escuadrón de cazas “Hornet” de la RAF se prepara para afrontar los inminentes combates contra la Luftwaffe, su comandante, el oficial Ramsey sufre un accidente que le incapacita para desempeñar sus funciones, siendo sustituido por el lider de escuadrón Rex, un oficial dispuesto a elevar la moral de sus hombres proporcionándoles todo tipo de comodidades a cambio de que los pilotos de su escuadrón mantengan una estricta disciplina. Cuando el escuadrón es enviado a Francia a combatir, pronto surgirán roces entre los miembros de la unidad en especial por causa de la actitud díscola del arrogante y temerario Moggy Cattermole, el as de la unidad, y del norteamericano Chris Hart, un veterano de la Guerra Civil Española, cuya forma de entender el pilotaje chocará frontalmente con las tácticas impuestas por el jefe de escuadrón.

Pan Comido fue una serie de televisión producida por la emisora británica LWT, que constaba de 6 episodios de unos 50 minutos de duración, con guiones basados en la novela de Derek Robinson titulada “Piece of Cake”. Dicha novela abarcaba la historia de los pilotos enrolados en el ficticio Escuadrón Hornet de la RAF, desde el inicio de la II GM hasta el momento decisivo de la Batalla de Inglaterra, en Septiembre de 1940. Pese a tratarse de un producto para la televisión, la producción contó con un generoso presupuesto de 5 millones de Libras, lo que permitió que el aspecto de la recreación histórica fuera bastante bueno. Para el rodaje de las escenas aéreas se usaron auténticos aviones Spitfire de la RAF (si bien no eran del tipo Mk. I que correspondería a la época de ambientación la serie), tres Me-109 “buchones” que el ejército español había vendido a una productora británica a finales de los 60 para el rodaje de “La Batalla de Inglaterra” e incluso un bombardero He-111. También se aprovecharon imágenes sacadas de “La Batalla de Inglaterra” para recrear los combates aéreos masivos del verano de 1940. Los efectos visuales, pese a su elaboración artesanal (aun no se habían generalizado las animaciones por ordenador) resultan bastante solventes, por lo que en general el aspecto técnico de la serie resulta más que digno.

En el apartado narrativo, la serie también se deja ver con interés ya que abarca un periodo de tiempo relativamente reducido (justamente un año) lo cual permite que las tramas profundicen en los hechos militares y los personajes. De este modo, el espectador asiste al entrenamiento del escuadrón, y a la llegada de sus pilotos, pasando por las jornadas de calma de sus primeros meses en Francia, hasta el momento cumbre de la Batalla de Inglaterra. Una evolución que también deja atisbar la rigidez de las tácticas usadas por la RAF en la primera fase del conflicto, el clasismo existente en la fuerza aerea y el carácter individualista de muchos de los pilotos en los primeros meses del conflicto. Todo ello hace que el desarrollo de las tramas resulte bastante agil y entretenido para el espectador. También el apartado interpretativo resulta más que correcto ya que los actores principales, pese a no ser estrellas de renombre, cumplen muy dignamente en sus respectivos papeles.

En definitiva “Pan Comido” es una muy interesante serie que a buen seguro agradara a los aficionados al género aéreo, y sin duda se trata de una producción televisiva de calidad, que presenta la buena factura formal y narrativa típica de las producciones hechas para la pequeña pantalla británica. Recomendable.

Calificación: 6,5/10

martes, 13 de diciembre de 2011

La Batalla de Moscú (Bitva za Moskvu)

La batalla de Moscú (1985)

La historia comienza a finales de 1940. Tras la derrota de Francia, Hitler ordena a sus generales preparar la Operación Barbarroja, la invasión de la URSS por los ejércitos alemanes. En Moscú, Stalin prepara junto al Alto Mando los planes de defensa, a la vez que procura no provocar a los alemanes, pese a los repetidos avisos de los espías sovieticos Ilse Stobe y Richard Sorge de que el ataque es inminente. Para dirigir la defensa, Stalin asciende a uno de sus mas prometedores generales Georgy Zhukov (Mikhail Ulyanov), al cargo de jefe de Estado Mayor General del Ejército Rojo.

La Batalla de Moscú puede considerarse un hito dentro del cine bélico-histórico, ya que es hasta la fecha la única película dedicada exclusivamente a narrar el desarrollo del mayor hecho militar de la historia: La Operación Barbarroja. Sin duda, un ambicioso proyecto cinematográfico que salió adelante gracias al empeño personal del cineasta ruso Yuri Ozerov, un veterano condecorado del Ejercito Rojo, que quiso realizar la película para que su estreno coincidiera con los actos de conmemoración del 40º aniversario de la derrota de la Alemania Nazi y el fin de la II GM. Ozerov no era desde luego un novato en estas lides, ya que a finales de los años 60, había sido el realizador encargado de dirigir la extensa serie de películas bélicas Liberación, que abarcaban la lucha en el Frente oriental entre 1943 y 1945. Por ello, en cierto modo La Batalla de Moscú vino a ser una especie de precuela de Liberación, narrando en dos partes bien diferenciadas, los hechos acaecidos al inicio de la Operación Barbarroja, en el verano de 1941, y el posterior intento alemán de ocupar Moscú, mediante la Operación Tifón, en el Otoño de ese mismo año. También en este caso, al igual que en Liberación, Ozerov optó por filmar una película con un metraje muy dilatado, ya que sumando la duración de ambas partes, La Batalla de Moscú se acerca 6 horas de duración.

La primera parte del film, titulada “Agresion” muestra con bastante detalle la preparación de Barbarroja desde el punto de vista alemán, los planes de defensa rusos, puestos de manifiesto en la reunión de altos comandantes de Diciembre de 1940, y los inicios de la Operación Barbarroja. Pero eso sí, Ozerov aborda el relato de los hechos desde un punto de vista totalmente maniqueo, pues tras describir la heroica resistencia de la Fortaleza de Brest, y alguna breve escena de combate, el relato de Agresión termina con el contraataque de los cuerpos mecanizados sovieticos, obviando por completo las grandes victorias alemanas de Junio-Agosto de 1941, y se reanuda en Septiembre de 1941, justamente cuando Zhukov le anuncia a Stalin la victoria táctica local de Yelnia. De este modo, la película no solo omite mostrar la serie de catastróficas derrotas sufridas por el Ejército Rojo en el verano de 1941, sino que además, presenta a Stalin como un lider siempre acertado y seguro de sus decisiones, cuando lo cierto es que el dictador sovietico cometió muchos errores militares que a punto estuvieron de llevar a la URSS a la derrota. Seguramente, la vinculación de Ozerov al Partido Comunista tuvo mucho que ver en que se adoptara este enfoque.

Algo más interesante resulta la segunda parte del film, titulada Tifón, la cual abarca, como su nombre indica, la ofensiva alemana denominada en clave Operación Tifón, que tuvo como objetivo la captura de Moscú en el Otoño de 1941, y mediante la que los generales alemanes confiaban en forzar la derrota de la URRS. Si bien en esta parte se mantienen las mismas constantes que en Agresión, con un apabullante despliegue de medios militares y escenas de combate con cientos de extras, la historia, aun sin dejar de lado el tono patriotero, resulta más realista y fiel a los hechos históricos, pues aborda los momentos de crisis que vivieron Stalin y sus generales conforme las vanguardias alemanas se acercaban a la capital rusa. También describe con detalle los principales acontecimientos militares que rodearon la Operación Tifón, como la decisión de Hitler de rodear Moscú, el envío de las divisiones siberianas para reforzar las defensas de la ciudad, y la preparación de la contraofensiva de Zhukov de Diciembre de 1941. Naturalmente, el inicio de esta exitosa contraofensiva supone el punto culminante de la narración y el desenlace de la misma.

En cuanto al apartado técnico de la película, es bastante bueno, ya que se nota que la producción gozó del respaldo del ejército soviético, lo que permitió que el atrezzo militar estuviera bastante cuidado sobre todo en lo concerniente al Ejército Rojo. De este modo, en pantalla aparecen, junto a los inevitables carros rusos maquillados externamente para parecer Panzer III alemanes, auténticos tanques T-34, Kv-1 e incluso alguno de la serie BT, lo cual sirve para dotar de un gran grado de realismo a las escenas bélicas. Además, para recrear las escenas de combates urbanos, incluso se recurrió a la voladura de edificios situados en un barrio de Moscú que iba a ser demolido, por lo que ciertamente hay varias escenas muy de acción que resultan espectaculares en pantalla. Ello, y el interés histórico de los hechos que se narra compensa en gran medida el carácter excesivamente maniqueo de la narración, y que esta resulte por momentos demasiado acartonada por su carácter cercano al docudrama, si bien en líneas generales, la historia se sigue con interés.

En definitiva, La Batalla de Moscú es un título de indudable valor fílmico e histórico, a la vez que es el producto de un esfuerzo titánico por representar en la gran pantalla una de las mayores contiendas militares del S. XX. Solo por eso, y dejando de lado los aspectos más coyunturales y propagandísticos del film, ya merece la pena verse. Un film recomendable para todo el amante del cine bélico-histórico.

Calificación: 6/10

La Película en You tube (V.O.S.E. Primer Fragmento de los sucesivos)

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Doce del Patíbulo, la Serie (Dirty Dozen - The Series)

Doce del Patibulo - Serie TV (1988)

El Teniente Danko, un duro oficial especializado en operaciones especiales, recibe el encargo de adiestrar a un grupo de díscolos soldados sancionados por motivos disciplinarios para realizar misiones de alto riesgo tras las lineas alemanas. Cada uno de estos hombres es un especialista en distintos campos, el experto en demoliciones Lebec, el actor Farrell, el espía Zeke, o el falsificador Dylan Leeds. Al frente de su equipo, Danko realizará una serie de peligrosas misiones en distintos puntos de Europa, de vital importancia para el curso de la guerra.

Dos décadas después del estreno de la exitosa Doce del Patíbulo, la división televisiva de la productora MGM quiso retomar la historia original del film, para producir una serie de televisión que desarrollara las distintas misiones encomendadas al comando de “The Dirty Dozen”. En principio, iba a tratarse de una serie de varias temporadas, cada una de las cuales debía constar de 13 capítulos de una hora de duración. Sin embargo, el estreno de la serie no consiguió la cuota de pantalla esperada, y como los índices de audiencia de los siguientes capítulos fueron bastante malos, la serie fue cancelada tras haberse emitido únicamente 8 episodios de la primera temporada.

Y lo cierto es que esta versión de Doce del Patíbulo es el mejor ejemplo de cómo una buena película no siempre sirve de inspiración para crear una buena serie. En el caso que nos ocupa, el primer gran fallo reside en los personajes, cuyas identidades se cambiaron respecto a la película, (imagino que para evitar comparaciones con el fabuloso reparto de esta) y que en la serie quedaron bastante desdibujados, de forma que los miembros del comando quedan reducidos a un grupo de soldados especialistas en distintas materias, pero sin que ninguno de ellos destile, ni de lejos, el carisma de los personajes originales del film de 1967, lo cual constituyó, sin duda, un serio handicap de la serie respecto a la película.

Además, el hecho de que se eligieran para los papeles protagonistas a toda una serie de actores desconocidos de segunda y tercera fila tampoco ayudó mucho a elevar el interés del público potencial. Pero, aparte de esto, el otro gran problema de la serie radica en unos guiones tópicos, que desarrollaban unas tramas excesivamente trilladas y más bien inverosímiles. En otros casos, los episodios de la serie plagiaban descaradamente éxitos del cine bélico como Ha llegado el Águila, cuyo argumento es calcado en el capítulo en que un comando de paracaidistas alemanes es lanzado sobre Irlanda para asesinar a Eisenhower durante un permiso de Ike. El único capítulo que me causó buena impresión es el que muestra como un falso Montgomery suplanta al famoso mariscal británico para dar caza a un comando de asesinos del servicio secreto alemán. Pero por lo demás, y quitando la correcta ambientación y aseada puesta en escena, lo cierto es que esta versión televisiva de Doce del Patíbulo no pasa de mediocre, en el mejor de los casos.

En definitiva, hay que concluir que la versión televisiva de Doce del Patíbulo, es un producto fallido que solo merece la pena recordar como curiosidad y poco más. Para los fans de la película original que esperaban encontrar en la serie parte de la magia del film supuso sin duda una gran decepción, y el público en general se encargó pronto de darle la espalda. Una serie sin duda decepcionante.

Calificación: 4/10

viernes, 9 de septiembre de 2011

Allo, Allo

Allo, Allo (1982-1992)

En el pequeño pueblo de Nouvion, en la Francia ocupada, el modesto Café Rene, regentado por René Artois (Gorden Kaye) se convierte en el centro de una intensa actividad. Mientras que René intenta contemporizar con los alemanes, convertidos en sus mejores clientes tras la ocupación, y la Resistencia, el Coronel Von Shtrom, comandante de la guarnición alemana, le obliga a ocultar en su local un tesoro artístico buscado tanto por los ocupantes como por la Resistencia, el cuadro de Van Clomp "La Virgen Caída" que se convertirá en el centro de una serie de tramas e intrigas cómicas. Todo se complicará aun más con la llegada de dos pilotos británicos derribados, que la resistencia ocultará en el establecimiento de René, y la del agente de la Gestapo Otto Flick, enviado especialmente desde Berlin para localizar el cuadro de Van Clomp.

Allo, Allo fue una exitosa comedia de situación británica, ambientada en la Francia ocupada durante la II GM, que fue emitida por la BBC a lo largo de 9 temporadas, entre 1982 y 1992. Cada temporada contaba con entre 6 y 8 episodios, de unos 30 minutos de duración, a excepción de la 5ª que contó con 13, y la 7ª que constó de 10 capitulos. El origen de esta telecomedia es un tanto curioso, puesto que Allo, Allo vino a ser una especie de “spin off” o derivación cómica de Secret Army ("Ejercito Secreto") una serie emitida por la BBC entre 1977 y 1979, ambientada en un café regentado por un miembro de la resistencia belga. De hecho, algunos de los interpretes de Secret Army, también iban a aparecer (si bien en un rol cómico) en Allo, Allo.

En cuanto a la valoración, hay que decir que Allo, Allo puede considerarse una de las mejores sitcom británicas del siglo pasado. Con unas tramas tremendamente entretenidas, que mezclaban a la perfección los elementos narrativos típicos de las sitcom, con gags cómicos en la mejor tradición del vodevil, e incluso algunas gotas del cine de espionaje clásico, por supuesto, en clave de comedía, la serie mantuvo un nivel de amenidad y calidad bastante alto a lo largo de sus cinco primeras temporadas en pantalla. A partir de la sexta temporada, sin embargo, cambió el equipo de guionistas y el productor de la serie, resultando que la calidad de los capítulos de las sucesivas temporadas comenzó a decaer de manera bastante acusada, algo que vino dado también por el hecho de que, tras cinco años de emisión, era inevitable que se produjera cierto agotamiento en las tramas y personajes. Pese a ello, la serie aguantó otras tres temporadas más en antena, hasta su finalización en 1992.

De entre los mejores aspectos de Allo, Allo, yo citaría principalmente tres. En primer lugar, el excelente trabajo de los actores del reparto, encabezados por Gorden Kaye, que realmente borda el papel de acomodaticio, mujeriego y oportunista dueño del Café, René Artois, muy bien secundado por unos actores secundarios con gran vis cómica como Richard Gibson, inolvidable en su papel de arquetípico agente de la Gestapo, Otto Flick; o el veterano Jack Haig, el entrañable Monsieur Leclerc, cuyo fallecimiento, en 1989 hizo bajar muchos enteros la serie. También es reseñable la innegable comicidad de muchas situaciones repetidas, como por ejemplo, las torpezas linguísticas del falso gendarme francés Crabtree (especialmente graciosas en la V.O. en inglés), las explicaciones de René a su sufrida mujer Fanny, cuando esta le descubre repetidamente flirteando con las camareras, o los equívocos escarceos amorosos del homosexual teniente Gruber con René. Finalmente, hay que reseñar la buena labor de puesta en escena y ambientación de la serie, que le da un cierto aire intemporal, realzado por la melancólica melodía que, a modo de banda sonora, abría y cerraba cada episodio.

En definitiva, Allo, Allo es una de esas telecomedias que no importa volver a ver una vez pasados los años desde su primera emisión ya que mantiene intacta su comicidad y el encanto original de sus personajes. Muy recomendable para todo aquel que tenga curiosidad por descubrirla o por volverla a rememorar.

Calificación: 7,5/10

lunes, 16 de mayo de 2011

Esperanza y Gloria (Hope and Glory)

Esperanza y Gloria (1987)

Inglaterra, 1940. La tranquila vida del niño Bill Rowan (Sebastian Rice Edwards), hijo de una familia de clase media residente en un suburbio de Londres, se verá radicalmente alterada por el estallido de la guerra y el posterior el inicio de los bombardeos alemanes contra la ciudad. Mientras el padre de la familia se alista en el ejército, para Bill, la ciudad semiderruida se convierte en un apasionante mundo de aventuras y novedades que explorar con sus ojos de niño.

Diecinueve años después de haberse encargado de la dirección de Infierno en el Pacifico, el realizador británico John Boorman retomó el tema de la II GM para abordar este relato, de tintes semibiográficos basados en la infancia del director, sobre las vivencias de una familia inglesa de clase media durante el blitz de bombardeos alemanes de 1940. La película tuvo un notable éxito de público y crítica en la época de su estreno, recibiendo nada menos que 6 nominaciones a los Oscars, si bien finalmente no logró alzarse con ninguna de las estatuillas para las que había sido nominada.

Y ciertamente, visionando el film da la impresión de que Esperanza y Gloria estuvo un punto sobrevalorada en su momento. Se nota que Boorman quiso hacer una especie de remake actualizado de La Señora Miniver, con algunas escenas prácticamente plagiadas del clásico de William Wyller (por ejemplo, la del piloto alemán derribado) aportando otras sacadas de su cosecha personal. Tampoco falta el tono de comedia ligera que impregna buena parte de la narración, salpicada con una variedad de anécdotas que vive el protagonista en sus andanzas por los barrios londinenses, resueltas con irregular pulso y desigual fortuna. Pero el mayor problema de la película radica en el hecho de que la historia que nos cuenta resulta, en demasiados aspectos, insustancial y por momentos aburrida. Además, al contrario de lo que ocurría con La Señora Miniver, la película carece de la motivación propagandística y de la emotividad de algunas de sus escenas, por lo cual el conjunto resulta bastante desangelado. Con todo, hay que reconocer que tiene algún momento inspirado, especialmente la secuencia en la que los niños del barrio estallan en vítores al comprobar que su escuela ha sido destruida por un bombardeo. Pero, como apuntaba antes, en líneas generales la historia se diluye en contar una serie de anécdotas sin demasiada sustancia, y se echa claramente en falta la presencia un mayor calado dramático en más de un momento de la narración.

Entre los aspectos a destacar, pueden citarse la correcta ambientación de los escenarios londinenses de la época, la banda sonora y la buena interpretación del niño protagonista. Por lo demás, Esperanza y Gloria se queda en agua de borrajas. Un relato que, como recuerdo nostálgico de la niñez en tiempos de guerra, está muy lejos de títulos similares como Adios, muchachos; y que como comedia con tintes trágicos no termina de carburar en ningún momento. En definitiva, Esperanza y Gloria es una de esas películas de correcta factura que pueden verse una vez, pero que no invitan a repetir visionado.

Calificación: 5,5/10

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Escape de Sobibor (Escape from Sobibor)

Escape de Sobibor (1987)

La película nos sitúa en el campo de exterminio de Sobibor, en Polonia Oriental, a finales de 1942. Mientras los sanguinarios oficiales de la SS, junto con los guardianes ucranianos del campo, se dedican a organizar la matanza de miles de prisioneros en las cámaras de gas, un reducido grupo de prisioneros liderados por el judío Leon Feldheller (Allan Arkin) y el prisionero ruso Alexander Pechersky (Rutger Hauer) planea efectuar una audaz fuga en masa para liberar a los 600 prisioneros encargados de trabajar para sus guardianes nazis.

Escape de Sobibor aborda el relato del único caso conocido en el que un levantamiento masivo en un campo de exterminio se saldó con éxito. La revuelta, organizada conjuntamente por el judío polaco Leon Feldheller y el ruso Alexander “Sasha” Pechersky, estalló el 14 de Octubre de 1943, cuando los prisioneros pudieron hacerse con varias armas de fuego, matar a una decena de guardias de la SS y escapar por la puerta principal del campo. Alrededor de 300 prisioneros lograron evadirse, y aunque solo algo menos de un tercio de los fugados escaparon definitivamente, Himmler dió órdenes de cerrar el campo, demoler las cámaras de gas, y eliminar cualquier evidencia de la existencia de las construcciones de Sobibor.

Inspirándose en estos hechos y sobre la base de los relatos y testimonios de los supervivientes del campo aparecidos tras la guerra, bajo los auspicios de la BBC, la historia de la fuga de Sobibor fue adaptada para la pequeña pantalla en forma de telefilm, si bien hay que decir que se trata de una producción televisiva de una calidad por encima de la media. Se nota que la productora pública británica manejó un generoso presupuesto, pudiendo contar con un reparto de encabezado por actores de primera fila como Alan Arkin, y Rutger Hauer, cuya interpretación del prisionero ruso Sasha Pechersky le valió para hacerse con el Globo de Oro a la mejor interpretación masculina de ese año. Además, la recreación del campo de Sobibor resulta bastante esmerada y realista. Por otra parte, el film tiene varias escenas que transmiten una notable intensidad dramática, como la que muestra la llegada del tren de prisioneros y la “clasificación” de los mismos, bajo los acordes de la música clásica que los altavoces del campo hacen sonar; el gaseamiento masivo que presencia desde fuera de la cámara de gas uno de los prisioneros; o la escena del ametrallamiento de los prisioneros capturados tras intentar huir y obligados a elegir a un compañero de cautiverio para ser fusilados conjuntamente.

Por ponerle algún "pero" habría que señalar que la segunda mitad del film, que narra la preparación y ejecución del plan de fuga, baja algo el nivel respecto a la primera parte, resultando en ese aspecto más lineal y menos dramática. Pese a lo cual no puede negarse que “Escape de Sobibor” es un producto de esmerada factura formal, notable ambientación y buenas interpretaciones. Una interesante visión acerca del funcionamiento de los campos de exterminio y una más que digna producción televisiva. Sin duda, un título recomendable.

Calificación: 7/10

lunes, 29 de junio de 2009

Ataque Fuerza Z (Attack Force Z)

Ataque Fuerza Z (1982)

La acción nos sitúa en 1945.Un pequeño comando australiano, perteneciente a la Fuerza Z de operaciones especiales y liderado por el Capitan Kelly (Mel Gibson), desembarca en una isla china del Pacífico ocupada por los japoneses. Su misión será infiltrarse en la jungla para rescatar a los dos supervivientes de un avión aliado que se ha estrellado en la isla o confirmar la muerte de estos, ya que uno de ellos es portador de un secreto de vital importancia para poner fin a la guerra. La misión del comando pronto se complica cuando son descubiertos por los japoneses, quienes no dudarán en atemorizar a la población local para capturar a los supervivientes del avión y eliminar a los miembros del comando.

Ataque Fuerza Z es una curiosa coproducción de bajo presupuesto australiano – taiwanesa, basada en las acciones de un comando integrante de dicha unidad, (que existió realmente) aunque en este caso, relate una misión ficticia. Lo más destacable de esta película, es la presencia en el reparto del por aquel entonces ya emergente actor australiano Mel Gibson (que ya había protagonizado la éxitosa Mad Max e iba a comenzar rodar otro film bélico como Gallipoli) y del neozelandés Sam Neill. Aparte de eso, la película tiene muy poco que ofrecer, ya que tanto por su modestia de medios como por su escasa calidad por momentos parece una producción de serie B. La historia es bastante convencional y está contada con poca imaginación, el guión resulta de lo más previsible que uno pueda imaginar y el desarrollo de los personajes brilla por su ausencia, resultando bastante planos. Las escenas de acción no pasan del aprobado en el mejor de los casos, y la impresión de estar ante un producto de Serie B se ve reforzada por la presencia en el reparto de un actor Taiwanés experto en artes marciales que ejecuta varias exhibiciones de golpes frente a los incautos soldados japoneses, que naturalmente caen como moscas ante los miembros del comando.

Por lo demás, hay poco que comentar. Como en otras producciones australianas, el retrato que se ofrece de los japoneses es bastante negativo, mostrándolos como unos sádicos torturadores sin escrúpulos, lo cual no deja de tener su parte de veracidad histórica, pero sorprende por su tono excesivo. Al menos es de agradecer que, gracias a lo ajustado del metraje (90 minutos), la película no se haga demasiado larga; y también es de reseñar su ausencia de pretensiones más allá de entretener del espectador, cosa que consigue, en mi opinión, solo a medias. En cualquier caso, no deja de ser curioso ver la actuación del jovencísimo Gibson en un papel que se ajustaba al perfil interpretativo de los inicios de su carrera, pese a que el actor no brilla mucho debido a las evidentes limitaciones del guión.

En resumen, “Ataque Fuerza Z” aunque sea una producción de interés marginal, no deja de tener su gracia por aquello de ver a la futura gran estrella australiana en una producción modesta. Un film ideal para desconectar las neuronas en una tarde de laxitud dominical.

Calificación: 4/10

martes, 9 de junio de 2009

Los últimos dias de Patton (The last days of Patton)

Los últimos dias de Patton (1986)

La acción comienza en junio de 1945 cuando, una vez terminada la guerra en Europa, Patton es nombrado gobernador militar de Baviera, en el sur de Alemania. Sin embargo su decisión de mantener en sus puestos a los antiguos funcionarios del partido nazi pronto le hará chocar frontalmente con la política de desnazificación de Eisenhower, quien acabará destituyéndolo y poniéndolo al frente del XV ejército, una unidad de oficinistas encargados de escribir la historia oficial de la contienda. Poco después Patton sufrirá un grave accidente de tráfico, y ya en el hospital, el general irá recordando alguno de los pasajes de su vida como joven oficial del ejército en los años anteriores a la guerra.

Dieciséis años después de haber realizado la mejor interpretación de su carrera encarnando el papel protagonista de “Patton”, George C. Scott volvió a meterse en la piel del famoso general norteamericano, en este telefilm que se emitió como miniserie, y que adaptaba el libro homónimo de Ladislas Farago sobre los últimos días del carismático militar. Sin embargo, en esta ocasión el resultado fue mucho menos memorable que el de su anterior interpretación del personaje. En principio, el tema no carecía de interés, pues se trataba de mostrar la otra cara del heroe, la de su adaptación a los tiempos de paz. Pero en esto la película se queda bastante a medias, ya que aunque muestra superficialmente los problemas de Patton con sus superiores, lo hace de manera un tanto superficial, e incluso diría que insustancial, pues pasa de puntillas por los problemas que llevaron a su destitución y marginación del mando para centrarse más en el aspecto personal del general.

A tal efecto, se intercalan en la narración toda una serie de flashbacks sobre la juventud de Patton, pretendidamente profundos pero que en realidad aportan más bien poco a la trama principal, amén de resultar un tanto reiterativos. Personalmente, eché en falta alguna que otra referencia a la actuación de Patton en la II GM, aspecto que no aparece reflejado en el desarrollo de la historia. Por otro lado, ni los diálogos ni las interpretaciones resultan especialmente brillantes, y por momentos el film transmite la impresión de ser un docudrama más que una película. En cuanto a la actuación de George C. Scott, esta resulta correcta, pero está muy lejos de transmitir la fuerza y el magnetismo que supo imprimirle al personaje en la película de 1970, con el inconveniente añadido de que el aspecto físico del actor aparece bastante avejentado respecto a su anterior representación de Patton. Con todo, la película tiene un par de momentos logrados, como cuando Patton le dice comenta a otro militar: “Los políticos de Washington no me quieren, en la guerra les era de utilidad, pero en la paz, me he convertido en un grano en su culo”. También está muy bien reflejada la reconstrucción del accidente que le costaría la vida a Patton.

Pero por lo demás, “Los últimos dias de Patton” se queda en un film simplemente pasable, y que intenta ofrecer una semblanza más personal del personaje histórico, aunque a mi modo de ver, lo hace de una forma muy poco imaginativa. Un título muy por debajo de su predecesor.

La Crítica de Reisman

Calificación: 4/10

miércoles, 25 de febrero de 2009

Escarlata y Negro (The Escarlet and the Black)

Escarlata y negro (1983)

La acción nos sitúa en Roma, tras la ocupación de la ciudad por tropas alemanas en 1943. El coronel de la SS Herbert Kappler (Christopher Plummer) recien nombrado nuevo jefe de la Gestapo en la ciudad, decidido a acabar con las actividades de la Resistencia en la capital italiana. Por su parte, Monseñor Hugh O’Flaherty (Gregory Peck), es un sacerdote irlandés perteneciente al Santo Oficio del Vaticano, que dedica todos sus esfuerzos a ocultar soldados aliados evadidos y familiares de la resistencia italiana para ayudarles a escapar de los alemanes. Pronto, Kappler comenzará a sospechar de O´Flaherty, trabándose entre ambos hombres una intensa rivalidad.

Puede decirse que el caso de Escarlata y Negro es ciertamente atípico, ya que, pese a ser una producción hecha para la televisión, tanto por su despliegue de medios de producción como por su calidad artística, estamos ante un telefilm perfectamente equiparable a cualquier producción hecha para la gran pantalla. La historia que nos cuenta se basa en una novela publicada en 1967 por el escritor J. P. Gallagher titulada The Scarlet Pimpernel of the Vatican (La pimpinela escarlata del Vaticano). En dicha novela se narraba la historia real de Monseñor O´Flaherty, cuyas actividades clandestinas durante la guerra habían sido de mucho valor para rescatar a decenas de personas en peligro de ser detenidas por los alemanes. Por tanto, era una historia que claramente se prestaba para ser llevada al cine.

Como apuntaba antes, pese a tratarse de un telefilm (ganador, por cierto, de 3 premios Emmy), “Escarlata y Negro” tiene toda la apariencia de una gran producción convencional. Destaca en primer lugar, la presencia de dos grandes intérpretes como Gregory Peck y Christopher Plummer, que bordan sus respectivos papeles de luchador sacedorte y cruel oficial de la Gestapo respectivamente. También llama la atención la cuidada ambientación de los escenarios y exteriores, con muchas escenas filmadas en las localizaciones reales de Roma y el Vaticano. Pero por encima de todo, el film destaca por el sobresaliente duelo interpretativo entre Peck y Plummer, que llena la pantalla de una manera abrumadora, especialmente en las escenas que comparten. Un mano a mano actoral que por momentos recuerda al no menos memorable de Laurence Olivier y Michael Caine en “La Huella”. De entre todas las escenas que comparten los dos grandes actores me quedaría especialmente con dos: el primer encuentro de Kappler y O´Flaherty a la salida del teatro de la Ópera, y la parte del desenlace, con el duelo dialéctico entre los protagonistas, en la que Kappler termina apelando a los sentimientos cristianos de su acérrimo rival para conseguir su ayuda.

Además, la película ofrece una buena visión general de la situación en Roma durante los meses de ocupación alemana, y de las actividades clandestinas de la Resistencia durante ese periodo. Todo ello muy bien aderezado con la banda sonora compuesta por el siempre eficaz Ennio Morricone, que acompaña muy bien a la historia. Por ponerle algún “pero” quizás se le puede achacar algún que otro pequeño bajón de ritmo, y que, debido a la extensión de su metraje (casi 140 minutos) puede hacerse un poco larga, pese a que el ritmo narrativo es sostenido, por lo que la historia no llega a aburrir en ningún momento. Otro aspecto a su favor es el de que la mayoria de personajes reales que aparecen como Kappler, el Papa Pio XII, el General Wolf (jefe de la SS en Italia aunque aparece en el film con otro nombre) o el mismo Himmler son retratados de una manera bastante creíble y fidedigna.

En definitiva “Escarlata y Negro” es un telefilm que supera ampliamente a otras producciones de su estilo, quizás no especialmente sobresaliente en ningún aspecto, pero hecho con mucho oficio. Un título que no viene mal revisar de vez en cuando y que sobre todo merece ser recordado por la brillante actuación de su dúo protagonista.

Calificación: 7/10

miércoles, 20 de agosto de 2008

El Ojo de la Aguja (The Eye of the Needle)

El Ojo de La Aguja (1981)

Inglaterra, 1944. El espía aleman infiltrado Heinrich Faber (Donald Sutherland) conocido por su nombre en clave de “La Aguja” (debido a su método de asesinar empleando un estilete), es localizado por agentes del contraespionaje británico y emprende la huida. Sin embargo, antes de salir de Inglaterra tendrá tiempo de fotografiar las falsas concentraciones de tropas aliadas frente a Calais, una información crucial de cara al desarrollo de la Operación Overlord. Tras llegar a Escocia, Faber intenta dirigirse al punto donde habrá de recogerlo un submarino para llevarlo de vuelta a Alemania. Sin embargo, durante el trayecto su buque naufraga en una tempestad y Faber irá a parar a la Isla de las Tormentas, un aislado e inhóspito islote habitado por David y Lucy Ross (Kate Nelligan), un matrimonio en crisis debido a la parálisis del marido, que quedó lisiado en un accidente de tráfico. Lucy pronto se verá atraída por Faber, con quien comienza un peligroso romance mientras aquel trata de contactar nuevamente con el submarino alemán y transmitir la vital información que posee.

Basándose en el Best Seller del famoso escritor Ken Follet titulado “Eye of the Needle”, el director Richard Marquand llevó a la gran pantalla esta adaptación de la novela de Follet con guión de Stanley Mann. Esta película es, sin duda, uno de los mejores thrillers de espionaje ambientados en la II GM, además de ser una de las más logradas dentro del subgénero de espias. El gran pilar que sustenta la historia es claramente el sólido personaje central, Faber, brillantemente interpretado por un Donald Sutherland en estado de gracia. El actor británico refleja a la perfección la doble cara del espía: un asesino frio y despiadado, pero a la vez, un hombre lleno de encanto personal y gentileza externa.

Por otra parte, la película ofrece una rica gama de subtramas muy bien hilvanadas entre si, incluyendo la historia de amor de Faber con Lucy, una mujer atrapada en un matrimonio frustrado; junto con elementos clásicos del mejor cine de suspense y acción, mezcla que logra construir una atmósfera de tensión emocional muy lograda. Ello se ve resaltado, además, por la cuidada ambientación de los escenarios (la película se filmó en escenarios reales de Inglaterra y Escocia) y la adecuada banda sonora de Miklos Rozsa. Como apuntaba antes, lo mejor del film es como integra las distintas situaciones que se plantean y las va desarrollando manteniendo un ritmo sostenido y creciente, que logra mantener en vilo al espectador conforme se acerca al climax final. Los paisajes desolados y el inclemente tiempo de la Isla de las Tormentas crean el entorno perfecto que sirve de escenario a la historia, que logra en todo momento transmitir una sólida sensación de verosimilitud y dramatismo a partes iguales.

En resumen, “El Ojo de La Aguja” es un film de muy buena factura, convincente guión y muy buenas actuaciones, no solo de Sutherland sino también de los secundarios. Una película bastante completa que no defraudará a los buenos aficionados al cine en general.

Calificación: 7,5/10

viernes, 27 de junio de 2008

Evasión o Victoria (Escape to Victory)

Evasión o victoria (1981)

La acción nos situa en el año 1943. El mayor Von Steiner (Max Von Sydow) es un oficial alemán que de visita en el campo de prisioneros aliados de Gensdorff, con motivo de la de inspección del campamento por representantes del Comité Internacional de la Cruz Roja, observa como un grupo de prisioneros juega al fútbol. A Von Steiner, un apasionado del futbol, se le ocurre entonces la idea de organizar un partido de una selección alemana contra un grupo de prisioneros aliados. Aunque el oficial aliado del campo, el Capitan Colby (Michael Caine), en principio se opone, acabará aceptando el reto con la idea de aprovechar el partido para organizar su fuga y la de todo el equipo de prisioneros.

Bueno, como estamos en plena efervescensia futbolera, y en vísperas de un partido histórico para mi querida Selección Española de fútbol, creo que la ocasión es propicia para comentar este film con el deporte rey como argumento de fondo. La verdad es que ésta es una producción bastante atípica dentro de la filmografia del famoso realizador norteamericano John Huston, quien pese a ser estadounidense y no tener mucha idea de futbol decidió encargarse de este proyecto, basándose en un guión escrito por Evan Jones y Yabo Yablonsky, que aunque parezca mentira, está lejanamente inspirado en hechos reales acaecidos durante la II GM.

Tras la invasión de la URSS por los alemanes en 1942, los jugadores del Dynamo de Kiev que no habían escapado, fueron empleados por las autoridades de ocupación para jugar varios partidos de exhibición contra combinados alemanes, logrando varias victorias frente a estos. En agosto de 1942, pese a las amenazas alemanas de tomar represalias si no se dejaban ganar, el combinado del Dynamo venció por 5-3 a una selección de la Luftwaffe, humillación que fue demasiado para los alemanes quienes, tras el partido, detuvieron a 9 de los jugadores, que fueron ejecutados o enviados a campos de concentración. Naturalmente, la película no abordó esta parte de la trama real, sino que optó por presentar una versión suavizada de los hechos, trasladando la historia a un grupo de prisioneros occidentales.

Desde el punto de vista cinematográfico la película es bastante irregular. Para formar el equipo aliado, Huston no dudó en “fichar” a jugadores reales de fama mundial, contando entre otros con el mismísimo Pelé, el argentino Ardiles, el inglés Bobby Moore, y el belga Paul Van Himst. Para completar el reparto, se escogió al entonces emergente Silvester Stallone, para interpretar el papel de díscolo (y algo bruto) portero del equipo, además de experto en fugas. Claro que el hecho de contar con estos futbolistas profesionales haciendo de actores hace que sus interpretaciones aparezcan artificiosas y resulten poco convincentes (en especial el de Pelé, un mago de balón, pero un actor bastante mediocre), y de hecho, si exceptuamos a Michael Caine que cumple sin alardes, ni Stallone ni Max Von Sydow parecen estar muy a gusto en sus papeles.

Obviamente, la intención de la película es la de exaltar los valores de la resistencia, y lucha por la libertad mezclándolos con elementos propio de la épica deportiva que tanto gustan al público norteamericano, mezcolanza que, en este caso, funciona solo a medias en el mejor de los casos. De las dos tramas principales del argumento, la del plan de fuga resulta más bien plana y previsible, mientras que la parte deportiva a mi no me termina de convencer. Se nota que Huston no entendía de futbol, porque las escenas del partido están filmadas sin pasión, aunque se pretenden engrandecer con un par de escenas espectaculares de “futbol de salón” protagonizadas por Pelé (con gol de chilena incluido) que lo hacen aun más inverosimil.

Y todo ello coronado con un épico y pretencioso happy ending final, poco creible y bastante alejado de los hechos reales en los que se inspira la historia. Con todo, hay que reconocer que la historia resulta medianamente entretenida (hecho refrendado por una más que buena acogida por parte del público cuando se estrenó) y que para los aficionados al fútbol siempre será un título de referencia por haber contribuido a la generalización de este deporte. Pero desde el punto de vista cinematográfico, es uno de los títulos menores de la filmografía de Huston.

Calificación: 5,5/10

lunes, 12 de mayo de 2008

El Bunker (The Bunker)

El Bunker (1981)

Enero de 1945. Mientras los ejércitos alemanes se baten en retirada en todos los frentes y los bombardeos aliados arrasan Berlin, Adolf Hitler (Anthony Hopkins) toma la decisión de ocupar el búnker subterráneo de la Cancillería del Reich. Desde alli, él y los miembros de su círculo cercano vivirán los sucesos que rodearon el derrumbe del denominado Reich de los Mil Años.

El Búnker es una miniserie de dos capítulos de hora y media de duración, que se hizo en forma de coproducción televisiva entre Francia y Estados Unidos, auspiciada por la productora televisiva norteamericana CBS. El guión de la serie se basó en el libro homónimo del periodista James O´Donnel, quien había entrevistado a varios testigos presenciales de los hechos y miembros del personal del Fuhrerbunker para documentarse. Gracias a ello la serie tiene un más que aceptable valor documental, lo cual es, probablemente, el mayor atractivo de la misma. El primer episodio se centra en describir la desastrosa situación de Alemania en 1945 y los planes de Albert Speer para asesinar a Hitler introduciendo gas venenoso en el sistema de ventilación del Búnker. La segunda parte coincide con el relato de los últimos días de la guerra, el cerco de Berlin y el suicidio de Hitler.

En cuanto a la calidad de la serie, se puede decir que El Búnker ofrece los elementos típicos de un docudrama, tanto para lo bueno como para lo malo de este tipo de producciones. Lo mejor de esta miniserie radica especialmente en el detalle con el que se relatan los hechos históricos y en la minuciosidad con la que se reconstruyen escenas y diálogos. Por el contrario, los aspectos más débiles de la serie se encuentran en la evidente limitación de medios, que hacen que muchos de los decorados resulten de cartón piedra, asi como en un ritmo algo plomizo y un desarrollo bastante previsible de la historia.

La interpretación de Anthony Hopkins como Hitler recibió muchos elogios en su día e incluso al actór británico le valió ganar un Emmy como mejor actor principal. Sin embargo, vista con perspectiva, la recreación que hace Hopkins del personaje no deja de ser mediocre, sobre todo si se la comparara con la soberbia actuación de Alec Guinnes en “Los último diez dias”. Partiendo de que el parecido físico de Hopkins con Hitler es más que discutible, opino que el actor británico no acaba de encontrar ni el tono ni la medida del personaje histórico que representa. La actitud de Hitler es demasiado vivaz, y en los momentos que se trata de mostrar la cólera o desesperación del personaje, Hopkins cae en un histrionismo más que evidente. No basta ponerse un bigote y un flequillo negro para ser un Hitler creible.

Por lo demás, “El Bunker” no ofrece gran cosa aparte de dar una nueva visión de los hechos que rodearon a la caida de Hitler y el III Reich. Tiene su punto de interés para el aficionado a la historia, pero poco más.

Calificación: 4/10

lunes, 28 de abril de 2008

El Submarino (Das Boot)

El Submarino (1981)

La acción nos sitúa a finales de 1941. El submarino alemán U-96 parte del puerto francés de La Rochelle con la misión atacar a los navíos mercantes británicos que encuentre en su ruta desde el Mar del Norte hasta el Mediterraneo. A bordo del U-96 viaja el corresponsal de guerra el teniente Werner Grönemeyer, encargado por el Ministerio de Propaganda para documentar fotograficamente la patrulla de combate del submarino, mandado por el capitán Heinrich Lehmann. Los jóvenes tripulantes del submarino se veran enfrentados ademas de a los peligros propios de la guerra, a la tediosa y clautrofóbica existencia en el interior del submarino.

Con este film, el director alemán Wolfgang Petersen adaptó para la gran pantalla el libro homónimo de recuerdos de guerra de Lothar-Günther Buchheim, un corresponsal de guerra del Ministerio de Propaganda alemán, que viajó como cronista en una de las salidas reales del U-96. Desde su estreno “Das Boot” logró un tremendo éxito de crítica (fue nominada a 6 oscars) y público, convirtiéndose pronto en un film de culto para los aficionados al género bélico. En mi opinion, se trata de una de las películas mas sobrevaloradas de la historia del cine, y como esta afirmación ya me ha costado alguna que otra “dentellada” dialéctica voy a tratar de explicar razonadamente el por qué.

No cabe duda de que Wolfgang Petersen hizo un encomiable esfuerzo por mostrar pormenorizadamente la angustiosa estrechez del submarino y la tensión a la que se vieron sometidos las tripulaciones de los U-Boote alemanes durante la II GM, sin embargo el resultado –a mi modo de ver- dista de ser sobresaliente. Para empezar, el film comienza con una escena un tanto “felliniana” en un cabaret donde varios oficiales de submarino hacen gala expresa de su antinazismo. Para mi, esto ya supone un patinazo. Se supone que estamos en 1941, en plena época triunfal de la Werhmacht, y sinceramente, ni los testimonios de los marinos alemanes respaldan ese sentimiento crítico; ni el ambiente de esa época favorecía que se dieran ese tipo de escenas. Supongo que el director, dada la sensibilidad existente en Alemania hacia el pasado reciente, quiso hacer esa concesión cara a la galeria, pero la verdad es que a mi me pareció bastante poco creíble e incluso forzada esa secuencia.

Pasemos ahora al apartado artístico. Por lo que respecta al argumento, este -desde luego- no es nada original ni especialmente imaginativo. El guión apenas plantea otras situaciones más allá de mostrar la vida cotidiana de los tripulantes, salpimentada con unas escasas escenas de combate. Esto se traduce en una acusada falta de ritmo narrativo, lo cual es una grave falla en una película de más 3 horas de duración. En el apartado técnico encontramos cosas buenas y otras no tanto. La ambientación interior del submarino sí es sobresaliente, ya para la película se fabricaron reconstrucciones casi milimétricas del interior de un submarino Type VII-C real. Igualmente, se recrea de manera excelente la estrecha y sobrecargada atmosfera interior de un sumergible. Pero en cuanto a los restantes efectos visuales, especialmente en las tomas externas del submarino, la cosa deja mucho que desear. La mayor parte de las veces, dichas tomas se reducen a maquetas bastante evidentes de exterior que en poco se diferencian de las películas de los años 40 (especialmente patente en la escena del submarino varado en el Estrecho de Gibraltar). Tratándose de una película de los 80, habría sido de esperar algo más de esmero en las tomas submarinas.

Pasando al trasfondo de la historia, “Das Boot” ha sido muy alabada por su tono antibelicista. Y efectivamente, es de loar que se humanice a los tripulantes alemanes y se les muestre como resignados combatientes rodeados de fatalismo. Pero creo que aquí, como decía al principio, la película peca por exceso. Muchas de las tripulaciones de los U-Boote eran entusiastas voluntarios, y desde luego los capitanes (al menos en la época de 1941-42) disfrutaban siendo loados por sus hazañas contra los mercantes aliados. El hecho de que aquí se quiera presentar a los marinos alemanes poco menos que como “victimas” tampoco lo veo de recibo. En cuanto al antibelicismo que destila la historia en su conjunto, es bastante patente, pero tampoco tiene escenas que resulten especialmente memorables ni una parte discursiva particularmente impactante. Encuentro que una historia con algo más de acción y/o emoción debidamente integrada con la descripción de los personajes hubiera sido de agradecer.

Por añadidura, el tan ansiado desenlace de la historia me resultó, además de poco realista, escasamente consecuente (y por supuesto, nada tiene que ver con los hechos reales). Es evidente que el director quiso darle un toque a lo “Sin novedad en el Frente” pero la verdad es que a mi me dejó bastante frio. Por todo ello, opino que esta pelicula, pese a ser tan aclamada en su momento, dista, por mucho, de ser la Obra Maestra que algunos han querido ver. Si se quiere buscar un buen ejemplo de tensión y acción submarina, encuentro que "Duelo en el Atlántico" es superior. Pero como suele decirse “es cuestión de gustos”.

La Crítica de Reisman

Calificación: 5,5/10

viernes, 18 de abril de 2008

El Regreso del Rio Kwai (Return from the River Kwai)

El Regreso del Rio Kwai (1988)

Tailandia, Febrero de 1945. El avión del teniente de aviación americano Lee Crawford es derribado por los japoneses tras bombardear y destruir el puente sobre el río Kwai. Crawford es rescatado por miembros de la resistencia tailandesa y se une al grupo dirigido por un oficial británico el Coronel Grayson. Mientras tanto al campo de prisioneros llega un nuevo comandante, el mayor Harada, quien pretende evacuar a parte de los prisioneros aliados a Japón para que trabajen para el ejército nipón. Sin embargo, Grayson, enterado de los planes japoneses, planea junto con su grupo volar la via ferrea por la que habrá de pasar el tren japonés con el fin de impedirlo.

Tras demostrar su talento para destrozar clásicos del cine bélico con la infame “Cerco Roto” (horrosa secuela de la magistral “La Cruz de Hierro”) el director británico Andrew Maclagen volvió a la carga con una segunda parte de un film clásico, esta vez, la continuación de la aclamada “El Puente sobre el Rio Kwai” de David Lean. La verdad es que lo mejor que se puede decir de este film es que al menos tiene un argumento menos incosistente que el de “Cerco Roto”. Por lo demás, la película está a años luz de su ilustre precedesora. El reparto, la realización, la ambientación… aunque son mas o menos correctas, tienen aspecto de una producción menor, no de Serie B, pero rozándola.

El guión y los personajes tampoco son un dechado de originalidad, más bien una colección de clichés y lugares comunes que aportan poco o nada a otras películas bélicas anteriores. Al menos se agradece lo ajustado del metraje (90 minutos) y que en general el film mantega un aire de corrección formal, dentro de sus acusadas limitaciones artísticas y técnicas. En cualquier caso, una secuela que muy bien podría haberse ahorrado, solo apta para los muy incondicionales del género bélico.

Calificación: 3/10

miércoles, 2 de abril de 2008

Talvisota (AKA Winter War)

Talvisota (1989)

Finlandia, Octubre de 1939. La crisis diplomática abierta entre el país finés y la URSS a causa de las exigencias territoriales de Stalin hace que el ejército fines se movilice. A través de la historia de los hermanos Martti y Paavo Hakala, enviados a combatir junto con su compañía al frente, asistiremos a las visicitudes de la cruenta guerra de invierno que Finlandia libró contra el ejército Rojo en unas durísimas condiciones climáticas y en franca inferioridad material frente al poderoso ejército sovietico.

La guerra ruso-finesa (o Guerra de Invierno) es uno de los conflictos paralelos a la II GM más desconocidos por el gran público. En el invierno de 1939, la URSS invadió Finlandia pensando que el modesto ejército finlandés sería presa fácil para el poderoso Ejército Rojo, pero sorprendentemente, los finlandeses se mostraron como unos durísimos combatientes. Haciendo uso de su adaptación al terreno, la dureza física de sus soldados y la astucia táctica de sus oficiales, el ejército finlandés se las arregló para mantener en jaque al Ejército Rojo durante más de tres meses, haciendoles pagar a las fuerzas soviéticas un duro precio por cada metro conquistado; hasta que finalmente la superioridad numérica rusa acabó imponiendose y Finlandia tuvo que pedir la paz con la Unión Sovietica. Talvisota rinde un claro homenaje a los heroes fineses de la guerra de invierno, que mostraron un tremendo valor frente al invasor ruso en defensa de su patria.

La película es sobresaliente en varios aspectos, especialmente técnicos. La ambientación en cuanto a escenarios, uniformes y armas es casi perfecta. Me sorprendió mucho ver que los auténticos carros T-26 rusos, por ejemplo, que eran el grueso del arma acorazada sovietica en la época, asi como los cazas Polikarpov I-16. A esto hay que añadir la puesta en escena de las secuencias de combates, que es de lo mejor que he visto en el cine. Prácticamente no hay dos batallas iguales, y aparecen todo tipo de combates: asaltos frontales masivos rusos en oleadas, internadas nocturnas, infiltraciones…etc. La calidad visual de las escenas de acción y efectos especiales solo puede compararse a la de las producciones más recientes. Los actores, por su parte, están muy creibles en sus papeles, haciendo que sus personajes resulten bastante reales. Asimismo, aparte de las escenas bélicas, la película muestra algunos diálogos bastante logrados, como por ejemplo cuando Paavo vuelve de permiso a su casa y su madre le pregunta como es la guerra, a lo que Paavo contesta, sin inmutarse, “No volveremos ninguno vivo de alli”.

Por ponerle algún “pero” se podría decir que el prologo con la típica presentación de los personajes se hace un poco largo y reiterativo, y que dado lo prolongado del metraje (más de tres horas de duración) la historia sufre algún que otro inevitable bajón de ritmo. Pero en cualquier caso no puede negarse que “Talvisota” es un intenso film bélico, con unas evidentes virtudes técnicas, y unas soberbias secuencias de combates que será apreciado por cualquier aficionado al género.

PD. Y con esta, ya son 150 entradas en el Blog.

Calificación: 6,5/10

lunes, 3 de marzo de 2008

Feliz Navidad Mr. Lawrence (Merry Chistmas Mr. Lawrence)

Feliz Navidad Mr. Lawrence (1983)

La acción comienza en el año 1942, en un campo japonés para prisioneros británicos situado en Java. El campo es dirigido con mano de hierro por el Capitán Yonoi (Ryiuchi Sakamoto), un oficial convencido de la superioridad moral de los valores japoneses, con la ayuda del brutal sargento Hara (Takeshi Kitano) que maltrata frecuentemente a los reclusos. Uno de los prisioneros británicos, el coronel John Lawrence (Tom Conti), es el oficial de enlace entre japoneses y prisioneros, y, gracias a su dominio del idioma japonés y conocimiento de la cultura japonesa, intenta actuar como puente entre unos y otros. La llegada al campo de un nuevo prisionero, el comandante Jack Celliers (David Bowie), al que los japoneses desean sacar información sobre las actividades de la guerrilla local, desatará una fuerte tensión en el campamento, situación que se complicará aun más cuando el propio capitán Yonoi comieza a sentirse atraido por Celliers.

El director japonés Nagisa Oshima, (que años atrás se habia hecho célebre escandalizando a la sociedad de su tiempo con la carnalidad explícita de “El Imperio de los Sentidos”) dió el salto al mercado occidental, con esta coproducción entre Japón y Gran Bretaña, que suponía la adaptación cinematográfica de la novela "La Semilla y el Sembrador", del escritor Lawrence Van Der Post. La película, al igual que el original literario, explora las complejas relaciones humanas que se producen entre carceleros y encarcelados, en el contexto de la brutalidad inherente a toda guerra y con el tema del choque entre culturas de fondo. Sin embargo, el eje central de la historia, es el poner de relieve como, pese al aparente conflicto de culturas y más allá de las barreras idiomáticas o raciales, al final todos los seres humanos somos afines. Personalmente encuentro que ese trasfondo filosófico que la película trata de transmitir está muy logrado, y realzado además por una excelente banda sonora de acordes nostálgicos, que acompaña perfectamente las escenas cruciales del film.

En cuanto a lo que no me gustó del film, creo que pueden señalarse varios aspectos. En primer lugar, creo que el ritmo narrativo se hace excesivamente lento en más de una parte, especialmente al recrearse en algunos simbolismos orientales que no resultan digeribles por el espectador occidental y que bien podrían haberse acortado o suprimido. Por otra parte, creo que la trama se desvía innecesariamente de su eje central cuando, en un prolongado flashback, se nos muestra la atormentada historia del hermano pequeño de Cellier. Pero, quitando estos fallos, hay que decir que la película resulta bastante atractiva en el plano visual, con una fotografía de tonos cenicientos que realza la crudeza de los acontecimientos que se narran.

En el apartado interpretativo, hay que decir que los actores están en general bastante bien. El músico David Bowie logra una buena interpretación como Celliers, y Tom Conti está sobresaliente en su papel de Lawrence. Por la parte japonesa, destaca especialmente Takeshi Kitano, como el brutal Hara, y el otro músico del reparto, Sakamoto, (quien además es el autor de la banda sonora), que compone un sólido personaje como capitán Yonoi.

En resumen, “Feliz Navidad Mr. Lawrence” me parece una película no redonda, pero sí que bastante destacable en varios aspectos. La profundidad del argumento, hace que la historia transcienda el típico drama carcelario de prisioneros de guerra, a una película con unos interesantes tintes filosóficos, y algunas escenas muy logradas. Especialmente memorables son las secuencias finales, que construyen un magistral desenlace del film. Una película algo irregular, pero muy recomendable.


Calificación: 7,5/10

viernes, 14 de diciembre de 2007

Adios Muchachos (Au Revoir, Les Enfants)

Adios Muchachos (1987)

A finales de 1943, el Colegio católico de los Padres Carmelitas en Fontainebleau será el escenario del nacimiento de una estrecha amistad entre dos niños de 13 años de edad, Julien Quentin (Gerard Manesse), un muchacho católico, hijo de una rica familia parisina, y el recien llegado Jean Bonnet, (Raphael Fejtö), un chico judio que en realidad se apellida Kippenstein y que se oculta en el colegio de la persecución nazi. Con trasfondo del ambiente desolador de la guerra que se libra lejos del colegio, Julián y Jean vivirán el paso de la infancia a la adolescencia así como el descubrimiento de los sentimientos adultos y de la verdadera amistad.

Más de una década después de sacudir conciencias tratando el tema del colaboracionismo en “Lacombe Lucien”, Malle volvió a tocar nuevamente el tema del comportamiento de la sociedad francesa durante la época de la ocupación alemana. También en este caso el ritmo de la narración es pausado, y se presentan los hechos de una forma bastante aséptica, pero, a diferencia de lo que ocurría en “Lacombe…”, la carga emocional que transmite el film es bastante mayor, así como el ritmo narrativo es mucho más vigoroso que en aquel film. Con “Adios muchachos” Malle ofrece una lección magistral de cómo hacer cine con aparente sencillez, pero rico en matices; contando una historia interesante con un ritmo pausado, y sobre todo, de cómo ser sensible sin caer en la sensiblería. Como el mismo Malle comentó: “A través de este muchacho que se me parece, he intentado reencontrar aquella primera amistad –la más fuerte- bruscamente destrozada, y representar mi descubrimiento del mundo absurdo de los adultos, con su violencia y sus prejuicios”.

Si “Lacombe Lucien” era una visión descarnada acerca de la realidad del colaboracionismo, “Adios Muchachos” es todo un canto a la amistad y, simultáneamente, una denuncia de las enormes cotas de maldad que es capaz de alcanzar el ser humano. La película tiene varias escenas magistrales (desde la inicial despedida de la madre de Julien en la estación, o la lectura de “Las mil y una noches”, cuando Julien descubre el secreto de Bonnet, y por encima de todas las sobrecogedoras escenas finales). Otro aspecto que me gustó mucho es el tratamiento que se ofrece de los alemanes, mostrando que no todos eran “nazis malos”. Asi la película nos muestra a dos soldados bávaros que rescatan a los niños en el bosque o a un oficial alemán que expulsa a la policía francesa de un restaurante donde estaban acosando a un cliente judío; pero naturalmente sin ocultar la crueldad de la GESTAPO. Esa honestidad de Malle al retratar a los “amigos” y “enemigos” con justicia es algo inusual en el cine.

Por lo demás, aparte de una sólida dirección y guión, la película se apoya en unas magníficas interpretaciones del dúo de niños protagonistas, que rezuman naturalidad y espontaneidad ante las cámaras, logrando que sus interpretaciones resulten absolutamente creibles. Y es precisamente la humanidad que transmiten todos los personajes la que hace de esta película tenga una profundidad desascostumbrada.

En definitiva, “Adios Muchachos” es un directo a la mandibula de la emotividad, además de un sentido y bonito homenaje a la inocencia juvenil, a la tolerancia y a la amistad verdadera, así como una contundente denuncia de la injusticia que es capaz de perpetrar el ser humano. En mi opinión, una pequeña Obra Maestra. Imprescindible.

Calificación: 8,5/10

jueves, 4 de octubre de 2007

Lili Marleen

Lili Marleen (1981)

A traves de la historia personal de la cantante Lale Andersen, que popularizó el que fue el mayor éxito musical de la II GM, la celebérrima canción “Lili Marleen”, el argumento nos muestra la tormentosa relación sentimental de la verdadera Lili con un compositor de origen judio, su vuelta a Alemania tras ser expulsada de Suiza, y como a través del inesperado éxito mundial de su canción, la cantante llega a convertirse en estrella y a codearse con la alta sociedad del III Reich, a la vez que es usada por la gigantesca maquina de propaganda nazi.

El director alemán Reiner Fassbinder, ofreció con este film su particular visión de la sociedad nazi a través de la historia de cantante que popularizo la archiconocida canción que da título a la película. La historia, que por momentos se aproxima (sin llegar) al ritmo de un musical, intercala una gran cantidad de temas como el amor, la ambición, o el precio de la fama. La parte musical se reduce a la interpretación, con distintos matices de “Lili Marlene”, siendo especialmente emotivas las secuencias en las que la canción se va intercalando con escenas bélicas y observamos la expresión de los soldados en lugares lejanos como sublimados por la nostálgica melodía de la música. El papel de Lale Andersen, por cierto, está muy bien interpretado por la protagonista, Hanna Schygula, que logra recrear a la perfección a la pasional y frágil cantante.

Otro acierto del film es como refleja el ambiente de la Alemania nazi, con un cierto aire de oscuro cabaret que es muy bien resaltado mediante el uso de una ambigua luminosidad de los planos con contrastes de claros y oscuros. En el apartado negativo, quizás puede achacarse que algunas partes del film resultan demasiado efectistas o alguna situación que otra un tanto forzada, pero en general el ambiente visual y sonoro que logra Fassbinder está muy logrado. Una película interesante, sobre una canción para recordar y que encandiló a toda una generación.

Calificación: 6/10

jueves, 20 de septiembre de 2007

El Final de la Cuenta Atrás (The Final Countdown)

El final de la Cuenta Artás (1980)

La acción comienza en 1980. El moderno portaviones nuclear USS Nimitz se encuentra realizando una navegación rutinaria en aguas de Hawai cuando de pronto se ve atraido hacia lo que parece una extraña tormenta elegtromágnetica. Cuando la atraviesa, la tripulación descubre sorprendida que han efectuado un viaje espacio-temporal, siendo transportados al dia 5 de Diciembre de 1941, dos días antes del ataque japonés contra Pearl Harbor. En esta tesitura el Capitán Yelland (KirK Douglas), al mando del Nimitz, ha de decidir si deja seguir el curso de los acontecimientos o si interviene para evitar el ataque cambiando por completo la historia.

Comenzando por un punto de partida argumental bastante explotado por el cine como es el de los viajes en el tiempo, hay que reconocer que “El final de la cuenta atrás” sabe darle un toque de originalidad al tema al situar a los protagonistas ante un momento crucial de la historia, ante el que deben decidir si intervenir o no. En ese sentido, el arranque de la película es brillante, sabiendo captar rápidamente la atención del espectador. En esa primera parte de la pelicula, el guión va mostrando como los personajes se hacen cargo de su nueva situación y como evolucionan del estupor al pragmatismo de decidir que hacer. Especialmente memorables son las escenas de combates aereos de los modernos F-14 frente a los “Zero” japoneses y las de la tormenta que se “traga” al Nimitz (aunque los efectos visuales resulten mucho menos impresionantes hoy dia).

El problema es que tras el excelente arranque de la trama, pasada la media hora inicial, la historia comienza a flojear un tanto. No se ahonda suficientemente en las posibilidades derivadas de cambiar la historia y tampoco el guión consigue mantener el vuelo dando un poco más de profundidad al argumento. Así la historia se va aproximando inevitablemente a un desenlace que resulta el mas convencional y previsible de todos los posibles (y que no desvelaré por no estropearselo a quien no la haya visto) pese a que hay un giro final que pretende ser sorpresivo, pero no me terminó de convencer.

Pese a ello, “El final de la cuenta atrás” resulta un entretenimiento de primera, que además de su amenidad, cuenta con unos buenos actores como todo un Kirk Douglas, algo veterano pero eficaz, y también un joven Martin Sheen, que está muy bien en su papel. Un pequeño clásico de la ciencia-ficción que merece ser revisado.
Calificación: 6/10

viernes, 24 de agosto de 2007

La Piel (La Pelle)

La Piel (1981)

La acción nos sitúa en Italia a comienzos de 1944. Los aliados se encuentran en el sur de la peninsula para proseguir su avance hacia el norte. El Capitán Malaparte (Marcelo Mastroiani), oficial italiano de enlace con los aliados, es destinado al Cuartel General del V ejército américano en Nápoles para colaborar directamente con el general Mark Clark. Este le encarga a Malaparte que haga de guia de la esposa de un senador americano, una mujer oficial de las fuerzas aereas, que se ha desplazado a Italia en misión humanitaria con fines propagandístiscos. Ambos personajes bucearan en las miserias de la guerra, viviendo situaciones en las que comprueban hasta donde puede llegar la brutalidad humana.

Si “Mediterraneo” era una visión extremadamente amable e idealizada de la guerra, “La Piel” se encuentra en el extremo opuesto. La directora italiana Liliana Cavani (“El portero de noche”) basándose en el relato autobiográfico del escritor y periodista italiano Curzio Malaparte, ofreció un retrato absolutamente desgarrador de la liberación de Italia durante la II GM. Las escenas de brutal realismo abundan: vemos mujeres que ofrecen a sus hijos pequeños a los soldados africanos, un brazo humano en un plato de comida, un hombre aplastado por un tanque… escenas absolutamente descarnadas pero que encajan bien en el marco de la historia. No obstante, el tono tremendista de la narración se ve afortunadamente aligerado por algunas notas de humor (el robo pieza a pieza de un tanque, o cuando el jefe mafioso negocia la venta a los aliados de prisioneros alemanes “al peso”) que dotan a la historia de una mayor profundidad.

Los actores principales están muy bien: Burt Lancaster en el papel del tosco y superficial general Clark, Claudia Cardinale como princesa Caracciolo, y sobre todo, Marcello Mastroiani como el culto playboy Malaparte, un papel que borda a la perfección. Quizás el mayor pero de esta película sea su tendencia a dejarse llevar por el efectismo y el morbo fácil en varias de sus escenas. Pero no puede negarse que “La Piel” ofrece un relato lleno de amargo realismo acerca de los desastres de la guerra. Una película no carente de interés y perturbadora, aunque con un punto de excesivo efectismo.

Calificación: 6/10