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martes, 8 de marzo de 2022

Munich en visperas de una Guerra (Munich, the edge of War)

 

Munich, en vísperas de una Guerra (2021)

Verano de 1938. Debido a las ambiciones de Hitler sobre la region checoslavaca de los Sudetes, Europa se encuentra al borde de la guerra. En este contexto, el primer ministro británico Neville Chamberlain (Jeremy Irons) busca llegar a un acuerdo con el canciller alemán para evitar la contienda, siendo convocada la Conferencia de Munich. Paralelamente, el joven funcionario Hugh Legat (George McKay) es enviado junto a la delegación de Chamberlain a Munich, para encontrarse con el diplomático alemán Paul von Hartmann (Jannis Niehwöhner), su ex compañero de clase en Oxford, quien ha comunicado al servicio secreto británico que posee un importante documento en relación a los verdaderos planes de Hitler.

Munich, en vísperas de una guerra es una muy reciente producción británica para la plataforma Netflix que recrea, como su titulo indica, los hechos históricos que rodearon la Conferencia de Munich, celebrada entre los mandatarios de Alemania, Italia, Francia y Reino Unido en Septiembre de 1938.  Como ocurre con casi todas las producciones británicas, lo más positivo del film es la sobresaliente ambientación y recreación de los escenarios de la época, que logra sumergir de lleno al espectador en el ambiente de la famosa Conferencia. Ese aspecto, unido a la excelente caracterización física de Jeremy Irons como Neville Chamberlain, condensan las mejores cualidades de la película (si bien la caracterización de Hitler deja mucho que desear). Por desgracia, el apartado narrativo no raya al mismo nivel que el artístico.

En ese sentido, hay que decir que los elementos de Thriller que se intentan introducir en la historia con la trama de espionaje que protagonizan los personajes de Legat y Von Hartmann resulta más bien forzados y no le añaden excesivo interés a la historia. Y esa falta de cohesión entre la parte histórica y la de suspense realmente es algo que lastra bastante el desarrollo de la trama, cuyo ritmo, si bien no lento, sí que resulta irregular. Otro aspecto que no me terminó de convencer (histórico en este caso) es que se hace un intento bastante evidente de justificar la política de apaciguamiento de Chamberlain frente a Hitler en 1938, alegando que gracias a esa política se ganó tiempo para enfrentarse a Alemanía en 1939. Básicamente esto es falso, ya que muy probablemente Hitler habría sido depuesto por un golpe de Estado de haberse declarado la guerra en 1938. 

En el apartado interpretativo, el que mas sobresale sin duda es Jeremy Irons encarnando a un muy creíble Chamberlain, siendo su interpretación el elemento más destacable del film. El resto del reparto cumple sin excesivos alardes en sus respectivos roles, sin que las limitaciones del guion ofrezcan demasiadas ocasiones para el lucimiento, especialmente porque la subtrama que se introduce respecto a la relación personal existente entre Legat, Von Hartmann y la novia de este último tampoco añade nada de interés a la historia.

En conclusión, Munich en vísperas de una Guerra es un film bastante apreciable en lo relativo a su vertiente histórica, aunque realmente fallido en su intento de aunar dicha vertiente con los elementos propios del cine de espionaje, por lo que el resultado final dista mucho de ser redondo. No obstante no desmerece un visionado, especialmente por su apartado técnico, y sin duda es una película interesante para los aficionados al cine histórico.

Calificacion: 5,5/10

lunes, 10 de febrero de 2020

Aliados (Allied)

Aliados (2016)

Marruecos francés, 1942. Max Vatan (Brad Pitt) un agente canadiense del servicio secreto británico llega a la ciudad de Casablanca para preparar  un atentado contra la legación diplomática alemana, contando con la cooperación de Marianne Beausejour (Marion Cotillard), una agente francesa infiltrada en las altas esferas de la colonia. Tras la ejecución de la misión, ya de vuelta en Inglaterra, Max contrae matrimonio con Marianne, pero su en principio idílica relación se verá oscurecida cuando surgen sospechas sobre la verdadera identidad de su esposa.

Puede decirse que “Aliados” es el ejemplo paradigmático de como en ocasiones una producción que cuenta con un presupuesto millonario, un director de prestigio y unos actores protagonistas de primera fila no se convierte en una gran película. En este caso, el veterano realizador Robert Zemeckis, el alumno aventajado de Spielberg, contó con un más que holgado presupuesto de 85 millones de dólares, y el respaldo de un gran estudio como la Paramount para sacar adelante el proyecto del film, con el que claramente se quiso rendir homenaje al cine clásico de espionaje producido en Hollywood durante los años 40 del pasado siglo.

Sin embargo, opino que en este caso Zemeckis se quedó a medias, porque Aliados resulta un producto tan pulido e incluso brillante en su forma, como vacío en el fondo.  Se nota que el director quiso preparar cada plano de la película a conciencia, para su disfrute estético por el espectador, lo cual se pone de manifiesto en el exquisito cuidado que se aprecia en la recreación de los decorados y escenarios donde transcurre la acción. En ese aspecto hay que reconocer el virtuosismo técnico del realizador para componer planos visualmente atractivos. Pero, más allá de eso, la película falla en su misma base, ya que el desarrollo de la historia resulta muy plano a la vez que previsible, y la química entre los protagonistas es más bien inexistente. 

De esa forma, la trama avanza de una forma tan lineal como monótona, sin que en ningún momento logre transmitir las necesarias dosis de tensión dramática o intriga, ni logre sorprender al espectador con algún giro argumental inesperado.  Esto se traduce en que la película transmite una permanente sensación de frialdad, sin que las discretas interpretaciones de un Brad Pitt más bien inexpresivo, y de una Marion Cotillard un tanto gris logren hacer que levante el vuelo en ningún momento.  En ese aspecto, además, cabe señalar que el desarrollo de los personajes –tanto principales como secundarios- brilla por su ausencia, siendo este otro lastre para que la narración fluya con un mayor interés.

En definitiva, Aliados se queda al final en un título que ofrece un bonito envoltorio visual y estético, pero bastante falto de contenido. Da la impresión de que Zemeckis, en su empeño estilístico por cuidar la forma, se olvidó completamente del fondo, con lo cual el resultado final dista mucho de ser satisfactorio.  Como película de espionaje adolece de emoción e intriga, mientras que como historia romántica tampoco convence, de forma que resulta un título de esos que se olvidan rápidamente tras su visionado.

Calificacion: 5,5/10

domingo, 1 de febrero de 2015

The Imitation Game (Descifrando Enigma)


The imitation game (Descifrando Enigma) (2014)

La historia comienza en 1939, cuando Alan Turing (Benedict Cumberbacht) un joven pero destacado matemático y criptógrafo inglés es reclutado por el Servicio de Inteligencia militar para un programa de alto Secreto destinado a romper los códigos de la maquina cifradora alemana,  la “Enigma”. A partir de ese momento Turing, con la ayuda de otros criptógrafos, comienza a trabajar en la construcción de una máquina capaz de descifrar los mensajes en código alemanes, tarea en la que recibirá la valiosa ayuda de la joven criptógrafa, Joan Clark (Keira Knightley)  con la que Turing trabará una estrecha relación amistad.

La apasionante –y, a la vez, trágica- biografía del genial matematico inglés Alan Turing es una de esas historias que parecen hechas para ser llevadas a la gran pantalla. Adaptación que se ha materializado con este biopic de producción británica, con guión basado en el libro biográfico de Andrew Hodges y realización a cargo del director Morten Tyldum. La película ha servido además para rendir un más que merecido homenaje póstumo al considerado como padre de la inteligencia artificial y precursor de las modernas computadoras, cuya decisiva contribución al esfuerzo bélico británico durante la II GM no le libró de una ignominiosa condena por homosexualidad en 1952, una injusticia que no fue parcialmente reparada hasta 2013, cuando la Reina Isabel II rehabilitó oficialmente la memoria de Turing.

Entrando a valorar el film, hay que señalar que estamos, para lo bueno y para malo, ante una producción típicamente británica. Entre los aspectos más logrados del film hay que citar la impecable labor de recreación histórica y puesta en escena, la buena fotografía, y el buen hacer del reparto de actores encabezados por un Benedict Cumberbacht que logra una más que notable recreación del personaje de Turing, ofreciendo al espectador una actuación repleta de matices interpretativos. La historia realmente engancha al espectador, y sabe mantener el interés, sobre todo durante el primer tercio de la narración, alternando distintos planos temporales para ofrecernos una visión completa acerca de la historia del protagonista.  No obstante, el film también presenta otros aspectos claramente mejorables, que evitan que estemos ante una gran película.

Y ello porque el guión peca de ser (como por otra parte suele ser habitual en el cine británico) excesivamente académico y convencional en sus planteamientos.  Todo resulta correcto en la narración, pero no arriesga nada para ofrecernos algo más acerca del personaje, cuya excéntrica y complicada personalidad ofrecía mayores posibilidades para adentrarse en ella. El tema de la homosexualidad de Turing, por ejemplo, está tratado de forma muy tangencial, sin que realmente aporte nada a la historia. Tampoco me convenció la subtrama que se introduce a cuenta de la amistad de Turing con la criptógrafa Joan Clark, principalmente porque no termina de haber química entre ambos personajes, por más que su relación se intenta meter con calzador en la historia. En definitiva, la película ofrece una narración de manual en la que todo funciona bien para contentar al espectador, pero da la impresión de que no termina de sacársele todo el jugo a la historia. Pese a ello, no puede negarse que, pese a no terminar de ser redonda, “The Imitation Game” es una película bastante estimable.


Calificación: 6.5/10 

jueves, 1 de diciembre de 2011

El Secreto Nazi de la Fortaleza (Tajemnica twierdzy szyfrów)

El Secreto Nazi de la Fortaleza (2007)

La historia comienza en Marzo de 1945, durante las últimas semanas de la guerra. El capitán Johan Jorg, un enigmático agente del Abwerh y protegido del Almirante Canaris, es destinado para trabajar como criptógrafo en el complejo secreto del castillo de Czocha, Polonia, cuya seguridad corre a cargo del coronel de la SS Jacob Gloebke. Pronto Jorg descubrirá que el castillo alberga un centro de desencriptación gracias al cual los alemanes consiguen descifrar los códigos secretos soviéticos, informando inmediatamente de ello a los servicios secretos aliados, gracias a la ayuda de la radiotelegrafista Natalia. Esto hará que tanto los norteamericanos como los soviéticos intenten adelantarse a sus adversarios para hacerse con los secretos de Czocha, preparando grupos especiales de asalto para capturar el castillo. De forma paralela, Jorg investigará las actividades del cruel capitán del SD Harry Sauer, encargado de dirigir un proyecto secreto para la obtención de la bomba atómica en los laboratorios subterráneos de un castillo cercano a Czocha.

El Secreto Nazi de la Fortaleza es una serie polaca del año 2007, que supuso la adaptación para la pequeña pantalla de la novela titulada Twierdza szyfrów (“La fortaleza cifrada") del escritor e historiador polaco Boguslaw Woloszanski, una obra que especulaba con la posibilidad de que los alemanes hubiesen desarrollado una especie de Bletchley Park propio, creando un avanzado sistema de desencriptación que les permitía interceptar los mensajes cifrados sovieticos. El éxito que alcanzó la novela en Polonia animó a Woloszanski a producir una serie televisiva basada en la misma, en la que el autor actuó también como guionista, y que contó con un total de 13 episodios emitidos a lo largo de una única temporada.

Entrando a analizar la serie, hay que decir que lo primero que llama la atención de El Secreto Nazi de la Fortaleza es su excelente ambientación y notable puesta en escena, cuidada hasta el detalle. De este modo, los uniformes, los vehículos, el atrezzo militar y los escenarios exteriores realmente logran trasladar al espectador a los últimos meses de la II GM, lo cual resulta muy de agradecer tratándose de una producción televisiva. Otro aspecto muy logrado de la serie radica en la variedad de puntos de vista que va alternando la narración, ofreciendo los hechos tanto desde el punto de vista alemán, como soviético y de los aliados occidentales. Ello se traduce en una variada sucesión de tramas que logra captar la atención del espectador, y realmente engancha en cuanto a su desarrollo conforme avanzan los capítulos.

Sin embargo, no todos los aspectos de la serie rayan a la misma altura que el apartado técnico. En primer lugar hay que señalar que, si bien la narración resulta entretenida, no es menos cierto que el desarrollo de la trama acusa una cierta acumulación de temas y líneas narrativas, no siempre desarrolladas con igual fortuna. De este modo, al tema principal del desciframiento de los mensajes rusos por los criptógrafos alemanes, se le unen las tramas personales de los protagonistas, los planes rusos y occidentales para hacerse con los secretos de Czocha, e incluso el desarrollo de la bomba atómica alemana. Ello deriva en unas tramas bastante densas que por momentos se hacen excesivamente alambicadas y un tanto difíciles de seguir.

Otro aspecto mejorable de la producción radica en el desarrollo de los personajes, que resultan en general más bien tópicos y esquemáticos, y que quedan en un segundo plano, precisamente debido a la densidad argumental que apuntaba antes. Las interpretaciones del elenco protagonista tampoco resultan excesivamente brillantes, exceptuando la del actor que interpreta al fanático y sádico capitán Harry Sauer, que es, de lejos, el personaje más logrado de la serie.

Por lo demás, y pese a la poca veracidad histórica de la historia que desarrolla la serie, hay que concluir que El Secreto Nazi de la Fortaleza resulta un producto más que digno, y una estimable serie de espionaje que ofrece unas buenas dosis de intriga, acción y entretenimiento. Sin llegar a ser una serie sobresaliente, sí que se trata de un título muy ameno que sin duda enganchará a los espectadores aficionados a este tipo de temas. Recomendable.

Calificación: 6,5/10

lunes, 21 de noviembre de 2011

Garbo, el espía (El hombre que salvó al mundo)

Garbo, el espía (2009)

Reconstrucción en clave documental de la vida de Juan Pujol Garcia, doble agente español que trabajó para el servicio secreto británico, enviando información falsa al servicio de inteligencia alemán para el que supuestamente espiaba desde Londres. Al acabar la contienda, la labor de Pujol, más conocido por su nombre en clave como “Garbo” cayó casi inmediatamente en el olvido y se le dio por muerto, hasta que cuatro décadas después el escritor británico Nigel West quiso investigar sobre el personaje y descubrir la verdadera historia del hombre que se escondía detrás de Garbo.

No cabe duda de que la biografía de Juan Pujol Garcia es una de esas historias en las que la realidad parece empeñarse en superar a la mejor novela de ficción. En el caso que nos ocupa, la de Juan Pujol ciertamente merecía ser llevada al cine. Pujol, un hombre corriente que había crecido en el seno de una familia de la burguesía catalana, era un personaje nada atrevido ni extraordinariamente valiente. Hasta el punto de que, tras el estallido de la Guerra Civil, Pujol estuvo escondido durante más de un año en un piso de Barcelona para evitar su llamada a filas. Pese a ello, tras varios avatares, Garbo acabó siendo uno de los espías más renombrados de la II GM, e incluso fue la primera persona que recibió condecoraciones por parte de ambos bandos en reconocimiento a su labor de espionaje. Esta extraordinaria historia real es la que aborda, en clave documental, Garbo, el espía, una producción dirigida por el realizador catalán Edmond Roch, que alcanzó un notable éxito de público y crítica, siendo estrenada en las salas comerciales y haciéndose acreedora del Premio Goya a la mejor película documental del año 2009.

Entrando a analizar el film, lo primero que llama la atención es la original técnica narrativa usada por Roch para abordar el relato, una mezcla de fragmentos de películas hollywoodienses, entrevistas con personajes relacionados con Garbo, e imágenes de archivo documental. De este modo se ofrece al espectador una perspectiva no del todo novedosa, pero sí que bastante interesante para describir la trayectoria vital del personaje biografiado. En ese sentido, cabe señalar que lo mejor del documental se centra en su primera mitad, la cual ofrece unas breves pinceladas biográficas del personaje, para entrar a describir como ofreció sus servicios como espía, primero a los británicos y luego a los alemanes, a los que engañó sistemáticamente gracias a la colaboración del servicio secreto británico, y a las “informaciones” que le transmitia una ficticia red de informadores residentes en Gran Bretaña.

No obstante, también es preciso señalar que el relato pierde sensiblemente fuelle en la segunda parte, cuando la técnica narrativa se hace un tanto reiterativa, y el eje de la narración se desvía del retrato del personaje para ofrecer una visión general del servicio de espionaje británico y su éxito a la hora de engañar a los alemanes en el marco de la Operación Fortitude. En esa parte, se echa en falta que se ahonde en mayor medida en la personalidad de Garbo, y opino que tampoco habría estado mal la inclusión de alguna escena dramatizada, empleando actores reales, que vinieran a complementar las imágenes de archivo y añadirle así un toque más lúdico a una narración que, en conjunto, resulta ligeramente plana.

Por lo demás, hay que reconocer que Garbo, el espía es un buen documental, que constituye un más que digno ejercicio de estilo por parte de su director. Y pese a las fallas enunciadas, se trata de un trabajo bastante estimable, aunque quizás no llege a explotar del todo las posibilidades que ofrecía la historia original del personaje histórico.

Calificación: 6/10

martes, 3 de mayo de 2011

El hombre que nunca existió (The man who never was)

El hombre que nunca existió (1956)

La historia comienza en el verano de 1943. Tras la caida del norte de Africa en manos aliadas, el alto mando planea la invasión de Sicilia. Paralelamente los servicios de inteligencia británicos tratan de engañar al espionaje alemán acerca de las futuras operaciones militares en el Mediterraneo. Entre los planes propuestos, el Comandante Montagu (Clifton Webb) de la inteligencia naval, idea hacer llegar a los alemanes unos planes falsos de invasión de Grecia y Cerdeña, usando un hombre muerto arrojado al mar, un plan que recibirá el nombre clave de Operación Mincemeat.

En 1953 aparecia publicado en Gran Bretaña un libro titulado The man who never was, escrito por el antiguo oficial de la inteligencia naval Ewen Montagu. En dicho libro, Montagu describía los hechos históricos que rodearon a la Operación Mincemeat (“carne picada”), una de las más estrambóticas operaciones de engaño estratégico organizadas por el servicio secreto británico durante la guerra. El comandante Montagu pensó certeramente que si el cuerpo de un falso oficial británico, portando documentos de alto secreto, aparecía en las costas de Huelva, los agentes locales del Abwerh alemán se harían con una copia de los mismos y los trasladarian al Alto Mando, así que se hizo todo lo posible por dotar de credibilidad a la historia del cadáver. A tal efecto, se creó una identidad ficticia, la del Mayor William Martin, dotándolo de documentos de identidad, cartas de alto secreto, recibos de lavandería e incluso una carta de amor de una falsa prometida. El plan fue todo un éxito, y tras recibir la información falsa proporcionada por Mincemeat, Hitler ordenó el desvío de importantes contingentes navales y terrestres a Grecia, asegurando de este modo el éxito de la Operación Husky.

Naturalmente, esta era una de esas historias de espionaje que se prestaba a ser llevada al cine. En lineas generales la película respetó lo esencial de los hechos históricos, si bien se tomaron algunas licencias. En la película se muestra que el cadáver usado fue el de un hombre escocés al que vela su padre tras morir de neumonía, pero en realidad la identidad del cuerpo era la de un vagabundo galés llamado Glydwr Michael, huerfano de padre y madre, que se había suicidado a principios de 1943.

Además, los guionistas también optaron por dotar de mayor dramatismo a la historia real, incluyendo la historia ficticia de un espía alemán enviado a Londres para comprobar la veracidad de la identidad y de la historia del Mayor Martin. Aunque realmente es de agradecer que se hiciera así, ya que esa parte de la trama contribuye a levantar el vuelo de una narración que peca de ser excesivamente académica y quizás algo plana en su primera mitad de metraje. Por lo demás, la película presenta la típica corrección formal y visual del cine británico, un guión que consigue crear un aceptable ritmo narrativo, y unas buenas interpretaciones de los actores protagonistas, Clifton Webb y Stephen Boyd.

En resumidas cuentas, El hombre que nunca existió ofrece un interesante relato de espionaje, además de describir con fidelidad histórica una de las operaciones de engaño estratégico más existosas de la II GM. Pese a tratarse de una historia a la que quizás podría habersele sacado más jugo con una realización más vigorosa, es uno de esos relatos que a buen seguro agradarán a los aficionados a este tipo de cine. Un título que merece la pena visionar.

Calificación: 6/10

viernes, 18 de febrero de 2011

Calle Madeleine número 13 (13 Rue Madeleine)

Calle Madeleine, número 13 (1947)

El oficial del OSS Bob Sharkey (James Cagney) recibe el encargo de adiestrar a un nuevo grupo de aspirantes a espías, el grupo 077. Cuando los aspirantes llegan al centro de entrenamiento, Sharkey recibe el aviso de sus superiores que uno de ellos es un agente alemán infiltrado. Pronto Sharkey descubre que este es Bill O´Connel (Richard Conte), en realidad un agente del Abwerh llamado Kuncel, pero decide seguir adelante con su entrenamiento para suministrarle a los alemanes información falsa a través de el. Sin embargo, cuando Lassiter es lanzado en paracaídas sobre Europa, mata a un agente y logra evadirse, poniendo en peligro toda la misión de espionaje organizada por el OSS en la costa francesa antes del Dia D.

Calle Madeleine número 13 es una película un tanto atípica, ya que rinde homenaje a los combatientes invisibles de la contienda mundial, los agentes de espionaje. En este caso, el director Henry Hathaway se inspiró parcialmente en la historia del director del OSS William Donovan, y del agente de inteligencia Peter Ortiz, que actuó como asesor histórico de la producción, para crear este intenso thriller de espionaje, ambientado en los meses anteriores al desembarco en Normandia. Como por aquel entonces las actividades e incluso la existencia de la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS) seguían siendo materia reservada, la productora recibió el aviso del gobierno de EEUU de que no mencionara al OSS en la película, omisión que se cumplió a la hora de preparar el guión del film, que en ningún momento menciona dichas siglas.

Entrado a valorar la película, hay que decir en primer lugar que se nota que se trata de un relato que bebe de fuentes muy cercanas a los hechos que narra. El realismo del film es absoluto, hasta el punto de que describe con un tono que por momentos parece casi documental, el entrenamiento de los agentes, su preparación para todo tipo de misiones secretas y las interioridades del mundo del espionaje. Un realismo que se ve reforzado por el hecho de que, como el mismo prólogo indica, la filmación tuvo lugar en las localizaciones reales que aparecen en la película. Con un ritmo bastante vivo, la película desgrana el doble juego entre los servicios de espionaje, cuando descubren que Lassiter es en realidad un agente enemigo, y como tratan de utilizarlo para desinformar al servicio de inteligencia alemán.

Me gustó especialmente el personaje de Sharkey, muy bien interpretado por James Cagney, y como este insiste en la necesidad de dejar de lado las consideraciones morales, afirmando que “En el espionaje, la única lealtad consiste en cumplir la misión, al precio que sea necesario”. Además las secuencias del entrenamiento, las peleas, e incluso los diálogos rezuman realismo, y por supuesto huyen de la heroicidad gratuita. De este modo, los espías son entrenados para mentir, robar y matar cuanto sea necesario, y se enfrentan al enemigo en una lucha a vida o muerte donde cualquier error se paga con la propia vida.

En conclusión, Calle Madeleine número 13, ofrece un más interesante relato acerca de las operaciones secretas del OSS durante la II GM. Es un título relativamente desconocido, pero que sorprende por sus elevadas dosis de realismo, su intenso ritmo narrativo, y la muy creíble atmósfera que logra crear para que el espectador se introduzca en la trama. De las mejores películas de espionaje que he visto.

Calificación: 7/10

lunes, 21 de junio de 2010

Almirante Canaris (Canaris)

Almirante Canaris (1954)

La acción comienza en 1935. El almirante Wilhem Canaris (O.E. Hasse), Jefe de los servicios de espionaje militar de la Werhmacht, es un patriota convencido y un eficaz director del espionaje militar, que irá adquiriendo progresivamente conciencia de los aspectos más oscuros del régimen nazi. Por esta razón se enfrenta a Heydrich, jefe del RSHA o Servicio de Información de la SS, quien intentará hundir a Canaris por todos los medios, empleando para ello a Irene, la hija de un disidente encarcelado, que comienza a trabajar para el almirante con el encargo de pasarle información sobre sus actividades al mismo Heydrich.

De entre todos los personajes que se opusieron al régimen nazi desde dentro, el jefe del Abwerh, el Almirante Wilhelm Canaris, merece un lugar destacado tanto por el valor moral (casi único) de su conducta, como por la importancia de su labor en contra del régimen nazi. Auténtico patriota y heroe de la I GM, Canaris se dedicó a sabotear, desde las mismas entrañas de la organización militar alemana, los objetivos estratégicos de Hitler; además de convertirse en uno de los principales conspiradores contra el régimen nazi dentro de lo que se denominó "La Orquesta Negra". Entre 1939 y 1942 pasó informes al servicio secreto británico sobre la ofensiva contra Francia y Holanda, reveló el plan de invadir Gran Bretaña y filtró informes secretos sobre los preparativos de "Barbarroja". Con la firme colaboración de su segundo en el Abwerh, el antinazi Coronel Hans Oster, Canaris maquinó distintas conspiraciones contra Hitler, apoyando los movimientos del Círculo Kreisau, el principal núcleo opositor dentro del Ejército. Hasta su detención en julio de 1944 y su posterior ejecución el 9 de Abril de 1945, Canaris fue posiblemente el saboteador interno más eficaz que actuó contra el régimen nazi. Curiosamente, el realizador encargado de dirigir la película, Alfred Weidenmann, había sido un antiguo miembro del Partido Nazi y había colaborado durante la guerra con el Ministerio de Propaganda de Goebbels.

Entrando a valorar el film, hay que comenzar diciendo que Almirante Canaris es una película de una calidad por encima de la media respecto a otras producciones alemanas de la época. Especialmente interesante en su primera mitad, donde se nos presentan las actividades de espionaje del Abwerh en el extranjero, el enfrentamiento de Canaris con Heydrich, y sobre todo, la preparación del abortado golpe de estado contra Hitler de marzo 1938. En esa parte del film la historia combina con acierto los elementos típicos del thriller de espionaje, mostrando los manejos que realizan entre bambalinas de los directores del servicio secreto, a la vez que ofrece un interesante retrato del personaje de Canaris. Todo ello aderezado con una muy buena interpretación del actor protagonista, O.E. Hasse, cuyo gran parecido físico con el almirante Canaris ayuda a que su actuación resulte bastante creíble.

Sin embargo, no todo en el film resulta igualmente brillante. El problema principal es que la historia no logra mantener el mismo nivel a lo largo de todo su metraje, en parte porque la segunda mitad la película se centra en ofrecer una visión demasiado panegírica del personaje, evitando abordar los aspectos más problemáticos de su biografía; y también porque la narración se hace más imprecisa, con la introducción de una tópica historia romántica que, aparte de no presentar mayor interés, no aporta gran cosa a la trama. Ademas, el ritmo de la narración decae bastante en esa parte final. Y es una pena, porque de haber mantenido el nivel de la primera mitad, podríamos haber estado ante una gran película sobre los entresijos del mundo del espionaje y la alta política. En lugar de ello, la película finalmente se queda en un nivel un tanto superficial, que no muestra del todo bien los claroscuros biográficos del personaje histórico. No obstante, y pese a sus limitaciones, Almirante Canaris es un titulo estimable que seguro que agradará a los aficionados a este tipo de cine.

Calificación: 6/10

domingo, 21 de febrero de 2010

Brumas de Traición (Betrayed)

Brumas de Traición (1954)

Holanda, Octubre de 1943. El coronel de la inteligencia holandesa Pieter Deventer (Clark Gable) es capturado por los nazis mientras transmite información por radio a Londres. Sin embargo, poco después es rescatado por el grupo de la Resistencia liderado por un holandés apodado “El pañuelo” (Victor Mature). Ya de vuelta en Inglaterra, el Coronel Deventer recibe el encargo de infilitrar a la atractiva Carla Van Oven (Lana Turner) en Holanda, haciendola pasar por una colaboracionista alemana para que haga de enlace con el grupo de El Pañuelo. Sin embargo, los siguientes golpes de mano ejecutados por la resistencia resultan previstos por los alemanes, lo cual hará sospechar de la presencia de un agente infiltrado que está pasando información al enemigo, por lo que Deventer, en vísperas de la crucial operación Market Garden, decide trasladarse a Holanda para desenmascarar personalmente al traidor.

Brumas de traición supuso el último trabajo realizado por el famoso actor y galán de Hollywood Clark Gable para la Metro Goldwin Meyer. Tras más de 20 años de colaboración con los famosos estudios de la “Metro”, Gable, ya en su madurez y enfilando el declive de su carrera, había dejado de ser rentable para la productora, mientras que el actor, por su parte, deseaba cambiar de aires y negociar un nuevo contrato que fuera más lucrativo para él. Para este último papel, Gable abandonó su habitual registro de seductor para embarcarse en un thriller de espionaje ambientado en la Holanda ocupada por los nazis. Para acompañarlo en el reparto, se eligieron otros valores seguros del estudio como Lana Turner y Victor Mature, que abandonó sus habituales papeles de personaje de Peplum para dar vida a un intrépido líder de la resistencia holandesa.

Hay que decir que Brumas de Traición comienza bastante bien, con una trepidante secuencia que muestra la localización y posterior captura del coronel Deventer por los alemanes mientras transmite un mensaje por radio a Londres, para ser luego inmediatamente liberado por la resistencia. Sin embargo, pasados los primeros minutos de metraje, la historia deriva en la típica trama de espionaje, personajes moralmente dudosos, y traiciones, con algún interludio romántico de por medio. Elementos estos que, manejados con habilidad, podrían haber dado mucho más de sí. El problema es que en este caso, la trama de espionaje no termina de discurrir con fluidez y se ralentiza en exceso en más de un momento; mientras que los aspectos románticos de la historia resultan bastante tópicos, además de ñoños. También falta algo más de definición a la hora de describir a los personajes, ya que estos dan algunos giros que no quedan del todo bien explicados en la trama. Finalmente, no me terminó de convencer el enlace, un tanto forzado (e históricamente falso), que se establece hacia el final de la historia entre la trama de espionaje y el inicio de la Operación Market Garden. En definitiva, es una historia que habría requerido unas mayores dosis de suspense y tensión dramática para funcionar realmente bien en pantalla.

Entre los aspectos positivos del film habría que destacar la cuidada fotografía en color, la excelente ambientación (la película se filmó en las localizaciones reales de Holanda) y la presencia escénica del trío protagonista formado por Gable, Turner y Mature, aunque sus personajes no estén del todo bien dibujados.

Al final, Brumas de traición se queda en un correcto –aunque algo tópico- thriller de espionaje de buena factura visual. Un título que sin duda podía haber sido mejor de haber contado con un guión más pulido y una dirección más vigorosa, pese a lo cual no carece de todo interés, aunque solo sea por su estelar reparto.

Calificación: 5,5/10

jueves, 14 de enero de 2010

Cinco tumbas al Cairo (Five graves to Cairo)

Cinco Tumbas al Cairo (1943)

Norte de Africa, junio de 1942. Tras la caida de la fortaleza de Tobruk en manos alemanas, el cabo John Brombel (Franchot Tone), el único superviviente de la tripulación de su tanque, se refugia en el Hotel de carretera “Emperatriz de Bretaña” regentado por el simpático Farid, y la camarera francesa Mouche (Anne Baxter). Aunque el sitio parece un lugar seguro, pronto las cosas se complican cuando los alemanes y el Estado Mayor del Afrika Korps, con el mariscal Rommel (Erich von Stroheim) a la cabeza, deciden usar el hotel como cuartel general antes de reemprender el avance sobre Egipto. Para no ser descubierto, Brombel adopta la personalidad del camarero Paul Davos, agente alemán fallecido en un bombardeo antes de la llegada de los alemanes. Inesperadamente colocado en una posición privilegiada, Brombel emprende una arriesgada misión de espionaje, tratando de averiguar donde esconden las fuerzas alemanas los depósitos secretos de suministros con los que Rommel planea reemprender el avance final sobre Egipto.

Cinco tumbas al Cairo fue el tercer largometraje dirigido por el genial realizador norteamericano de origen austriaco, Billy Wilder. El rodaje tuvo lugar durante los primeros meses de 1943 en el desierto de Arizona y en los estudios de la Paramount, con guión basado en la comedia de 1927 "Hotel Imperial", de Lajos Biró. Y como no podía ser de otra manera dada la fecha de su realización, es un título que se enmarca dentro de las decenas de películas de contenido propagandístico realizadas por los estudios de Hollywood  durante la contienda, en apoyo de la causa aliada

A pesar de ello, hay que reconocer que Wilder siempre se las ingeniaba para ofrecer algo distinto e interesante en sus films. En este caso, la película comienza con una secuencia impactante y arrolladora, mostrándonos como un solitario tanque británico vaga a la deriva por las dunas del desierto, mientras todos sus ocupantes yacen inermes en su interior. Luego, a partir de la llegada del único superviviente del carro al hotel de carretera, el relato cambia bruscamente de dirección, para introducirnos en la trama que se desarrolla en el escenario ligeramente claustrofóbico del hotel medio derruido por los bombardeos, a donde van llegando los personajes. Una trama que al principio ofrece los elementos típicos de una comedia de enredo, para luego ir introduciendo de forma gradual la historia de intriga y espionaje que gira alrededor de la figura del mariscal Rommel, y un misterioso mapa que contiene importante información sobre la campaña de Egipto. Todo un ejemplo de “crescendo” narrativo que Wilder sabe administrar a la perfección poniendo de manifiesto sus habilidades como director.

Eso hace que uno pueda olvidar lo poco verosímil de la trama de espionaje, y hasta perdonar algún que otro elemento poco pulido del guión (como por ejemplo, el retrato excesivamente caricaturesco que se hace los italianos, personificados en el torpe general Sebastiani). Otro aspecto que no me terminó de convencer es el retrato que se hace de Rommel. Pese a que la interpretación de Von Stroheim encarnando al famoso mariscal alemán es bastante digna, bajo mi punto de vista aparece retratado como un hombre frío y autoritario, de forma que el personaje responde más al tópico de oficial prusiano estirado, que al perfil carismático del Zorro del Desierto. Aunque esto es desde luego compresible dadas las circunstancias de la contienda.

En definitiva, Cinco tumbas al Cairo, si bien es un título menor dentro de la filmografía de Wilder, ofrece bastantes destellos de buen cine, amén de mostrar las habilidades en la realización de el por aquel entonces joven director. Desde luego, es una película que cumple la máxima enunciada por el propio Wilder de que: “Al público se le agarra por el cuello, se les acelera el corazón, y no se les suelta. Hay que apretar cada vez más. Al final, cuando están casi sin aliento, se les deja, se acabó, y la sangre empieza a circular de nuevo”. Un clásico a descubrir.

Calificación: 6,5/10

domingo, 13 de diciembre de 2009

Rommel llama a El Cairo (Rommel ruft Kairo)

Rommel llama a El Cairo (1959)

La acción comienza en la primavera de 1942, mientras Rommel prepara su golpe definitivo en Cirenaica conquistando la fortaleza de Tobruk para marchar luego sobre Egipto. A fin de conocer mejor las defensas e intenciones británicas, Rommel planea una audaz misión de espionaje ideada por el conde Lászlo Almásy, un famoso explorador del desierto, consistente en infiltrar a cuatro agentes pertenecientes al Comando Branderburg de la inteligencia militar, dando un largísimo rodeo a través del desierto, hasta llegar a El Cairo. Una vez instalados allí bajo identidades falsas, los agentes informarán de los movimientos de tropas británicas. Pese a que la primera parte de la misión es un éxito, pronto la inteligencia británica comenzará a sospechar que hay agentes alemanes infiltrados en la ciudad.

Rommel llama a el Cairo es un film alemán de espionaje basado de forma razonablemente fidedigna en los hechos reales que rodearon dos de las operaciones organizadas por el Abwerh en el norte de África: la Operación Salaam y la Operación Condor. La primera operación tenía como finalidad introducir en Egipto a los espías alemanes Peter Stanstede y Johannes Eppler, dos de los mejores agentes del servicio secreto. Eppler por su ascendencia medio árabe, su dominio de varias lenguas, y su conocimiento del país al haber residido en Egipto, podía considerarse el espía perfecto para la misión. La complicada ruta de infiltración, un recorrido de unos 3.000 kilómetros a lo largo del desierto libio y egipcio fue supervisada por el famoso explorador y egiptólogo húngaro al servicio del Abwerh Laszlo Almasy, perfecto conocedor de esos parajes, y cuyo personaje inspiró (bastante libremente, eso sí) la historia del protagonista de la oscarizada película El Paciente Inglés.

La misión infiltración fue todo un éxito y tanto Eppler como Stanstede pudieron instalarse sin despertar sospechas en el Cairo, y establecer contactos con el movimiento antibritánico egipcio. Especialmente relevantes eran los datos ofrecidos por la bailarina Hekmat Fahmi, que comenzó a facilitarles información militar muy valiosa gracias a sus contactos con altos oficiales británicos. Los agentes alemanes estuvieron pronto en condiciones para llevar a cabo la segunda operación, denominada “Condor”, consistente en transmitir por radio la información militar que habían obtenido. Sin embargo, un problema técnico en los equipos de radio impidió que pudieran enviar a Rommel las informaciones que habían conseguido usando las claves de la novela Rebecca, como previamente habían acordado. Pocas semanas después, gracias a la captura de dos radiotelegrafistas alemanes implicados en la Operación Condor, la inteligencia británica descubrió la ubicación de Eppler y Stanstede y los detuvo, frustrando de este modo la operación de espionaje alemana.

Esta es la historia que el propio Johannes Eppler se encargo de escribir después de la guerra y que a su vez sirvió de inspiración a Ken Follet para su célebre novela La clave está en Rebeca. Naturalmente, era una historia que se prestaba a ser llevada al cine, y la adaptación contó con la colaboración de Eppler como asesor de los guionistas. Como apuntaba antes, Rommel llama a El Cairo respeta en general los hechos históricos reales, si bien se toma algunas licencias (por ejemplo, la traición de la bailarina Amina, o introducir en la trama un ficticio romance de Eppler con una oficial británica) para hacer mas atractiva la historia.

En lineas generales la película sigue las líneas convencionales del thriller de espionaje, ofreciéndonos una visión con ciertos tintes patrióticos, pero también bastante aséptica, de la historia. Si bien ni el desarrollo argumental ni la puesta en escena resultan demasiado brillantes, la película tiene algunos momentos logrados, como cuando muestra las penalidades que pasa el comando en su travesía por el desierto, o la tensa infiltración de Eppler disfrazado de oficial británico en el cuartel general del El Cairo. Aunque a mi modo de ver, dado los excelentes mimbres que ofrecia la historia real (una de esas historias en las que la realidad parece superar a la ficción) creo que la película se queda a medio gas, limitándose a una narración de los hechos bastante convencional, sin explotar todas las posibilidades que aquellos ofrecian. Lo mismo puede decirse del trabajo de los actores, el cual resulta correcto, aunque sin demasiados alardes interpretativos.

Al final “Rommel llama a El Cairo” se queda en un correcto film de espionaje, aunque sin demasiado brillo. Pero no deja de tener su interés por describir una de las operaciones de espionaje más audaces llevadas a cabo en la II GM. Una historia seguramente a descubrir por muchos.

Calificación: 5/10

lunes, 18 de mayo de 2009

Espía por mandato (The Counterfeit Traitor)

Espia por mandato (1962)

La acción nos sitúa en Estocolmo, en 1942. Erik Ericsson (William Holden) es un importante importador de petroleo sueco con influyentes contactos comerciales y politicos en la Alemania nazi. Su vida se ve alterada cuando es incluido en la “lista negra” aliada y coaccionado por un agente del servicio secreto británico para que espíe para los aliados y los informe acerca de la producción de petroleo y las condiciones económicas en el interior de Alemania. Forzado por las circunstancias, Ericsson accede a suministrar información, sin embargo para ello deberá aparentar ser un colaboracionista, lo cual le costará el desprecio de su familia y amigos. No obstante, con la ayuda de otra agente, Marianne Mollendorf (Lili Palmer), una alemana católica y de fuertes convicciones antinazis, Ericsson se las arreglará para proporcionarles a los aliados una muy valiosa información sobre las fábricas alemanas.

La historia real del espía norteamericano de origen sueco Eric Ericsson, es una de esas historias que se prestan a ser llevadas al cine. Ericsson, que había adquirido la nacionalidad sueca en la década de los 30, se las arregló para establecer relaciones comerciales con industriales alemanes, y durante la contienda facilitó importante información al OSS sobre la producción de combustible sintético alemán gracias a sus frecuentes viajes de negocios a Alemania. La historia de este espía sirvió para inspirar en 1958 la novela "The Counterfeit Traitor" (algo así como “El Falso Traidor”), del escritor Alexander Klein, la cual fue retomada por el realizador George Seaton para elaborar el guión del film.

De lejos, lo mejor de esta película es la variedad de la temática que abarca, ofreciendo una historia que contiene no solo los tipicos elementos del cine de espionaje espionaje, sino también de drama, thriller y romanticos, además de ahondar en las motivaciones morales y personales de los protagonistas. También es destacable, a diferencia de otras películas de contemporaneas, “Espía por mandato” no elude mostrar la cara más sucia del mundo del espionaje, un mundo en el que, por ejemplo, los agentes británicos no dudan en amenazar y coaccionar al protagonista con tal de ganarlo para la causa. También es destacable como se nos muestran las motivaciones de los protagonistas, Eric y Marienne. El primero, como hombre de negocios, solo mira por su seguridad y la de su patrimonio, mientras que la segunda es la típica idealista convencida de combatir por una causa justa. El choque de caracteres entre ambos personajes es otro de los elementos muy bien desarrollados en el film.

También es reseñable la riqueza de las distintas subtramas que se introducen en la historia, especialmente la denuncia de la crueldad nazi, ejemplificada en el niño fanatizado por la ideología hitleriana, que no duda en denunciar a su propio padre a la Gestapo como traidor. A todo ello se une el buen hacer del elenco de actores, tanto por parte de los protagonistas, con un William Holden en uno de sus mejores papeles, y una muy convincente Lilli Palmer; como de los solventes secundarios que los acompañan, destacando entre ellos a Hugh Griffith, como el cínico y socarrón agente británico que recluta a Ericsson, y un joven Klaus Kinski, que da vida a un judío que trata de huir de los nazis.

En definitiva, “Espía por mandato” es uno de esos films de muy pulcra realización, buena puesta en escena y convincentes actuaciones. Sin llegar a ser una grandísima película, sí que es un título de sólida factura formal y artística, además de ser uno de los que más profundidad han dado al tema del espionaje en tiempos de guerra. Desde luego, es un título de los que hay que ver al menos una vez. Una película muy completa en todos los sentidos.

La Crítica de Reisman

Calificación: 7/10

lunes, 11 de mayo de 2009

Operación Cicerón (5 Fingers)

Operación Cicerón (1952)

La acción no sitúa en Ankara, Turquía, 1943. Ulysses Diello (James Mason), el ambicioso e inteligente ayuda de camara del embajador británico en la capital turca se ofrece a los alemanes para pasarles información de alto secreto a cambio de importantes sumas de dinero. Tras convencer a Moyzisch, el agregado militar de la embajada alemana, de la utilidad de sus servicios, recibe el nombre clave de “Cicerón”. A partir de ese momento, Diello confiará sus actividades la condesa Anna Staviska (Danielle Derrieux), una aristócrata polaca exiliada, para ayudarle a preparar su fuga a Sudamerica una vez que haya reunido dinero suficiente, y antes de que los servicios secretos británicos descubran que está pasando información a los alemanes.

La historia de Eylesa Bazna, más conocido por su nombre en clave de “Cicerón”, es una de esas historias en las que la realidad desafía a la ficción. Nacido en Albania, en el seno de una familia humilde, Bazna se trasladó muy joven junto con su familia a Ankara, donde desempeñó el puesto de chófer en varias embajadas extranjeras. Unos años después, Bazna llegó a convertirse en ayuda de cámara del embajador británico Sir Hughe Knatchbull-Hugessen. Fue entonces, cuando, aprovechando su cercanía al embajador y su acceso a los documentos diplomáticos británicos, “Cicerón” ofreció sus servicios a los alemanes. Entre 1943 y 1944 Bazna le proporcionó al embajador alemán Von Papen importantes documentos confidenciales de los aliados, entre otros, las actas de la conferencia de Teherán, documentos relativos a las negociaciones aliadas con Turquía, e incluso documentación relativa a la Operación Overlord. Sin embargo, los alemanes no supieron hacer un uso adecuado de la valiosa información que les proporcionó Cicerón. En parte porque desconfiaban de la fiabilidad del espía, y también por los recelos personales existentes entre los principales receptores de la información: el ministro de asuntos exteriores Ribbentrop, el jefe de los servicios de seguridad Kaltenbrunner, y el propio embajador Von Papen.

Naturalmente, la película se basa en los hechos reales, relatados por el propio protagonista en su libro “Yo fui Cicerón”, los cuales el film respeta en gran medida. La producción corrió a cargo de la 20th Century Fox, que encargó la dirección al prestigioso realizador Joseph L. Mankiewicz, mientras que la redacción del guión corrió a cargo de Michael Wilson. Como apuntaba, la película nos muestra bastante fidedignamente los hechos que rodearon la entrega de información por parte de Cicerón a los alemanes, si bien añade algún elemento de ficción para hacer la trama más atractiva. El principal es la introducción del personaje de la condesa Staviska, con la que Cicerón planea escapar a Sudamerica, y que no existió realmente. Igualmente, para dar mayor emoción a la historia, el film se tomó la licencia de hacer ver que los servicios de espionaje británicos siguieron de cerca a Cicerón, aunque en la realidad esté abandonó voluntariamente el servicio en la embajada cuando la secretaria de Moyzisch, Nele Kapp, se pasó a lo aliados, poniendo en peligro su identidad secreta.

Desde el punto de vista cinematográfico, la película es bastante apreciable. Para empezar hay que destacar la brillante interpretación de James Mason en el papel Cicerón, dotando a su personaje del punto justo de refinamiento y ambiguedad moral, encarnando de esta forma al perfecto espía. Otro aspecto destacable radica en el guión del film, que sabe conjugar muy adecuadamente los elementos de acción e intriga, con algunas escenas de fino humor y unos diálogos muy bien elaborados. Por ejemplo, cuando Moyzizch le pregunta a Cicerón como es que pide el pago en libras, si la información que les pasa puede conducir a la victoria alemana, este le replica que para un condenado a muerte “Conocer el grosor de la soga no va a evitar que lo ahorquen”.

También es digna de reseñarse la ambientación en los escenarios reales (los exteriores se filmaron en Turquía) y la buena fotografía en B/N. Y por supuesto, no puede dejarse pasar por alto el desenlace final del film, que sirve de brillante colofón a la historia de “Cicerón”. En definitiva, “Operación Ciceron” es uno de esos films que, sin llegar a la categoría de Obra Maestra, merecen ocupar un lugar destacado por su esmerada factura formal y artística. Aun hoy, es de las más logradas películas del género de espionaje, y por supuesto, un título que definitivamente merece la pena revisar.

La Crítica de Reisman

Calificación: 7,5/10

miércoles, 6 de mayo de 2009

Resplandor en la Oscuridad (Shining Through)

Resplandor en la oscuridad (1992)

Linda Voss (Melanie Griffith), una norteamericana de origen judio alemán, es contratada para trabajar en una oficina gubernamental al comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Tras iniciar un romance con su jefe, Ed Leland (Michael Douglas) descubre que este es en realidad un agente del OSS. Cuando Leland desaparece en el curso de una misión secreta en Alemania, Linda convence a sus superiores para viajar alli y realizar una peligrosa misión de espionaje en Berlín haciéndose pasar por empleada doméstica de un alto jerarca del partido nazi. Pero el verdadero motivo del viaje Linda será el intento de reencontrarse con su amado.

Resplandor en la Oscuridad es una de esas peliculas que se notan hechas con las mejores intenciones, pero que, a la postre, se quedan en un producto absolutamente mediocre. Se aprecia de forma bastante clara que la película, dirigida por David Seltzer, con guión basado en una novela Susan Isaacs, se hizo con la intención de fundir los elementos clásicos del cine de espionaje, con la típica trama romántica de “amor en tiempos de guerra” que tanto gustan en Hollywood. En ese sentido se aprecian claras reminiscencias que van desde clásicos como “Casablanca” a otros films más recientes como “La calle del adiós”.

Sin embargo, en este caso el resultado final quedó bastante desdibujado, principalmente porque la película flojea en demasiados aspectos. El primero, y más importante reside en lo absolutamente inverosímil de la trama. La protagonista es una simple secretaria, que sin recibir entrenamiento alguno como agente secreto (más allá de ser aficionada a ¡las películas de espías!), es enviada en una misión ultrasecreta nada menos que a Alemania. Por otra parte, Leland, el agente del OSS es enviado allí sin saber hablar alemán… eso sin contar la carambola por la que Linda es despedida de casa del jerarca nazi, e inmediatamente contratada para ser la cuidadora de los hijos de un general alemán. En definitiva, una serie de dislates argumentales forzados hasta el máximo.

Pero aparte de eso, lo peor es que la película resulta infumable debido en gran medida a lo inadecuado de su reparto. Melanie Griffith está absolutamente cargante y fuera de sitio en su papel de intrépida enamorada metida a espía, realizando una de las peores actuaciones de su carrera. Y a Michael Douglas, por aquel entonces un actor en alza, se le nota a la legua que no termina de encontrarse a gusto interpretando al duro agente del OSS. Se salva un poco de la quema Liam Neeson, en el papel secundario de general alemán, aunque su personaje no de demasiado juego, al menos cumple.

Finalmente, si a las deficiencias en lo tocante a verosimilitud y reparto, añadimos una trama desarrollada de forma absolutamente plana y sin gracia, amén de un desenlace de lo más pasteloso que uno pueda imaginarse, se explica mejor el hecho de que este film se hicera acreedor en su día de 5 “Razzies” o antioscars, incluyendo el de peor película y peor actriz principal. Por rescatar algo de la quema, quizás puedan salvarse los decorados y la ambientación, pero el resto de este film, desde luego, no pasará precisamente a la historia del cine. Un título absolutamente prescindible y que, (si me permite el juego de palabras) en absoluto resplandece.


Calificación: 3/10

lunes, 13 de abril de 2009

Espias en la sombra (Les femmes de l'ombre)

Espias en la sombra (2008)

La acción nos sitúa en Mayo de 1944 pocas semanas antes del desembarco en Normandia. Louis Desfontaines (Sophie Marceu) es una agente francesa del SOE británico, llamada para encabezar una peligrosa misión en suelo francés. Liderando junto a su hermano Pierre un comando formado por cinco mujeres, deberá liberar a un geólogo del servicio secreto, conocedor de los secretos del Día D, enviado por error a un hospital alemán en Normandia. Al mismo tiempo, un oficial de contraespionaje de la SS, el coronel Heindrich, intentará por todos los medios localizar al geólogo para sacarle la información que necesita para confirmar sus sospechas acerca de que Normandia será el lugar elegido por los aliados para desembarcar en Francia.

Las historias sobre la resistencia y las redes espionaje en la Europa ocupada por los nazis han sido tradicionalmente una  fuente casi inagotable de inspiración para decenas de títulos ambientados en la II GM. Siguiendo esta corriente,  esta producción francesa del director Jean Paul Salóme supone una nueva aproximación a dicho tema, con la particularidad de que se trata de una historia protagonizada por mujeres que quiere rendir homenaje a la participación femenina en la contienda, y su contribución a la victoria aliada. Una historia, por cierto, que parece más que inspirada en una novela de Ken Follet titulada “Alto Riesgo” con la que la película comparte muchas similitudes argumentales. Aunque, eso sí, las nacionalidades del jefe y miembros del comando (norteamericano y británicas, en la novela) han sido convenientemente cambiadas para que sea una historia netamente francesa.

Lo primero que llama la atención del film es comprobar –para sonrojo de la industria cinematográfica patria- como un pais europeo como Francia puede igualar a las más caras producciones hollywoodienses en lo tocante a los aspectos técnicos. En ese sentido, la película resulta sobresaliente en cuanto ambientación, fotografía y efectos especiales, y demuestra que el cine europeo no tiene nada que envidiar al norteamericano a la hora de producir films con una puesta en escena espectacular. Sin embargo, y curiosamente, al menos en este caso, “Espias en la sombra” no solo trasvasa al cine europeo los mejores aspectos del norteamericano, sino también sus defectos. Y digo esto porque, entrando a valorar la calidad intrínseca del film, lo cierto es que este presenta más de un aspecto fallido.

En primer lugar, la historia tiene un desarrollo bastante convencional y plano, con una sucesión de escenas acción y fuegos de artificio que no están debidamente conectadas con una parte discursiva medianamente elaborada o algún tipo de tensión dramática que sirva de engarce para las sucesivas escenas de acción. Los personajes, asimismo, resultan bastante estereotipados (el coronel nazi malvado, la abnegada luchadora, la mujer dispuesta al sacrifico torturada por su pasado… etc) y no aportan nada nuevo. Finalmente –y lo que es peor tratándose de un film de acción- pese a que pasan muchas cosas en pantalla a lo largo de sus casi dos horas de metraje, lo cierto es que el interés de la historia decae muy rápidamente, e incluso se hace aburrida en más de un momento. Por lo demás, el desarrollo de la trama no aporta nada (absolutamente, nada) nuevo al género, por lo que el espectador asiste más con resignación que con interés al mismo.

Por ello, y pese a la brillante factura formal que presenta el film, “Espías en la sombra” se queda en un tópico film de acción y aventuras bélicas al uso, que sirve también de vehículo para el lucimiento de la belleza de Sophie Marceau, y del resto de actrices, que en general cumplen bien sus papeles, aunque estos no den demasiado de si. Pero quien espere encontrar cierto rigor histórico o profundidad argumental, mejor que elija otra película. Si algo demuestra este tipo de cine, es que –como apuntaba antes- las producciones europeas pueden ya igualar a las norteamericanas en cuanto a medios de producción, ahora solo faltan buenas historias que respalden y den profundidad a la excelencia técnica.

Calificación: 5,5/10

miércoles, 1 de abril de 2009

Morituri

Morituri (1965)

La acción no sitúa en 1942. Robert Crain, (Marlon Brando) es un pacifista alemán exiliado en la India, que es reclutado a la fuerza por el Servicio Secreto Británico, para una misión secreta. La misión de Crain consistirá en infiltrarse, haciéndose pasar por un oficial de la SS, en el Ingo, un mercante que transporta una importante carga de caucho cuya confiscación interesa mucho a los aliados, con la finalidad de sabotear el barco para facilitar su captura. Pronto Crain descubrirá que además de a los peligros de su arriesgada misión, habrá de enfrentarse también al Capitán Mueller (Yul Brynner), el oficial al mando del buque, un hombre de ideas antinazis, pero decidido a cumplir su misión de conducir el barco hasta su destino a toda costa.

Morituri te salutant! era la frase con la que los gladiadores se dirigían al emperador romano antes de lanzarse a luchar a muerte, y de cuyo enunciado la película toma su título. Dirigida por competente realizador austríaco Bernard Wicki (director de la magnífica "El puente"), con guión basado en una novela de Werner Luedecke. Hay que decir que Morituri es una de esas películas que, a priori, reunía todos los elementos necesarios para convertirse en un clásico. En primer lugar, por el hecho de contar con un reparto sobresaliente con dos grandes de la pantalla como Brando y Brynner, amén de contar en la dirección con un realizador de talento como Bernard Wicki. Todo ello aderezado con una Banda sonora compuesta para la ocasión por el maestro Jerry Goldsmith, y una excelente fotografía en B/N merecedora de una nominación al oscar.

Sin embargo, y pese a contar con tan buenos mimbres, Morituri pasó bastante desapercibida para crítica y público en la época de su estreno, y aun hoy día es uno de los títulos menos conocidos dentro de la filmografía de Brando, lo cual, viendo la película resulta bastante comprensible. No se puede negar que la historia tiene un punto de partida interesante y que tiene escenas y diálogos bastante logrados. No obstante, la película falla en varios aspectos, que impiden que esta sea redonda. En primer lugar hay que señalar que el desarrollo de la trama se va haciendo más intrincado conforme avanza el film, mezclando una serie de elementos de espionaje, acción, antibelicistas… etc. Pero esta mayor densidad narrativa repercute negativamente en cuanto al interés de la historia, de forma que esta se va haciendo más complicada, a la par que monótona y reiterativa. A mi modo de ver, le falta algo más de pulso narrativo para enganchar al espectador, y sobre todo, para mantener el interés lo largo de sus más de dos horas de metraje, que llegan a hacerse largas.

Por otro lado, el aspecto interpretativo no es todo lo brillante que cabría esperarse. Yul Brynner cumple con corrección en su papel (un tanto arquetípico) de hombre atrapado en el dilema que se plantea entre su sentido del deber y su moralidad, aunque lo hace sin excesivo lucimiento. Marlon Brando, por su parte, estaba en una de las fases más bajas de su carrera interpretativa cuando participó en esta película, y la verdad es que su actuación no pasa de discreta, excesivamente hierática y muy alejada, desde luego, de sus mejores papeles.

En definitiva, “Morituri” se queda en un título correcto, filmado, eso sí, con unos medios bastante importantes. Sin embargo tales medios no ocultan el hecho de que la historia que cuenta, en principio interesante, quede sepultada por la hipertrofia narrativa que atenaza el desarrollo argumental del film. Una película que puede considerarse fallida, aunque posiblemente gustará a los mitómanos seguidores de Brando, pero que no pasa de discreta en cuanto a su calidad cinematográfica.

Calificación: 5,5/10

martes, 3 de marzo de 2009

Bajo diez banderas (Sotto dieci bandiere)

Bajo diez Banderas (1960)

La acción nos sitúa en 1940. El almirantazgo británico se halla desconcertado ante una serie de hundimientos de mercantes sin que se sepa la causa. Tras algunos hundimientos, se descubre que el responsable es un buque de superficie alemán que opera como corsario. Decidido a acabar con la amenaza de este buque, el Almirante Russel (Charles Laughton) moviliza a las unidades disponibles para dar caza al corsario. Sin embargo, el Capitan Rogge (Van Heflin), capitán del crucero auxiliar Atlantis, se muestra como un adversario tremendamente astuto y escurridizo usando todo tipo de argucias para enmascarar su barco haciendolo pasar por una nave mercante.

Durante los primeros meses de la II guerra mundial los buques corsarios alemanes fueron los protagonistas de una corta, pero intensa, campaña marítima contra el tráfico mercante aliado a lo largo de los océanos. Una de las naves corsarias alemanas con más éxito fue el crucero Atlantis, que a lo largo de su singladura logró destruir 22 mercantes aliados, sembrando el terror en las lineas de navegación británicas. Finalmente, enviado a reaprovisionar de combustible al submarino U-126, el Atlantis fue localizado y hundido en el Atlantico Sur el 22 de noviembre de 1941 por el crucero pesado británico Devonshire.

Realizada como coproducción italo-americana, “Bajo diez banderas” se encargó de trasladar a la gran pantalla la historia del Atlantis y de su carismático capitán, Bernhard Rogge. Este era un marino a la vieja usanza, un hombre de honor acrisolado y extremadamente respetuoso con las leyes internacionales, tal y como aparece retratado en el film, personaje, por cierto que puede considerarse uno de los primeros en romper con el tópico de "nazis fanáticos" tan recurrente en las películas bélicas coetaneas. Como era usual en aquella época la producción contó con la presencia de dos actores de Hollywood en un momento bajo de sus carreras, en este caso el gran Charles Laughton (en uno de sus últimos papeles) como almirante británico empeñado en dar caza al Atlantis, y Van Heflin, que encarna en la pantalla al capitán Rogge. Cabe señalar que la película, tanto por su temática argumental como por su desarrollo, entronca directamente con otros títulos similares como “Hundid el Bismarck” y “La Batalla del Rio de la Plata”, si bien en este caso es evidente que la promotora contó con unos medios de producción más bien modestos y que el presupuesto que se manejó para el rodaje no era demasiado holgado.

Pese a ello, no puede negarse que la película está hecha con oficio, y sabe suplir su escasez de presupuesto ofreciendo una historia bien contada y desarrollada con pulso narrativo adecuado. Por lo demás, la película ofrece, además de los elementos típicos de las películas de guerra naval, una subtrama de espionaje, que nos muestra los intentos aliados por hacerse con el mapa secreto del alto mando naval alemán en Paris. Las escenas navales no están mal, sobre todo teniendo en cuenta las limitaciones presupuestarias, que se aprecian especialmente en el uso de imágenes de relleno sacadas de documentales de combates navales reales. En cuanto a las actuaciones de los protagonistas, Van Heflin compone un creible personaje como el capitán Rogge, mientras que la interpretación de Charles Laughton en el papel del Almirante Russel me pareció un poco sobreactuada, y desde luego, lejos de los mejores papeles de este gran actor.

En resumidas cuentas, Bajo diez banderas es una película que seguramente hará pasar un buen rato a los aficionados a los temas navales y al cine de aventuras. Pese a su ausencia de pretensiones, es una película razonablemente entretenida y de aceptable factura pese a su modestia de medios.

Calificación: 6/10

lunes, 19 de enero de 2009

Flame y Citron (Flammen og Citronen)

Flame y Citronen (2008)

La historia comienza en 1944, en la Dinamarca ocupada por los nazis. Flame (cuyo nombre real es Bent) y Citronen (Jorgen) son dos de los más activos miembros de la resistencia danesa, encargados de ejecutar a colaboracionistas y miembros de las organizaciones nazis. Sin embargo, todo empieza a complicarse para ellos cuando el jefe de su célula de la resistencia, Aksel Winther, les ordena asesinar a dos funcionarios de la organización del Abwehr, y Flame fracasa en su misión. Las represalias alemanas se intensifican y varios miembros de la resistencia son ejecutados lo que hace sospechar que hay un infiltrado en la resistencia. Las sospechas apuntan a Ketty Sedner, una enigmática agente doble con la que Flame vive un peligroso romance.

Con un presupuesto cercano a los 10 millones de Euros “Flame y Citron” es una de las producciónes danesas más caras de la historia. Dirigida por realizador danés Ole Christian Madsen, la pelicula se basa en la historia real de esos resistentes daneses, muy populares en su pais. Al parecer, Madsen había leido de niño un libro que relataba la historia de Flame y Citron, quedando muy impresionado por la misma. Años más tarde, charlando con el guionista Lars Andersen, Madsen descubrió que éste también había leído sobre los personajes y que ambos compartian el interés por su historia, por lo que decidieron llevarla al cine. Aunque conseguir la financiación para el proyecto les llevó varios años, finalmente, gracias a la colaboración de varios productores alemanes, pudo llevarse a buen término.

Como no podía ser de otra forma, la historia gira en torno a los dos personajes centrales, que son el centro de la narración. Es de agradecer, no obstante, que la película no se quede en ofrecernos la típica historia de heroicos y abnegados resistentes enfrentados a los alemanes “malos”. En vez de ello, el film ahonda en la sicología de los personajes y relativiza la moralidad de unos y otros, de forma que la historia deja claro que no todos los resistentes eran heroes ni sus motivaciones siempre fueron altruistas. Una historia que, por lo demás, sigue las claves típicas de los films de espionaje y cine negro con sus traiciones, giros argumentales e intrigas, un poco en la linea de la también reciente “El Libro Negro” de Paul Verhoeven. Un aspecto muy logrado del film radica en su excelente fotografia, ambientación y localizaciones, que logran trasladarnos efectivamente al Copenhague de 1944, que aparece soberbiamente recreado. Asimismo, la sólida interpretación de los dos actores principales Thure Lhindhard y Mads Mikkelsen resulta muy creible, dotando a los personajes de una innegable aura de veracidad muy de agradecer.

Sin embargo, pese a todos estos aspectos positivos, la película no termina de resultar redonda. Y ello pese a que la historia arranca con fuerza, mostrando directamente a Flame en acción, a la vez que explica sus motivaciones y dudas, que le llevan a actuar de ese modo. No obstante, el desarrollo del argumento se hace un poco plano, con varias lineas argumentales que no terminan de estar del todo bien hilvanadas, y que avanzan de manera un tanto deslavazada a la vez que difusa. Los giros argumentales están bien construidos, pero no llegan a impactar al espectador, quizás porque en el fondo suenan a ya vistos con anterioridad. Además, los 130 minutos de metraje, sin llegar a hacerse aburridos, sí que se hacen un poco largos debido a algún que otro bajón de ritmo en la parte central del film. En resumidas cuentas, todo lo que el film tiene de meritorio en cuanto a su aspecto visual y estilístico no alcanza el mismo nivel en el plano narrativo, al que le falta algo más de imaginación y originalidad a la hora de desarrollar lo que apunta.

Pese a ello, “Flame y Citron” es de esas película que merece al menos un visionado, por su muy buena factura formal, y por que nos ofrece una perspectiva relativamente novedosa sobre las motivaciones y la significación del movimiento de Resistencia. Y es que, como el mismo director declaró al hablar sobre los personajes: “Tanto Flame como Citron fueron personajes extraordinarios en una situación extraordinaria”.

Calificación: 6,5/10

miércoles, 20 de agosto de 2008

El Ojo de la Aguja (The Eye of the Needle)

El Ojo de La Aguja (1981)

Inglaterra, 1944. El espía aleman infiltrado Heinrich Faber (Donald Sutherland) conocido por su nombre en clave de “La Aguja” (debido a su método de asesinar empleando un estilete), es localizado por agentes del contraespionaje británico y emprende la huida. Sin embargo, antes de salir de Inglaterra tendrá tiempo de fotografiar las falsas concentraciones de tropas aliadas frente a Calais, una información crucial de cara al desarrollo de la Operación Overlord. Tras llegar a Escocia, Faber intenta dirigirse al punto donde habrá de recogerlo un submarino para llevarlo de vuelta a Alemania. Sin embargo, durante el trayecto su buque naufraga en una tempestad y Faber irá a parar a la Isla de las Tormentas, un aislado e inhóspito islote habitado por David y Lucy Ross (Kate Nelligan), un matrimonio en crisis debido a la parálisis del marido, que quedó lisiado en un accidente de tráfico. Lucy pronto se verá atraída por Faber, con quien comienza un peligroso romance mientras aquel trata de contactar nuevamente con el submarino alemán y transmitir la vital información que posee.

Basándose en el Best Seller del famoso escritor Ken Follet titulado “Eye of the Needle”, el director Richard Marquand llevó a la gran pantalla esta adaptación de la novela de Follet con guión de Stanley Mann. Esta película es, sin duda, uno de los mejores thrillers de espionaje ambientados en la II GM, además de ser una de las más logradas dentro del subgénero de espias. El gran pilar que sustenta la historia es claramente el sólido personaje central, Faber, brillantemente interpretado por un Donald Sutherland en estado de gracia. El actor británico refleja a la perfección la doble cara del espía: un asesino frio y despiadado, pero a la vez, un hombre lleno de encanto personal y gentileza externa.

Por otra parte, la película ofrece una rica gama de subtramas muy bien hilvanadas entre si, incluyendo la historia de amor de Faber con Lucy, una mujer atrapada en un matrimonio frustrado; junto con elementos clásicos del mejor cine de suspense y acción, mezcla que logra construir una atmósfera de tensión emocional muy lograda. Ello se ve resaltado, además, por la cuidada ambientación de los escenarios (la película se filmó en escenarios reales de Inglaterra y Escocia) y la adecuada banda sonora de Miklos Rozsa. Como apuntaba antes, lo mejor del film es como integra las distintas situaciones que se plantean y las va desarrollando manteniendo un ritmo sostenido y creciente, que logra mantener en vilo al espectador conforme se acerca al climax final. Los paisajes desolados y el inclemente tiempo de la Isla de las Tormentas crean el entorno perfecto que sirve de escenario a la historia, que logra en todo momento transmitir una sólida sensación de verosimilitud y dramatismo a partes iguales.

En resumen, “El Ojo de La Aguja” es un film de muy buena factura, convincente guión y muy buenas actuaciones, no solo de Sutherland sino también de los secundarios. Una película bastante completa que no defraudará a los buenos aficionados al cine en general.

Calificación: 7,5/10