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jueves, 17 de marzo de 2022

Una sombra en mi ojo (Skyggen i mit øje)

 


Dinamarca, marzo de 1945. Mientras la guerra está próxima a su fin, las actividades de la Gestapo contra la resistencia danesa amenazan con desarticularla, motivo por el que los daneses solicitan a la RAF el bombardeo del Cuartel General de la Gestapo en Copenhague. Paralelamente, se nos cuenta la historia de Henry, un niño que ha perdido el habla, traumatizado tras contemplar el ametrallamiento por error de tres mujeres por un bombardero de la RAF, que es enviado a Copenhague junto a su prima Rigmar; y la de la hermana Teresa (Fanny Bornedal), una joven monja profesora de un colegio religioso que vive una intensa crisis de fe causada por los horrores de la guerra.

Una sombra en mi Ojo es una reciente producción danesa que reconstruye los hechos históricos relativos a la denominada “Operación Cartago”, llevada a cabo por la RAF en marzo de 1945. El objetivo de dicha operación era el de bombardear el edificio que servía como cuartel general de la Gestapo en Copenhague, situado en el edificio Shell, para destruir los archivos sobre la resistencia e intentar facilitar la huida de algunos de los prisioneros que permanecían encerrados en dicho edificio. La misión fue un éxito sólo parcial ya que, pese a que el edificio Shell resultó muy dañado por las bombas británicas, también se bombardeó por error una escuela católica francesa cercana, lo cual provocó la muerte de 125 civiles, incluidos 86 niños.

Estos hechos históricos son los que sirven de base a esta película, realizada por el director danes Ole Bornedal, quien también firma el guión de la misma. El tema principal de la narración gira en torno a los horrores de la guerra y las denominadas “víctimas colaterales” de todo conflicto bélico. En ese sentido, se puede decir que el mensaje antibélico de la película realmente llega al espectador, a través de una historia contada con eficiencia y de evidente calado humano, que tiene además la virtud de no caer en excesos melodramáticos. No obstante, la película no llega a ser del todo redonda por varios factores. En primer lugar, el desarrollo de los distintos personajes que se introducen en la historia resulta claramente insuficiente, por esquemático, y también se echa en falta una mayor profundidad en los diálogos. Por otro lado, las distintas subtramas que se desarrollan en la narración, y en especial la de la joven monja y su extraña relación con el policía colaboracionista, no añaden nada de interés a la historia, por lo que en conjunto, da la sensación de que las distintas piezas del guion no terminan de estar bien encajadas, en otro caso seguramente habríamos estado ante una película memorable. Los aspectos técnicos y ambientación de la película sí rayan a muy buen nivel, y en especial me gustaron las secuencias del bombardeo del edificio Shell, muy bien recreadas en pantalla, con notable virtuosismo técnico.

En el apartado interpretativo, hay que decir que los actores, en especial los más jóvenes, están bastante correctos en sus respectivos papeles, si bien no puede decirse que ninguno destaque especialmente en su interpretación, principalmente debido a las limitaciones del guión que mencionaba antes.

En conclusión, “Una sombra en mi ojo” es una más que correcta producción europea hecha con bastante oficio y que cuenta una historia sobre el horror de la guerra para las víctimas civiles que se sigue con apreciable interés, aunque se queda algo coja en el aspecto narrativo. En cualquier caso se trata de un título que desde luego merece al menos un visionado.

Calificación: 6/10

lunes, 14 de febrero de 2022

La Batalla Olvidada (The Forgotten Battle)


La Batalla Olvidada (2020)


La historia se sitúa en el verano de 1944. Tras la captura de Amberes por las tropas aliadas, el derrumbe del frente alemán en Paises Bajos parece inminente, pero las fuerzas alemanas se hacen fuertes en el Estuario de Escalda, dando lugar a una dura batalla por su captura. En este contexto,  confluyen las historias de tres jóvenes: William un temerario piloto de planeadores de la RAF, Marinus un holandés enrolado en ejército alemán, y Teunjte, hija de un médico local que se verá implicada en las actividades de la Resistencia holandesa.

La Batalla Olvidada es una reciente producción neerlandesa que recrea parcialmente los hechos que rodearon la denominada Batalla del Estuario del Escalda, y la operación Market Garden en 1944. Con un generoso presupuesto para los estándares europeos de 14 millones, ha supuesto la segunda producción neerlandesa más cara de la historia, justo detrás de otra película ambientada en la II GM, El Libro Negro de Paul Verhoeven; corriendo en este caso la dirección a cargo del realizador Matthijs van Heijningen.

En cuanto a la valoración del film, se puede decir que estamos ante una película que, si bien no resulta sobresaliente en ninguno de sus apartados, sí que  raya a buen nivel en todos ellos. En el aspecto técnico cabe destacar tanto la fotografía bastante realista que muestra el film, como la buena recreación de las secuencias bélicas, que raya a un muy buen nivel especialmente en la parte del ataque de los planeadores británicos. Las escenas de acción, pese a no ser muy abundantes, sí que resultan bastante realistas y están bien filmadas.

No obstante, es en el aspecto narrativo donde la película flojea un tanto. Tras un inicio bastante bueno, la narración va perdiendo ritmo conforme avanza el metraje, de  manera que aun sin llegar a aburrir, se nota que el pulso de la historia no termina de ser sostenido; si bien remonta un tanto el vuelo en el tercio final del metraje. Tampoco termina de resultar redondo el desarrollo de los personajes, que resulta más bien plano y tópico, sin que ninguna de las tres historias principales que desgrana el film termine de ser redonda. En ese aspecto hay que decir que el personaje más interesante es el del renegado holandés que combate con los alemanes, por ser el que más profundidad aporta al relato. Las otras dos historias resultan demasiado manidas, si bien los tres actores principales logran mostrar una correcta interpretación de sus respectivos personajes.

En resumen, La Batalla Olvidada se queda en un más que aceptable título bélico, filmado con notable pericia técnica, que destaca sobre todo por su excelente ambientación y fotografía. Los puntos flojos que le restan interés en el desarrollo de la historia impiden que estemos ante un título memorable, pero sin duda merece al menos un visionado por los buenos aficionados al género bélico, y a la historia de la II Guerra Mundial.

Calificacion: 6,5/10

miércoles, 4 de marzo de 2020

En la Niebla (V Tumane)


En la Niebla (2012)

Bielorrusia, 1942. Tras la ejecución en la horca de unos saboteadores capturados por los alemanes, el mando partisano de la zona sospecha que han sido traicionados por Sushenya (Vladimir Svirskiy), dado que este ha sido puesto en libertad. En represalia por ello, los partisanos Burov y Voitik reciben el encargo de capturar y ejecutar a Susheyna por traición. Sin embargo, la aparición de las milicias fascistas les impide realizar la misión, lo que obligará a los tres hombres a emprender juntos una penosa huida a través de los bosques.

Como he apuntado anteriormente en alguna ocasión, el cine bélico ruso producido en la última ha venido caracterizado principalmente por adoptar un tono marcadamente épico y patriotero. Sin embargo, al igual que ocurrió durante el periodo comunista de la antigua URSS, también aparecen puntualmente otros títulos (normalmente más modestos) de temática  anti belicista. En este caso “En la Niebla” se enmarca claramente dentro de esta segunda corriente que, lejos de narrar los aspectos épicos o patrióticos de la contienda, se centra en describir los desastres de la guerra. En ese sentido esta producción bielorrusa, con guión basado en la novela homónima de Vasiliy Bykov, nos ofrece un relato duro y sin concesiones, sobre unos personajes atrapados entre los dos bandos en conflicto, que por fuerza de las circunstancias se ven obligados a cooperar en un entorno hostil, donde el enemigo no son solo los alemanes, sino también las propias milicias fascistas que colaboran con el invasor.

Partiendo de esa base, la película tiene una primera media hora bastante buena, en la que se cuenta –sin mostrarla directamente- la ejecución de los partisanos y la presentación de los personajes, y la extraña cooperación que se ven obligados a llevar. El problema es que, tras ese primer tramo del metraje, el ritmo de la narración se hace tan excesivamente pausado y contemplativo que en ocasiones llega a desesperar al espectador. Se abusa un tanto de los planos excesivamente largos y continuados, en los que apenas hay diálogos y la acción se limita a ver como los protagonistas caminan por el bosque o paran a descansar.  Esa ausencia de acción no se compensa con una parte discursiva que lo compense de algún modo, ni tampoco se justifica con el efecto de transmitir una mayor intensidad dramática, de modo que es el principal problema que lastra la película.  Pese a ello hay que señalar el acertado uso de sucesivos “flashbacks” que muestran la historia de los tres personajes principales, si bien de estos el único que resulta verdaderamente interesante es el dedicado a Shusenya, ya que los dedicados a los otros dos resultan más bien intrascendentes.

Pese a ello, la historia no deja de tener su punto de interés, por el trasfondo moral que plantea, acerca de cómo en una guerra, los límites entre “amigos” y “enemigos” se vuelven bastante difusos, y también como la desconfianza y la crueldad se vuelven habituales.  También presenta el atractivo de de mostrar el tema del colaboracionismo en los territorios ocupados por los alemanes, un aspecto que no suele aparecer demasiado a menudo en las películas dedicadas a la resistencia. En el apartado interpretativo hay que decir que el trío de actores protagonistas cumple bien en sus respectivos papeles, aunque las limitaciones del guión tampoco les permiten un lucimiento excesivo.

Como conclusión, se puede decir que “En la Niebla” resulta unos de esos films que son más interesantes por lo que cuentan que por cómo lo cuentan, aunque hay que reconocer que la historia presenta una serie de matices narrativos no exentos de interés. Sin duda es una película que de haberse reducido en su metraje habría resultado bastante más redonda y asequible para el espectador medio, pero que en cualquier caso no desmerece un visionado.

Calificacion: 5,5 /10

jueves, 6 de febrero de 2020

El Duodécimo Hombre (Den 12. Mann)

El Duodécimo Hombre (2017)

Noruega, Marzo de 1943. Tras un desembarco fallido de un comando de doce saboteadores Noruegos en la costa de su país, todos ellos resultan apresados por los alemanes, a excepción de Jan Baalsrud (Thomas Gullestaad), quien logra escapar por poco a su captura. A partir de ese momento, aunque en principio los alemanes lo dan por muerto, se inicia una implacable caza del hombre liderada por el implacable oficial de la Gestapo Kurt Stage (Jonathan Rhys Meyers), quien pondrá todo su empeño en capturar a Baalsrud a lo largo de su huida con destino a Suecia.

El Duodecimo Hombre es una reciente producción noruega que reconstruye los hechos históricos que rodearon la denominada “Operación Martin”. El objetivo de esta operación era el de desembarcar un comando de 12 soldados noruegos entrenados por el servicio secreto Británico en las cercanías de la ciudad de Bardufoss, situada en el norte del país, con la misión de destruir la torre de control del aeródromo que la Luftwaffe había instalado en la zona. La misión resultó un completo fracaso, al ser interceptado el comando cuando intentaba desembarcar,  ya que por error contactaron con un civil al que confundieron con un miembro de la resistencia local, y este dio parte a los alemanes de la presencia de la embarcación noruega. No obstante, la peligrosa huida de Jan Baalsrud, el único integrante de la misión que pudo escapar, se convirtió en una hazaña bélica nacional, que aún hoy dia es recordada en Noruega mediante una marcha de doscientos kilómetros de recorrido que lleva su nombre.

Esta es la historia que ha sido llevada a la pantalla por el realizador Harald Zwart, en lo que viene a ser un remake de otra producción noruega de 1957, sobre los mismos hechos, titulada “Nueve Vidas”. Entrando a valorar el film, lo primero que cabe señalar es que pese a tratarse de una producción noruega, la ambientación, fotografía y puesta en escena son bastante buenas, equiparables a las producciones norteamericanas. Aparte de esos aspectos formales, la película comienza con un notable ritmo, mostrando la captura del comando noruego y la huida del protagonista, que se convierte en una auténtica odisea por la supervivencia, frente a un enemigo despiadado decidido a darle caza. En ese aspecto, la película no ofrece mucho más aparte del relato de la historia del protagonista, y las diversas penurias que este padeció a lo largo de su dilatada fuga, (que se prolongó durante dos meses), y como fue ayudado por la población local. Pese a esa ausencia de una mayor profundidad argumental, hay que reconocer que la narración sabe mantener el interés.

No obstante, la película tiene un acusado bajón de ritmo a partir de la primera hora de metraje, cuando se narran las semanas que Baalsrud pasó oculto, una parte de la historia que se hace algo larga y que bajo mi punto de vista no termina de estar bien aprovechada; aunque nuevamente remonta el vuelo en su parte final. En el apartado interpretativo, el actor protagonista Thomas Gullestaad compone un papel bastante sólido y creíble como el sufrido Baalsrud, mientras que Jonathan Rhys Meyers, pese a ser un actor un tanto limitado en sus registros, da una buena replica como despiadado oficial de la Gestapo.

En conclusión, El Duodecimo Hombre es una película que cumple con eficacia su cometido de contar con amenidad una historia real y que, sin ser sobresaliente en ningún apartado, se deja ver con interés tanto por sus aspectos visuales como narrativos. No desmerece al menos un visionado.

Calificacion: 6/10

jueves, 29 de diciembre de 2016

Ciudad 44 (Miasto 44)

Ciudad 44 (2014)

Varsovia, verano de 1944. Durante las semanas previas al levantamiento de Varsovia, el joven Stefan Zawadzki vive el comienzo de un incipiente romance con la bella enfermera Biedronka. De forma paralela, mientras estrecha sus lazos de amistad con varios miembros de la resistencia polaca, se sentirá simultáneamente atraido por una miliciana llamada Kama. Tras unirse al ejército clandestino polaco justo antes de producirse el levantamiento armado, Stefan será testigo, en compañía de Biedronka, de la sangrienta y desesperada lucha de los rebeldes polacos contra los alemanes, así como de la inevitable destrucción de Varsovia en el curso de los combates.

Ciudad 44 es una producción polaca, escrita y dirigida por el realizador de esa nacionalidad Jan Komasa. La película reconstruye los acontecimientos históricos que rodearon el Levantamiento de Varsovia en Agosto de 1944, cuando el Armia Krajowa, el ejército clandestino polaco leal al gobierno en el exilio, se levantó en armas contra los ocupantes alemanes, esperando hacerse con el control de la ciudad antes de la llegada de los ejércitos soviéticos.  Este es un tema que ya había sido llevado anteriormente al cine, como en la producción del director Andrzej Wajda Kanal, estrenada en 1957;  apareciendo también relatado, si bien de forma más tangencial, en la película del famoso realizador polaco Roman Polansky El Pianista 

En cuanto al análisis del film, hay que decir que Ciudad 44 ofrece al espectador varios aspectos destacables. Entre ellos se puede mencionar la impecable labor de recreación de los escenarios donde transcurre la película, la cuidada ambientación, y la buena factura técnica de las escenas bélicas, que funcionan bastante bien en pantalla.  Asimismo, la película ofrece una visión  bastante completa de los hechos históricos que narra, empleando el recurso de desplazar a los protagonistas a través de los distintos sectores por los que discurrió la lucha armada en Varsovia, mostrando de ese modo la crueldad de la represión alemana contra los polacos, y progresiva destrucción de la ciudad.
No obstante, las buenas virtudes que muestra el film en el aspecto técnico e histórico no se ven reflejadas en el aspecto narrativo. Y ello se debe principalmente a que los personajes principales resultan demasiado planos, además de estar muy desdibujados, sin que se llegue a profundizar realmente en ninguno de ellos, lo cual hace que el hilo conductor de la historia flojee en más de un momento. Tampoco me terminó de convencer la subtrama romántica, con un triángulo amoroso de fondo, que no aporta absolutamente nada a la historia y que a mi pareció muy torpemente desarrollada. En el apartado interpretativo, el pobre desarrollo de los personajes impide que ninguno de los actores principales, todos ellos desconocidos a nivel internacional, pueda brillar en sus respectivos papeles,  de forma que se limitan a cumplir en unos roles que daban mucho más de sí. Un punto que sí me pareció acertado es el de la dramática resolución del desenlace, que logra elevar un tanto el tono general de la historia.

En resumen, Ciudad 44 es un título que funciona con eficacia como vehiculo para relatar los hechos históricos que describe, pero al que le hubiera hecho falta un guión algo más pulido y, sobre todo, unos personajes de mayor calado, para haber sido una gran película. Pese a ello, y quitando algún bajón de ritmo puntual, se deja ver con interés.
Calificación: 6/10

lunes, 19 de diciembre de 2016

Operacion Anthropoid (Anthropoid)


Operación Anthropoid (2016)

Checoslovaquia, Diciembre de 1941. Jan Kubis (Jamie Dorman) y Josef Gabcik (Cillian Murphy), agentes checos del servicio secreto británico, son lanzados en paracaídas a las afueras de Praga para preparar la Operación Antropoide, nombre en clave asignado al plan de asesinato de Reinhard Heydrich, el brutal gobernador alemán de Bohemia y Moravia.  Tras contactar con miembros de la resistencia local, y unirse al resto del equipo de agentes enviados desde Inglaterra,  los dos protagonistas comenzarán a preparar la ejecución del atentado contra Heydrich, pese a ser conscientes de que, en la práctica, se trata de una misión suicida.
 
Anthropoid es una coproducción financiada con capital británico y checo que viene a reconstruir los hechos históricos que rodearon la denominada Operación Antropoide. Dicha operación fue planeada por el servicio secreto británico para eliminar a Heydrich, cuya despiadada pero a la vez inteligente política de represión de la resistencia checa y estimulo de la economía estaba amenazando con convertir a la población checoslovaca en aliados de facto de la Alemania Nazi. Curiosamente, este es un acontecimiento histórico que ha sido llevado al cine en varias ocasiones. Pocas semanas después de la muerte de Heydrich, el director Fritz Lang rodó la muy novelada “Los verdugos también mueren”, estrenada en 1943. También existe una producción checa de 1965 titulada “Atentat”, y por último, en 1975, la producción británica “Siete hombres al amanecer” volvía a abordar el tema de la muerte de Heydrich.

Con estos antecedentes, Anthropoid no lo tenía fácil para ofrecer algo original, cosa que –visto el resultado final- tampoco puede decirse que consiga con esta moderna revisión de los hechos. Aunque es cierto que el director Sean Ellis logra dotar a la película de una estética y puesta en escena más atractiva que la de la versión de 1975, y que mejora ciertos detalles relativos a la ejecución del atentado, que en esta película están más cuidados que en la versión anterior, considero que el resultado final no termina de convencer.
Ello se debe principalmente, a que el guión, cuyo eje oscila entre el Thriller, el drama, y la película de acción, no termina de decantarse por ninguno de estos elementos, resultando en una indefinición narrativa que hace que el desarrollo de la trama se quede muy encorsetado.  Falta tensión sicológica, interés en los diálogos, e incluso desarrollo de los personajes. Por ejemplo, se podría haber mostrado alguna escena del propio Heydrich para ofrecer una semblanza del mismo, pero su aparición se limita a la secuencia del atentando. En cambio, sí que se introducen un par de tenues subtramas románticas que aportan muy poco a la historia.  En ese aspecto, esta nueva versión no solo no mejora sustancialmente la película anterior de los años 70, sino que en algún aspecto, la empeora, pese a que los actores, en general están bien en sus respectivos papeles.
 
Aunque es cierto que la narración levanta decididamente el vuelo en el último tercio del metraje, cuando llegan las escenas de acción que muestran el asalto de la Iglesia por parte de los alemanes, ello no compensa el hecho de que todo lo anterior resulta simplemente pasable. En definitiva, Anthropoid resulta un título de notable factura formal, pero que no aporta nada nuevo a lo ya visto anteriormente en la recreación de los hechos históricos que cuenta. Puede considerarse más un “remake” de “Siete hombres al amanecer” que una nueva versión de la historia. Un film de buena factura formal, pero simplemente correcto en el apartado narrativo y, desde luego, poco original en sus planteamientos.

Calificacion: 5,5/10

lunes, 8 de febrero de 2016

Suite Francesa (Suite Francaise)

Suite Francesa (2015)

La historia nos sitúa en Francia, en junio de 1940. Poco después de la derrota francesa,  un pequeño pueblo situado al oeste de Paris es ocupado por las tropas alemanas.  Entre sus habitantes se encuentra Lucile Angellier (Michelle Williams) una joven aficionada a la música clásica que convive con su acaudalada y autoritaria suegra (Kristin Scott Thomas), mientras espera noticias de su marido, prisionero de guerra.  La existencia de todos los habitantes del pueblo se verá alterada con la ocupación, mientras Lucille se irá sintiendo gradualmente atraída por Bruno (Matthias Schoenaerts), un joven teniente alemán alojado en la casa de su suegra, con quien comparte la afición por la música.

En 1940, la escritora francesa de origen judío Irene Nemirovski comenzó a escribir una serie de cuadernos de relatos basados en sus propias vivencias durante los primeros meses de la ocupación alemana, los cuales venían a describir de forma novelada la vida cotidiana de los franceses en ese periodo, y las relaciones que se establecieron con los ocupantes alemanes.  Nemirovski no pudo llegar a terminar su obra puesto que, debido a su origen judío, en el verano de 1942 fue detenida y deportada a los campos de concentración, donde murió a las pocas semanas. Sin embargo, su hija pudo conservar el manuscrito de su obra inacabada, que había titulado “Suite Francesa”; el cual permaneció inédito durante varias décadas hasta que en 2004 apareció finalmente publicado en forma de novela, alcanzando un notorio éxito editorial en Francia y otros países.

Sobre la base de dicha historia literaria creada por Nemirovski, esta producción británica ha venido a recrear un aspecto interesante de la II GM como es el de las relaciones que se establecieron entre ocupantes y ocupados en las primeras etapas de la contienda.  Como en toda producción británica de cierto nivel, hay que reconocer en primer lugar que la labor de ambientación y puesta en escena del film es impecable;  de modo que el vestuario, los uniformes, asi como los escenarios exteriores e interiores, están cuidados al máximo detalle y ello ayuda a que el espectador se sumerja de lleno en la época que describe la narración. También es destacable la labor interpretativa de los actores principales, todos ellos muy sobrios y creíbles en sus respectivos papeles.

Sin embargo “Suite Francesa” dista mucho de ser una película redonda, y ello se debe principalmente a que, siendo un drama romántico, debería emocionar al espectador o tocar su fibra sensible en algún momento, cosa que no consigue. Estamos ante uno de esos relatos pretendidamente románticos, pero que adolece de perfección en la forma y enorme frialdad en el fondo. Porque lo cierto es que Suite Francesa no emociona, y en demasiados momentos, no le transmite nada al espectador, sobre todo porque la relación romántica que surge entre Lucille y Bruno se desarrolla con poca naturalidad, hasta el punto de que resulta casi impostada. Da la impresión de que el guion peca en exceso de frialdad académica a la hora de describir el romance que surge entre ambos, cuyo principal problema es, como apuntaba, que no llega a emocionar en ningún momento. De ese modo el eje principal de la narración –la historia romántica- avanza sin brillo (y también sin que se aprecie demasiada química entre la pareja protagonista) hacia un desenlace que se me antojó igualmente desangelado y un tanto frio. Pese a ello, también es justo reconocer que estamos ante una película que se ve con razonable interés y cuyo cuidado aspecto formal hay que valorar.
En definitiva “Suite Francesa” es una típica producción británica que será apreciada por el espectador medio, sobre todo por sus elementos estéticos, pero a cuya historia le falta algo mas de “alma” para llegar a conectar con las emociones del espectador. Un producto de calidad, aunque falto de una verdadera emoción romántica que pueda enganchar al espectador.
Calificación: 6/10

jueves, 17 de enero de 2013

La Balada del Bombardero (Ballada o Bombere)

La Balada del Bombardero (2011)

Verano de 1943. La inteligencia militar sovietica descubre que los alemanes planean instalar cerca del frente rampas del cohete V-2 para lanzarlos contra Moscu. A fin de destruirlos, la Fuerza Aerea sovietica planea una incursión de bombarderos liderados por el valiente capitán Andrey Gritsov. Sin embargo, antes de alcanzar su objetivo, el escuadron de Gritsov es destruido por la defensa antiaerea alemana, y su avión cae derribado tras las lineas enemigas, si bien Gritsov y su amada Katia, que viajaba en el avión como operadora de radio, consiguen sobrevivir. Cuando Gritsov es capturado por los alemanes, intentará escapar para volver a reunirse con Katia y regresar a las lineas rusas.

En los últimos años el cine ruso parece haber encontrado un auténtico filón temático en las historias ambientadas en la II Guerra Mundial. De este modo, solo en el último lustro se han producido en la antigua URSS una serie de películas bélicas de generoso presupuesto como "Quemado por el Sol 2", "La Fortaleza de Brest" o "La defensa del Dnper". Dentro de esta corriente puede enmarcarse "La Balada del Bombardero", producida en principio como miniserie compuesta de 8 capítulos para su exhibición en Rusia, pero que fue distribuida en Occidente en forma de película comercial con un metraje superior a las tres horas de duración. Y ciertamente se hacen largas al espectador, sin que ello sea achacable, desde luego, a la falta de acción y de tramas. Lo cierto es que ambas abundan a lo largo del film, seguramente en exceso.

En cuanto a las tramas tenemos muchas y variadas: la V2, la misión de bombardeo, la resistencia de los partisanos sovieticos, la lucha de los alemanes contra ellos, la guerra sucia de los colaboracionistas alemanes y el mismo NKVD...etc. El problema es que se trata de una coctelera deficientemente agitada, que va saltando entre los puntos de vista de los distintos personajes, y de un tema a otro casi sin solución de continuidad, saturando al espectador que fácilmente termina por perder el interés en la historia. Y ello pese a las buenas escenas de acción que contiene el film, siendo especialmente destacables las espectaculares secuencias aereas que ocupan los diez primeros minutos del metraje. En cualquier caso, el resto de la historia ofrece demasiado poco como para sostener las más de tres horas de duración del film, pobremente salpimentadas con la insulsa (y noña) historia romántica de los protagonistas. Una subtrama que aporta realmente poco al conjunto de una narración que, por lo demás, resulta excesivamente densa y atropellada.

Tampoco puede decirse que el apartado histórico sea demasiado realista. En primer lugar, no hay constancia de que los alemanes planearan en algún momento emplear la V2 en el Frente Oriental, y por otra parte, en 1943 el cohete aun estaba en fase de producción, por no mencionar que para esas fechas Moscú habría estado fuera del radio de acción del cohete alemán. Entre los aspectos que sí me gustaron cabe destacarse, como apuntaba, las secuencias aéreas y la ambientación, la cual suele ser muy buena tratandose de producciones rusas. Pero como digo, poco más ofrece esta "Balada del Bombardero", cuya melodia suena más bien a composición mediocre.

Calificación: 4/10

viernes, 9 de septiembre de 2011

Allo, Allo

Allo, Allo (1982-1992)

En el pequeño pueblo de Nouvion, en la Francia ocupada, el modesto Café Rene, regentado por René Artois (Gorden Kaye) se convierte en el centro de una intensa actividad. Mientras que René intenta contemporizar con los alemanes, convertidos en sus mejores clientes tras la ocupación, y la Resistencia, el Coronel Von Shtrom, comandante de la guarnición alemana, le obliga a ocultar en su local un tesoro artístico buscado tanto por los ocupantes como por la Resistencia, el cuadro de Van Clomp "La Virgen Caída" que se convertirá en el centro de una serie de tramas e intrigas cómicas. Todo se complicará aun más con la llegada de dos pilotos británicos derribados, que la resistencia ocultará en el establecimiento de René, y la del agente de la Gestapo Otto Flick, enviado especialmente desde Berlin para localizar el cuadro de Van Clomp.

Allo, Allo fue una exitosa comedia de situación británica, ambientada en la Francia ocupada durante la II GM, que fue emitida por la BBC a lo largo de 9 temporadas, entre 1982 y 1992. Cada temporada contaba con entre 6 y 8 episodios, de unos 30 minutos de duración, a excepción de la 5ª que contó con 13, y la 7ª que constó de 10 capitulos. El origen de esta telecomedia es un tanto curioso, puesto que Allo, Allo vino a ser una especie de “spin off” o derivación cómica de Secret Army ("Ejercito Secreto") una serie emitida por la BBC entre 1977 y 1979, ambientada en un café regentado por un miembro de la resistencia belga. De hecho, algunos de los interpretes de Secret Army, también iban a aparecer (si bien en un rol cómico) en Allo, Allo.

En cuanto a la valoración, hay que decir que Allo, Allo puede considerarse una de las mejores sitcom británicas del siglo pasado. Con unas tramas tremendamente entretenidas, que mezclaban a la perfección los elementos narrativos típicos de las sitcom, con gags cómicos en la mejor tradición del vodevil, e incluso algunas gotas del cine de espionaje clásico, por supuesto, en clave de comedía, la serie mantuvo un nivel de amenidad y calidad bastante alto a lo largo de sus cinco primeras temporadas en pantalla. A partir de la sexta temporada, sin embargo, cambió el equipo de guionistas y el productor de la serie, resultando que la calidad de los capítulos de las sucesivas temporadas comenzó a decaer de manera bastante acusada, algo que vino dado también por el hecho de que, tras cinco años de emisión, era inevitable que se produjera cierto agotamiento en las tramas y personajes. Pese a ello, la serie aguantó otras tres temporadas más en antena, hasta su finalización en 1992.

De entre los mejores aspectos de Allo, Allo, yo citaría principalmente tres. En primer lugar, el excelente trabajo de los actores del reparto, encabezados por Gorden Kaye, que realmente borda el papel de acomodaticio, mujeriego y oportunista dueño del Café, René Artois, muy bien secundado por unos actores secundarios con gran vis cómica como Richard Gibson, inolvidable en su papel de arquetípico agente de la Gestapo, Otto Flick; o el veterano Jack Haig, el entrañable Monsieur Leclerc, cuyo fallecimiento, en 1989 hizo bajar muchos enteros la serie. También es reseñable la innegable comicidad de muchas situaciones repetidas, como por ejemplo, las torpezas linguísticas del falso gendarme francés Crabtree (especialmente graciosas en la V.O. en inglés), las explicaciones de René a su sufrida mujer Fanny, cuando esta le descubre repetidamente flirteando con las camareras, o los equívocos escarceos amorosos del homosexual teniente Gruber con René. Finalmente, hay que reseñar la buena labor de puesta en escena y ambientación de la serie, que le da un cierto aire intemporal, realzado por la melancólica melodía que, a modo de banda sonora, abría y cerraba cada episodio.

En definitiva, Allo, Allo es una de esas telecomedias que no importa volver a ver una vez pasados los años desde su primera emisión ya que mantiene intacta su comicidad y el encanto original de sus personajes. Muy recomendable para todo aquel que tenga curiosidad por descubrirla o por volverla a rememorar.

Calificación: 7,5/10

miércoles, 23 de marzo de 2011

Trenes rigurosamente vigilados (Ostre sledované vlaky)

Trenes rigurosamente vigilados (1966)

La historia nos sitúa en el pueblo ficitio de Kostomolaty, Checoslovaquia, a finales de 1944. Siguiendo los pasos de su padre, el joven checo Milos Harma, descendiente de una larga saga de perdedores, ingresa en la compañía de ferrocarriles para trabajar como guardagujas en la estación del pueblo. Mientras en la estación se suceden una serie de situaciones estrambóticas, y en el frente las fuerzas alemanas retroceden, Milos comenzará a verse frustrado en su despertar sexual al comprobar que sufre eyaculación precoz. Al mismo tiempo, la resistencia local planea hacer volar uno de los trenes militares alemanes a su paso por el pueblo, para lo cual requerirán la colaboración de Milos.

Trenes rigurosamente vigilados fue la ópera prima del realizador checo Jirí Menzel, con un guión basado en la novela homónima del escritor Bohumil Hrabal, en cuya adaptación trabajó el propio Menzel conjuntamente con el autor del libro. El rodaje de la película tuvo lugar en escenarios de la propia República Checa, y alcanzó tras su estreno un notable éxito comercial en su país, llegando incluso a alzarse con el Oscar a la mejor película extranjera en la edición de 1967 de dichos premios. Sin embargo, posteriormente el tono irreverente y sardónico de la película de Menzel se consideró demasiado transgresor para la ortodoxia comunista de la época, de modo que tras los episodios de la Primavera de Praga en 1968, la película fue prohibida en Checoslovaquia.

Entrando a analizar el film, he de decir que, pese a que esta película es considerada como uno de los denominados títulos “de culto”, personalmente no me terminó de satisfacer. La narración contempla una peculiar mezcla de comedia entre costumbrista y surrealista, drama y elementos bélicos, sazonados con unas leves gotas de erotismo. Una mezcla bastante inusual que a mi modo de ver no cuaja en pantalla. Y en ello tiene mucho que ver el hecho de que las distintas líneas argumentales que la historia va presentado (especialmente la relativa al despertar carnal del protagonista) se superponen entre sí sin demasiado sentido, por lo que da la impresión que la película carece de una estructura determinada. Y ello pese a la presencia de algunas secuencias satíricas bien resueltas y a las buenas interpretaciones de los actores principales. Sin embargo, considerada en conjunto, encuentro que la parte dramática de la narración no termina de conmover, y a la parte de comedia le faltan unas mayores dosis de coherencia y comicidad para hacer reir al espectador. Y lo cierto es que hay bastantes escenas pretendidamente cómicas a las que es difícil encontrarles la gracia.

Al final, el conjunto de la historia se presenta como una colección, más bien deslavazada, de momentos de sátira desigualmente resueltos que se intercalan con los episodios acerca del proceso de maduración sexual del protagonista. Por ello, Trenes rigurosamente vigilados parece un producto típico del denominado cine de Arte y Ensayo, que al espectador medio probablemente entusiasmará o dejará frío. En mi caso, desde luego encontré más de lo segundo que de lo primero. Una historia original, que ofrece algún momento cómico inspirado, pero poco más.

Calificación: 5,5/10

jueves, 17 de marzo de 2011

Los chicos de San Petri (Drengene fra Sankt Petri)

Los Chicos de San Petri (1991)

La historia comienza en Dinamarca, en el verano de 1942. Los hermanos Lars y Gunnar Baltrup, son dos jóvenes de familia acomodada que, junto a otros compañeros de estudios de la escuela de San Petri, forman un grupo de resistencia juvenil que realiza actos contra las tropas de ocupación, que en principio solo llegan a la categoría de gamberradas. Sin embargo, las cosas se complican cuando Lars conoce a Otto Hvidmann, un jóven de origen humilde que se une al grupo, proporcionándoles armas robadas a los alemanes. Esto hará que a partir de ese momento, el grupo emprenda auténticas misiones de sabotaje, aumentando considerablemente el peligro de sus actividades.

Con Los chicos de San Petri, el realizador danes Søren Kragh-Jacobsen adaptó para la gran pantalla la historia real de un pequeño grupo juvenil de resistencia formado por estudiantes de la escuela de San Petri, cuyas actividades de sabotaje en el verano de 1942 y posterior encarcelamiento en la prisión de Aalborg, despertaron la conciencia de la sociedad danesa, que hasta ese momento había aceptado sin discusión la ocupación alemana. Sobre esta base, Kragh-Jacobsen construye un interesante relato sobre unos chicos inconformistas e idealistas, que hicieron acopio de un enorme valor para rebelarse, no solo frente a la ocupación, y la humillación de su patria, sino también frente a la desidia de sus mayores, que aceptaron sin protestas el nuevo status quo. En ese sentido, la historia combina los elementos típicos del cine sobre la resistencia, con otros propios del cine sobre la rebeldía juvenil, y en ese aspecto se aprecia claramente la influencia de un título anterior como El Club de los Poetas Muertos, especialmente patente en la parte dedicada al emotivo desenlace de la historia.

Aparte de lo anterior, la película tiene varios aspectos bastante estimables, empezando por las buenas interpretaciones del joven elenco de actores protagonistas, que saben dotar de gran naturalidad a sus respectivos papeles. Tambien me gustó la agilidad de la narración, y el esmerado aspecto visual del film, que incluye una notable labor de ambientación y una elegante fotografía que logra trasladar al espectado a la época que se retrata en la pantalla. Entre los aspectos menos brillantes, principalmente hay que señalar que la película no llega a profundizar en el aspecto personal de los protagonistas, ni en las motivaciones que les impulsan a actuar como lo hacen. En vez de ello, la historia prefiere centrarse en describir las acciones de sabotaje que realizan los chicos, pero sin darle un mayor trasfondo humano a las mismas. Por esta razón, el desarrollo de los personajes resulta demasiado esquemático e insuficiente. Una pena, porque de haberse cuidado más ese aspecto del guión, habríamos estado ante una gran película.

Pese a ello, hay que reconocer que Los Chicos de San Petri es una más que digna producción escandinava sobre el tema de la resistencia, y ofrece un relato bastante ameno de seguir para el espectador. Un film no del todo redondo, pero sí que bastante estimable y de buena factura tanto formal como visual. Recomendable.

Calificación: 6/10

viernes, 11 de marzo de 2011

Al filo de la oscuridad (The Edge of Darkness)

Al filo de la oscuridad (1943)

Noruega, Octubre de 1942. El pequeño pueblo costero de Trollness aparece arrasado por un levantamiento que ha acabado con la guarnición alemana, y cuya historia se irá reconstruyendo. La población de apenas 800 habitantes se muestra hostil hacia los ocupantes, con varios cabecillas cercanos al movimiento de la resistencia. El principal es Gunnar Brogge (Errol Flynn), un pescador decidido a combatir a los alemanes a cualquier precio, respaldado incondicionalmente por su novia Karen Stensgard (Ann Sheridan). Sin embargo, en el pueblo también hay partidarios de mantener la paz, especialmente el pacífico Doctor Stensgard, el padre de Karen, y su hermano Johan, el dueño de la fábrica de conservas local, interesado en que no estalle la revuelta para continuar con sus actividades comerciales. Sin embargo, cuando se tienen noticias de que los ingleses están suministrando armas a las poblaciones costeras, la mayor parte de la población se mostrará favorable a preparar un levantamiento contra los ocupantes.

No cabe duda de que 1942 fue un año especialmente prolífico para el realizador Lewis Milestone, ya que durante ese periodo estuvo ocupado en el rodaje de dos películas propagandísticas que iban a estrenarse, con pocas semanas de diferencia, en la primavera de 1943. Y curiosamente, ambas eran historias ambientadas en la Europa ocupada por los nazis. La primera de ellas, “La Estrella del Norte” trataba sobre la lucha partisana en Ucrania durante los primeros dias de la invasión alemana, mientras que la segunda, titulada Al filo de la oscuridad, estaba dedicada a homenajear al movimiento de la resistencia noruega. La película fue producida por la poderosa Warner Bros, de modo que Milestone pudo contar con la participación de las estrellas consagradas del estudio para protagonizarla, principalmente con el mítico Errol Flynn, quien tras ser rechazado para el servicio activo en el ejército, se mostró muy dispuesto a participar en películas de propaganda durante la guerra. Sin embargo, el rodaje no fue sencillo ni para el director ni para su protagonista.

Para empezar, la filmación de los exteriores de la película en la costa de California y la población de Monterey, sufrió varias semanas de retraso debido a unos espesos bancos de niebla que afectaron a la costa californiana en esas fechas, por lo que se hizo necesario buscar nuevas localizaciones. Por su parte, Errol Flynn sufrió durante esos meses una grave crisis personal cuando fue acusado y procesado por la violación de una mujer, lo cual le hizo caer en una depresión que le afectó durante todo el rodaje de la pelicula, además de ver su popularidad seriamente comprometida por causa de dicha acusación. Aunque finalmente el actor fue absuelto de los cargos por un jurado en Febrero de 1943, apenas un mes antes de que se estrenara la película.

En cuanto a la calidad del film, hay que decir que Al filo de la oscuridad puede considerarse una correcta, pero no brillante, muestra del cine propagandístico de la época. La película tiene un arranque bastante sugerente, mostrando como un avión de reconocimiento alemán descubre la población de Trollness arrasada, y la bandera noruega ondeando en uno de sus edificios. A partir de ese momento, mediante el empleo de un prolongado flashback, se iran reconstruyendo los hechos acaecidos en las semanas anteriores al levantamiento, y como este se fue larvando entre la población local. También es interesante como se muestran las diferentes actitudes de los personajes, oscilando entre los que desean mantener la paz, ya sea por idealismo o por intereses propios (los hermanos Stensgard), los que dudan de la viabilidad de un levantamiento, y finalmente los orgullosos patriotas deseosos de combatir abiertamente contra los alemanes. En ese sentido, es digna de mención la escena que muestra reunión de los lugareños en la iglesia, con excusa de celebrar un oficio religioso, y en la que se debate la posibilidad de llevar a la práctica el levantamiento, confrontándose entre los presentes las distintas opiniones al respecto.

Sin embargo, no todos los aspectos de la trama me terminaron de convencer. Para empezar el guión peca del mismo fallo que se aprecia en “La Estrella del Norte”, presentando a los alemanes como los típicos villanos desalmados de turno, lo cual le resta veracidad a la trama. En segundo lugar, el ritmo de la narración no termina de ser del todo sostenido, y algún tramo del metraje se dilata en exceso, perjudicando bastante la agilidad del relato. Finalmente, cabe reseñar que, pese a que las escenas de acción están bien filmadas, mediante el uso extensivo de los travellings laterales que eran “marca de la casa” de Milestone, la parte dedicada al levantamiento de la población y el combate contra las tropas alemanas no termina de resultar verosímil, ya que se nota en demasía la intención propagandística de esas escenas, que adolecen de una carga épica más bien poco creible para el espectador actual.

En definitiva, Al filo de la Oscuridad puede considerarse un título correcto en lineas generales, pero cuya calidad se ve algo deformada por unas intenciones propagandísticas muy poco disimuladas, que de haberse introducido de una manera más sútil muy probablemente habrían mejorado el resultado final. Una película entretenida, que merece la pena ver sobre todo por la participación del gran Errol Flynn, pero que no puede considerarse de las más brillantes dentro del género propagandístico.

Calificación: 5,5/10

lunes, 7 de marzo de 2011

La Estrella del Norte (The North Star)

La Estrella del Norte (1943)

La historia comienza en una aldea de Ucrania llamada “Estrella del Norte”, el 21 de junio de 1941. Mientras los habitantes de la aldea disfrutan de un tranquilo día veraniego, los jóvenes Kolya (Dana Andrews) y Marina Pavlova (Anne Baxter) ultiman los planes para emprender una excursión a pie con destino a Kiev en compañía de otros tres amigos, para celebrar el fin del curso escolar. Sin embargo, al dia siguiente, su tranquilo viaje se ve truncado por la invasión alemana de la URSS. Mientras la Luftwaffe ataca las carreteras, las columnas motorizadas alemanas se dirigen rápidamente a la aldea, por lo que los hombres del lugar deciden escapar a las montañas para formar una guerrilla, mientras Kolya y Marina tratan desesperadamente de regresar a sus casas. Pronto, el pueblo es ocupado por los alemanes, que deciden instalar un hospital militar avanzado en el mismo, bajo las órdenes del Dr. Von Harden (Erich Von Stroheim) usando a los niños del lugar como donantes de sangre forzosos para los soldados alemanes heridos.

Durante el periodo comprendido entre los años 1942 y 1945, la práctica totalidad de los estudios cinematográficos de Hollywood desarrollaron una intensa campaña propagandística en apoyo de la causa aliada. En ese contexto, se produjeron decenas de films dedicados no solo a ensalzar la lucha en el frente de las tropas norteamericanas, sino también la resistencia en Europa frente al invasor nazi. Dentro de esta categoría se encuadra La Estrella del Norte, dirigida por el prestigioso realizador Lewis Milestone, un cineasta que había encontrado en el género bélico su mejor medio de expresión, especialmente desde la realización de la aclamada adaptación cinematográfica de la famosa novela de Erich Maria Remarque Sin novedad en el frente.

Sin embargo, en este caso, puede decirse que Milestone pinchó en hueso. Y desde luego, ello no puede acharcarse precisamente a la falta de medios, ya que el director contó con un reparto plagado de actores de primera fila, incluyendo a la por aquel entonces pareja de moda de Hollywood, Dana Andrews y Anne Baxter, así como al prestigioso Erich Von Stroheim en el papel de médico militar alemán. Sin embargo, las evidentes debilidades del flojo guión que Lillian Hellman escribió para la película, la lastran prácticamente desde el primer minuto de metraje. Para empezar, porque el escenario elegido para presentar a los campesinos soviéticos dispuestos desde el primer día de invasión a luchar contra los ocupantes alemanes resulta totalmente inadadecuado desde el punto de vista histórico.

No en vano, Ucrania era una de las regiones de la URSS que más había sufrido los peores excesos del régimen stalinista, unos excesos materializados en forma de detenciones y deportaciones masivas a Siberia, e incluso la muerte por hambruna de decenas miles de ucranianos debido al programa de expropiaciones agrícolas forzosas ordenado desde Moscú. Por tanto, cuando comenzó la invasión, la mayor parte de la población recibió a los alemanes como libertadores, e incluso miles de ucranianos colaboraron con las fuerzas invasoras en la lucha contra el Ejército Rojo. Por otra parte, la historia está contada más bien con poco ritmo, y la mayor parte de las escenas que transcurren en la idílica granja colectiva antes de la guerra resultan absolutamente pueriles. Tanto es así que, en los años 50 esta película fue marcada por la censura estadounidense como propaganda soviética, al mostrar un retrato demasiado amable e idealizado de la vida en la URSS bajo el régimen comunista.

Dejando de lado lo anterior, al menos hay que reconocer que en las escenas de acción se nota la mano de Milestone. Me gustaron especialmente las secuencias en las que los Stukas bombardean la aldea y en la que un avión ruso ataca una columna de Pz-II alemanes, unas escenas muy bien filmadas, empleando unos efectos visuales notables para la época. Pero aparte de esto, La Estrella del Norte tiene poco más que ofrecer. Una historia propagandística que no ha resistido nada bien el paso del tiempo. Interesante como curiosidad cinéfila, y punto.

Calificación: 4/10

viernes, 25 de febrero de 2011

Un condenado a muerte se ha escapado (Un condamné à mort s'est échappé)

Un condenado a muerte se ha escapado (1956)

La historia comienza en abril de 1943. El jóven teniente Fontaine (François Letterier), miembro de la Resistencia, es capturado por los alemanes y, tras un fallido intento de fuga, queda recluido en la prisión de Fort Montluc. Desde el momento de su llegada a la prisión, encerrado en una minúscula celda, Fontaine comienza a planear su fuga, plan que se ve favorecido cuando es trasladado de celda a una situada en un piso superior de la prisión, cuya puerta de madera Fontaine comienza a perforar poco a poco, calculando minuciosamente a partir de ese momento todos sus pasos para consumar su huida de la prisión.

Al igual que hicieron otros cineastas franceses tras la finalización de la contienda mundial, el director Robert Bresson, dedicó un film al movimiento clandestino de la Resistencia contra la ocupación. Bresson elaboró el guión de la película a partir del relato autobiográfico homónimo de Andre Devigny, un miembro de la Resistencia capturado por los alemanes en abril de 1943, que tras ser enviado a la prisión de Montluc y sufrir torturas a manos del tristemente famoso jefe de la Gestapo Klaus Barbie, logró evadirse en compañía de otro recluso antes de que se ejecutara su condena a muerte, prevista para unos días más tarde. La historia de esta audaz y exitosa evasión atrajo la atención de Bresson, y decidió llevarla a la gran pantalla, siendo el segundo título dentro de su denominada “Trilogía de la Soledad”. Fiel a su manual de estilo, el realizador insistió en lograr el mayor realismo posible. De este modo, el rodaje tuvo lugar en la misma prisión de Montcluc donde se desarrollaron los hechos, y el propio Devigny le prestó al director los utensilios reales que había empleado en su fuga. Además, para conseguir una mayor veracidad, y como era norma habitual en sus películas, a la hora de elegir el reparto, Bresson recurrió a un casting de actores desconocidos, unos intérpretes anónimos que reforzaran la sensación de realismo de la historia.

En cuanto a la valoración, hay que decir que Un condenado a muerte se ha escapado, supone todo un brillante ejercicio de estilo visual y narrativo por parte de Bresson. Estamos ante la historia de, lisa y llanamente, un plan de fuga. Una idea de partida sencilla que Bresson sabe llevar mucho más allá gracias a su maestría visual, que nos muestra la minuciosa concepción y preparación del plan de fuga que Fontaine pretende llevar a cabo. A la vez, y gracias al uso de unos muy estudiados planos cortos y cerrados, el film logra trasladarle al espectador la claustrofóbica sensación de soledad que el protagonista experimenta encerrado en su celda.

Una sensación perfectamente narrada a lo largo de unos ajustados 95 minutos de metraje, que en conjunción con el uso que el director hace de las elipsis visuales, y los efectos de sonido, (que incluyen conversaciones a media voz, pisadas que se alejan, y ruidos en la galeria de celdas) logran meter al espectador en situación. Todo ello contribuye a crear un crescendo narrativo que alcanza su climax en unos veinte minutos finales plenos de intensidad dramática que muestran la ejecución de la fuga y que realmente mantienen en vilo al espectador, gracias a la maestria con la que Bresson combina tensión y angustia, sensaciones que se transmiten en gran medida al espectador gracias al inteligente uso de la acción y los sonidos que ocurren fuera de plano.

Entre los aspectos menos positivos, personalmente eché en falta algo más de desarrollo del personaje de Fontaine; así como cierta tendencia al esquematismo en los diálogos y los personajes secundarios, aunque sea comprensible que el director optara por esto,  dada la deliberada sobriedad que adopta la narración. En cualquier caso, hay que concluir que “Un condenado a muerte se ha escapado” es una película visualmente soberbia y muy intensa en el plano narrativo. Una buena historia de base, muy bien contada, y que recomiendo ver a todo el que no haya tenido la oportunidad de hacerlo.

Calificación: 7/10

viernes, 18 de febrero de 2011

Calle Madeleine número 13 (13 Rue Madeleine)

Calle Madeleine, número 13 (1947)

El oficial del OSS Bob Sharkey (James Cagney) recibe el encargo de adiestrar a un nuevo grupo de aspirantes a espías, el grupo 077. Cuando los aspirantes llegan al centro de entrenamiento, Sharkey recibe el aviso de sus superiores que uno de ellos es un agente alemán infiltrado. Pronto Sharkey descubre que este es Bill O´Connel (Richard Conte), en realidad un agente del Abwerh llamado Kuncel, pero decide seguir adelante con su entrenamiento para suministrarle a los alemanes información falsa a través de el. Sin embargo, cuando Lassiter es lanzado en paracaídas sobre Europa, mata a un agente y logra evadirse, poniendo en peligro toda la misión de espionaje organizada por el OSS en la costa francesa antes del Dia D.

Calle Madeleine número 13 es una película un tanto atípica, ya que rinde homenaje a los combatientes invisibles de la contienda mundial, los agentes de espionaje. En este caso, el director Henry Hathaway se inspiró parcialmente en la historia del director del OSS William Donovan, y del agente de inteligencia Peter Ortiz, que actuó como asesor histórico de la producción, para crear este intenso thriller de espionaje, ambientado en los meses anteriores al desembarco en Normandia. Como por aquel entonces las actividades e incluso la existencia de la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS) seguían siendo materia reservada, la productora recibió el aviso del gobierno de EEUU de que no mencionara al OSS en la película, omisión que se cumplió a la hora de preparar el guión del film, que en ningún momento menciona dichas siglas.

Entrado a valorar la película, hay que decir en primer lugar que se nota que se trata de un relato que bebe de fuentes muy cercanas a los hechos que narra. El realismo del film es absoluto, hasta el punto de que describe con un tono que por momentos parece casi documental, el entrenamiento de los agentes, su preparación para todo tipo de misiones secretas y las interioridades del mundo del espionaje. Un realismo que se ve reforzado por el hecho de que, como el mismo prólogo indica, la filmación tuvo lugar en las localizaciones reales que aparecen en la película. Con un ritmo bastante vivo, la película desgrana el doble juego entre los servicios de espionaje, cuando descubren que Lassiter es en realidad un agente enemigo, y como tratan de utilizarlo para desinformar al servicio de inteligencia alemán.

Me gustó especialmente el personaje de Sharkey, muy bien interpretado por James Cagney, y como este insiste en la necesidad de dejar de lado las consideraciones morales, afirmando que “En el espionaje, la única lealtad consiste en cumplir la misión, al precio que sea necesario”. Además las secuencias del entrenamiento, las peleas, e incluso los diálogos rezuman realismo, y por supuesto huyen de la heroicidad gratuita. De este modo, los espías son entrenados para mentir, robar y matar cuanto sea necesario, y se enfrentan al enemigo en una lucha a vida o muerte donde cualquier error se paga con la propia vida.

En conclusión, Calle Madeleine número 13, ofrece un más interesante relato acerca de las operaciones secretas del OSS durante la II GM. Es un título relativamente desconocido, pero que sorprende por sus elevadas dosis de realismo, su intenso ritmo narrativo, y la muy creíble atmósfera que logra crear para que el espectador se introduzca en la trama. De las mejores películas de espionaje que he visto.

Calificación: 7/10

domingo, 13 de febrero de 2011

Esta tierra es mia (This land is mine)


Esta tierra es mia (1943)

La historia nos sitúa en “algún lugar de Europa” (aunque se sobreentiende que es Francia) en 1941. La ocupación alemana somete a la población civil a privaciones de alimentos y a la pérdida de todas las libertades civiles. En medio de ese ambiente, Albert Lory (Charles Laugthon) un maestro de escuela de mediana edad, mediocre, acobardado y con un claro complejo de Edipo debido a la sobreprotección de su madre viuda, se enamora de la atractiva Louise Martin (Maureen O’Hara) una maestra de su misma escuela que además es su vecina. La anodina vida de Lory se verá complicada cuando la Resistencia comete varios actos de sabotaje, implicando a Paul, el hermano de Louise, lo que provocará que el comandante alemán de la zona, el Mayor Von Keller (Walter Slezack), comience a tomar rehenes entre la población, incluyendo al director del colegio, el Profesor Sorel, un convencido opositor antinazi.

Al hablar sobre su carrera cinematográfica en una entrevista concedida en los años 50, el director francés Jean Renoir, reconoció que no se sentía especialmente orgulloso de su película “Esta tierra es mia”, a la cual se refirió como “Mi propia proganda”. No en vano, Renoir, que había escapado de Francia tras la invasión alemana, tenía razones sobradas para dirigir una película propagandística contra la ocupación nazi, proyecto que pudo llevar a cabo en Hollywood, siendo financiado por la productora RKO. El estudió prestó su total respaldo al proyecto, de modo que Renoir pudo contar con dos estrellas consagradas como Charles Laughton y Maureen O´Hara para encarnar los papeles protagonistas. La película se estrenó además masivamente en los cines de EEUU en mayo de 1943, siendo muy bien acogida por un público en plena efervescencia patriótica, y que por aquel entonces se mostraba muy receptivo a este tipo de cine propagandístico.

Entrando a analizar el film, personalmente entiendo que Renoir no sintiera especial predilección por esta película de su filmografía. Y eso que no puede negarse que la película presenta algunos aspectos muy destacables, comenzando por las buenas interpretaciones del reparto, pasando por algunas secuencias memorables (como la de la angustia de Lory durante el bombardeo) y terminando en un emotivo desenlace. Sin embargo, personalmente encuentro que el aspecto evidentemente coyuntural de la trama no ha resistido del todo bien el paso del tiempo. Un aspecto que sí me gustó es el retrato que se hace de los alemanes a través del Mayor Von Keller, un retrato sorprendentemente equilibrado para la época. De este modo, Keller no es el típico oficial malvado y fanático, sino que aparece retratado como un hombre práctico, que incluso trata de evitar represalias innecesarias contra la población civil, una humanización del enemigo que es muy enriquecedora.

No obstante, en líneas generales, al conjunto de la narración le faltan unas mayores dosis de ritmo y de intensidad dramática. Además, hay algunos giros de los personajes que no resultan muy creíbles, especialmente la transmutación final del acobardado profesor Lory en un valiente y decidido opositor a los ocupantes. En ese sentido, suele recordarse de este film el monólogo que Lory pronuncia durante su juicio, en el que además de denunciar la hipocresía de los comerciantes que se enriquecen gracias a la guerra y el mercado negro, pronuncia un apasionado alegato en defensa del sabotaje y de la resistencia activa contra la ocupación. Un monólogo que muchos consideran memorable, pero que a mi me pareció un tanto forzado, amén de poco creible. Personalmente, encuentro mucho más emocionante la escena final, en la que Lory lee a sus alumnos varios artículos de la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano, antes de ser detenido por los alemanes; una escena que condensa a la perfección el mensaje de la película.

En conclusión, pese a no tratarse de una de las mejores películas propagandísticas made in Hollywood, Esta tierra es mía sí que ofrece varios aspectos cinematográficos dignos de estima, aparte del carisma interpretativo del gran Charles Laughton. Un clásico que, pese a no ser de todo redondo, merece la pena ver.

Calificación: 6/10

jueves, 10 de febrero de 2011

Los verdugos tambien mueren (Hangmen also die)

Los verdugos también mueren (1943)

Praga, mayo de 1942. Tras el asesinato del Reichsprotektor de Bohemia-Moravia, Heydrich, apodado el “El Verdugo”, a manos de la resistencia checa,  el Doctor Svoboda (Brian Donlevy), autor del crimen, trata de huir desesperadamente de la policía alemana, consiguiéndolo finalmente gracias a la ayuda de una desconocida, Nasha Novotny (Anna Lee), quien envía a sus perseguidores en otra dirección. Tras una angustiosa huida, Svoboda se refugia finalmente en casa de la familia Novotny con nombre falso. Mientras la Gestapo, con el inteligente inspector Alois Gruber (Granach Alexander) a la cabeza, busca por toda Praga al autor del asesinato, las fuerzas de ocupación comienzan a tomar rehenes entre la población de la ciudad, incluyendo al padre de Nasha, con la amenaza de fusilarlos si no aparece el responsable de la muerte de Heydrich.

En 1933 Joseph Goebbels, Ministro de propaganda del Reich, le propuso a Fritz Lang, el director de la mítica Metropolis, presidir los estudios de la UFA, la productora estatal alemana. La respuesta de Lang, cuyas ideas eran radicalmente opuestas al nazismo, fue huir precipitadamente de Alemania, primero a Francia, y finalmente con destino a EEUU, a donde llegó en 1936, iniciando en tierras americanas la segunda etapa de su carrera cinematográfica. En este caso, Los verdugos también mueren supuso el séptimo largometraje realizado por Lang en Hollywood, llevando a la pantalla una historia apócrifa basada en la muerte del Reichsprotektor Reinhard Heydrich, mortalmente herido en Praga el 27 de mayo de 1942, tras un atentado ejecutado por agentes checos del Servicio Secreto Británico. Puesto que los detalles del asesinato de Heydrich no se conocían cuando se rodó el film, Lang tomó como punto de partida el mismo para construir una historia ficticia que homenajeara a la resistencia antinazi en Europa. El guión fue elaborador por otro alemán emigrado, el famoso dramaturgo Berltolt Brecht, junto con el guionista John Wexley, en la que supuso la única colaboración acreditada de Bretch en una película de Hollywood.

Los verdugos también mueren puede considerarse una de las mejores películas antinazis producidas durante la contienda. La mano de Lang se nota desde el primer minuto (atención a la secuencia que abre el film, con un Heydrich absolutamente amenazante dirigiéndose a una audiencia de personalidades) y consigue dotar al relato de una atmósfera inquietante y opresiva, construida en torno a unos personajes que se mueven en el filo de la navaja. Además, Lang consigue ir bastante más allá del simple vehículo de propaganda, y en cambio, ofrece un relato que combina elementos típicos de cine negro, thriller policiaco, y denuncia política. El film, además constituye todo un alegato en defensa de las libertades individuales y una sentida reivindicación de la dignidad del pueblo frente a los opresores y las injusticias. Todo ello narrado en pantalla con el indiscutible sello visual de Lang, con el uso de planos y enfoques que muestran las raíces expresionistas del realizador austriaco. Por ponerle algún “pero” quizás podría señalarse el punto relativamente artificioso que adquiere la trama cuando los miembros de la resistencia intentan implicar al traidor Czaka en el asesinato, un aspecto de la trama que no me pareció muy creíble, aunque encaje bien en el posterior desenlace de la misma.

En el apartado interpretativo, destacan por encima de todo las actuaciones de Granach Alexander, encarnando al astuto y avispado inspector de la Gestapo Gruber, (para mi gusto, el mejor personaje de la película) y Gene Lockhart que da vida al empresario cervecero Czaka, el traidor de la resistencia.

En resumidas cuentas, Los verdugos también mueren es una película muy estimable dentro de la filmografia del gran Fritz Lang. Sin llegar a ser una Obra Maestra, ni tampoco uno de los trabajos más sobresalientes de su director, sí es uno de esos títulos cuya maestria visual y narrativa hacen que el paso de los años no le afecten, pudiendo ser disfrutados por espectadores de cualquier época. Una película definitivamente muy recomendable.

Calificación: 7/10

jueves, 9 de septiembre de 2010

Sucedió el 20 de Julio (Es geschah am 20. Juli)

Sucedió el 20 de julio (1955)

Julio de 1944. Mientras la derrota militar de Alemania en los campos de batalla se hace cada más evidente, un grupo de altos oficiales alemanes planea un golpe para derrocar a Hitler y hacer la paz con los aliados. La Operación, encabezada por los generales Beck y Olbrich, junto con el coronel Stauffemberg, gira en torno a la colocación de una bomba en el búnker de Hitler para dar paso al golpe, denominado en clave “Operación Valkiria”.

Sucedió el 20 de julio puede considerarse el precedente más próximo –no en el aspecto temporal, pero sí en cuanto al argumental- de la reciente Valkiria de Brian Singer y progonizada por Tom Cruise. Y lo cierto es que, pese al tiempo transcurrido entre los estrenos de una y otra (má de 5 décadas) da la impresión de que la versión de Singer le debe más de un plano a esta relativamente modesta producción alemana dirigida por G.W. Pabst.

Como no podía ser de otro modo, tratándose de una producción germana de los años cincuenta, la película aborda la reconstrucción de los hechos que rodearon a la más importante conspiración contra el régimen nazi que se produjo en Alemania durante la guerra. A lo largo de sus escasos 75 minutos de metraje el film reconstruye con precisión semidocumental, la preparación, ejecución y temprano fracaso de la Operación Valkiria, destinada a deponer a Hitler y expulsar a los nazis del poder antes de la derrota final de Alemania. En ese sentido, la pelicula muestra escuetamente la preparación del golpe, presentando a los conspiradores como un grupo de oficiales idealistas decididos a salvar a su patria de la hecatombe, para luego centrarse en describir las dramáticas horas que precedieron al fracaso del golpe y la subsiguiente ejecución de sus cabecillas.

Como apuntaba al principio, lo ajustado de su metraje hace que el film se vea bastante bien, casi como un documental, sin que haya un momento de bajada de ritmo. Ahora bien, esta concisición narrativa también tiene sus aspectos negativos. Principalmente, el hecho de que algunas partes de la historia, especialmente en lo tocante a la gestación del golpe y la ejecución del atentado, están demasiado brevemente reflejadas en el film; y otro tanto puede decirse del desarrollo de los personajes, que resultan excesivamente esquemáticos, un aspecto que la versión moderna sí que ha sabido cuidar en mayor medida. En cuanto al trabajo de los actores, decir que este resulta correcto en lineas generales, si bien la mayor parte de ellos no tiene espacio para su lucimiento por las razones que menciono. Como curiosidad apuntar que el actor que encarna a Stauffemberg es el posteriormente afamado director de origem austriaco Bernhard Wicki, quien años después iba a encargarse de dirigir la magnífica “El Puente”.

En resumidas cuentas, Sucedió el 20 de Julio es un título correcto que, sin demasiados alardes, condensa bastante bien los hechos del golpe de estado protagonizado por Stauffemberg, y aunque sin ser un film especialmente memorable, es bastante fiel a los hechos históricos que relata. No está mal como curiosidad y por comprobar como la moderna versión de Brian Singer ha copiado más de una escena de esta versión anterior.

Calificación: 5,5/10