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martes, 10 de marzo de 2020

Sobibor


Sobibor (2018)

La historia se sitúa en campo de concentración de Sobibor, en Septiembre de 1943. Tras la llegada al campo de un nuevo tren de prisioneros judíos, la mayor parte de los cuales son gaseados ese mismo dia, el oficial ruso Alexander Pecherski (Konstantin Khabenskiy ), recién llegado al campo junto a otros prisioneros de guerra soviéticos, irá  tomando conciencia de la necesidad de intentar la fuga. Tras presenciar las atrocidades de todo tipo cometidas por los guardianes de la SS contra los judíos del campo, y en especial por el brutal sargento Frenzel (Christopher Lambert), Pecherski decide liderar el plan para lograr una huida masiva de los prisioneros del campo.

Sobibor recrea los hechos históricos relativos al alzamiento y posterior huida masiva de los prisioneros recluidos en el Campo de Concentracion de Sobibor, en Polonia oriental. La fuga, organizada por el prisionero de guerra soviético Sasha Pecherski, tuvo lugar el 14 de Octubre de 1943, y se saldó con la muerte de una decena de soldados de la SS destinados en el campo, junto con la de varios guardianes ucranianos, y con la huida de unos 400 prisioneros, siendo el único caso de fuga masiva de los infames campos de concentración nazis. Pecherski fue de los pocos prisioneros que pudo escapar definitivamente y llegar a territorio amigo, si bien nunca recibió ninguna condecoración por el éxito de su plan de fuga. Hay que decir que no es la primera vez que estos hechos históricos son llevados a la pantalla, ya que existe un muy estimable telefilm producido por la BBC en 1987, titulado “Escape de Sobibor”, que abordó la reconstrucción de los mismos.

En el caso de Sobibor, se trata de una coproducción europea que ha contado con capital ruso, alemán y polaco, nos ofrece una nueva versión de los citados hechos históricos, con la curiosa circunstancia de que el actor protagonista Konstantin Khabenskiy, también fue el encargado de dirigir el film, en su primera experiencia detrás de las cámaras. Puede decirse que el resultado resulta algo irregular. En su primera mitad, dedicada a describir las penalidades que viven los prisioneros del campo y las atrocidades que sufren a manos de sus captores, la película adolece de originalidad y abusa de clichés y lugares comunes que ya se han mostrado en títulos anteriores. En ese sentido, puede decirse que el guión peca por exceso, ya que se reiteran demasiado las escenas dedicadas a mostrar el sufrimiento de los prisioneros, pero en cambio, se descuidan el desarrollo de los personajes y los diálogos.

Como puntos a favor, hay que destacar la buena ambientación y la esmerada puesta en escena, así como que en su segunda mitad, dedicada a narrar la gestación del plan de fuga y la ejecución del mismo, el ritmo narrativo logra levantar el vuelo, y ese tramo de la historia resulta de mayor interés. En el apartado interpretativo hay que decir que los actores cumplen en general con corrección en sus roles, aunque sin que ninguno logre destacar especialmente en su papel, lo cual es lógico, dadas las limitaciones que muestra el guión en lo relativo al desarrollo de los personajes.

En definitiva “Sobibor” resulta un título bastante estimable en sus aspectos formales y visuales, pero simplemente correcto en el apartado narrativo. La película tiene el interés de mostrar una versión actualizada de los hechos históricos que narra, pero está claramente lastrada por su excesivo convencionalismo y por su falta de capacidad para sorprender o emocionar al espectador. Un film simplemente pasable que, bajo mi punto de vista, sale perdiendo en la comparación con el telefim de 1987.

Calificación: 5/10

miércoles, 4 de marzo de 2020

En la Niebla (V Tumane)


En la Niebla (2012)

Bielorrusia, 1942. Tras la ejecución en la horca de unos saboteadores capturados por los alemanes, el mando partisano de la zona sospecha que han sido traicionados por Sushenya (Vladimir Svirskiy), dado que este ha sido puesto en libertad. En represalia por ello, los partisanos Burov y Voitik reciben el encargo de capturar y ejecutar a Susheyna por traición. Sin embargo, la aparición de las milicias fascistas les impide realizar la misión, lo que obligará a los tres hombres a emprender juntos una penosa huida a través de los bosques.

Como he apuntado anteriormente en alguna ocasión, el cine bélico ruso producido en la última ha venido caracterizado principalmente por adoptar un tono marcadamente épico y patriotero. Sin embargo, al igual que ocurrió durante el periodo comunista de la antigua URSS, también aparecen puntualmente otros títulos (normalmente más modestos) de temática  anti belicista. En este caso “En la Niebla” se enmarca claramente dentro de esta segunda corriente que, lejos de narrar los aspectos épicos o patrióticos de la contienda, se centra en describir los desastres de la guerra. En ese sentido esta producción bielorrusa, con guión basado en la novela homónima de Vasiliy Bykov, nos ofrece un relato duro y sin concesiones, sobre unos personajes atrapados entre los dos bandos en conflicto, que por fuerza de las circunstancias se ven obligados a cooperar en un entorno hostil, donde el enemigo no son solo los alemanes, sino también las propias milicias fascistas que colaboran con el invasor.

Partiendo de esa base, la película tiene una primera media hora bastante buena, en la que se cuenta –sin mostrarla directamente- la ejecución de los partisanos y la presentación de los personajes, y la extraña cooperación que se ven obligados a llevar. El problema es que, tras ese primer tramo del metraje, el ritmo de la narración se hace tan excesivamente pausado y contemplativo que en ocasiones llega a desesperar al espectador. Se abusa un tanto de los planos excesivamente largos y continuados, en los que apenas hay diálogos y la acción se limita a ver como los protagonistas caminan por el bosque o paran a descansar.  Esa ausencia de acción no se compensa con una parte discursiva que lo compense de algún modo, ni tampoco se justifica con el efecto de transmitir una mayor intensidad dramática, de modo que es el principal problema que lastra la película.  Pese a ello hay que señalar el acertado uso de sucesivos “flashbacks” que muestran la historia de los tres personajes principales, si bien de estos el único que resulta verdaderamente interesante es el dedicado a Shusenya, ya que los dedicados a los otros dos resultan más bien intrascendentes.

Pese a ello, la historia no deja de tener su punto de interés, por el trasfondo moral que plantea, acerca de cómo en una guerra, los límites entre “amigos” y “enemigos” se vuelven bastante difusos, y también como la desconfianza y la crueldad se vuelven habituales.  También presenta el atractivo de de mostrar el tema del colaboracionismo en los territorios ocupados por los alemanes, un aspecto que no suele aparecer demasiado a menudo en las películas dedicadas a la resistencia. En el apartado interpretativo hay que decir que el trío de actores protagonistas cumple bien en sus respectivos papeles, aunque las limitaciones del guión tampoco les permiten un lucimiento excesivo.

Como conclusión, se puede decir que “En la Niebla” resulta unos de esos films que son más interesantes por lo que cuentan que por cómo lo cuentan, aunque hay que reconocer que la historia presenta una serie de matices narrativos no exentos de interés. Sin duda es una película que de haberse reducido en su metraje habría resultado bastante más redonda y asequible para el espectador medio, pero que en cualquier caso no desmerece un visionado.

Calificacion: 5,5 /10

lunes, 17 de febrero de 2020

La Batalla por Sebastopol (Bitva za Sevastopol)


La Batalla por Sebastopol (2015)

La historia comienza en Kiev, en 1937. La estudiante universitaria Lyudmila Pavlichenko (Yuliya Peresild) realiza unas prácticas de tiro donde muestra una gran habilidad con el rifle. Ello le valdrá para ser enviada a un curso de tiro, y para enrolarse como francotiradora en el Ejército Rojo tras la invasión alemana de la URSS. Tras convertirse en una afamada francotiradora durante las campañas de Odessa y Sebastopol, es enviada junto con una delegación soviética a Estados Unidos en misión propagandística, trabando amistad durante la visita con la esposa del presidente Norteamericano, Eleanor Roosvelt.

Lyudmila Pavlichenko fue una de las escasas mujeres combatientes en la II GM que alcanzó cierta fama internacional por sus hazañas bélicas. De origen ucraniano, Pavlichenko se alistó en el Ejército Rojo al producirse la invasión alemana de la URSS en junio de 1941 y fue destinada al cuerpo de francotiradores, convirtiéndose en pocas semanas en una heroína nacional por su pericia como tiradora. Los dirigentes soviéticos decidieron aprovechar la fama de Pavlichenko enviándola en agosto de 1942 junto a una delegación soviética a EEUU en una gira propagandística, durante la cual trabó amistad con la primera Dama Eleanor Roosevelt, e incluso fue invitada a alojarse en la Casa Blanca durante su estancia. Tras finalizar su servicio en el frente, al ser herida por fuego de mortero en Junio de 1942, se le atribuían a Pavlichenko 309 bajas confirmadas, convirtiéndose en la mujer francotiradora más letal del Ejército Rojo durante toda la contienda. No obstante, después de la guerra surgieron serias dudas respecto a la veracidad de las cifras que se le atribuían, especialmente porque de haber sido ciertas, habría recibido mayores condecoraciones por parte del mando del ejército. Hay que tener en cuenta que durante los meses iniciales de la guerra, la propaganda soviética buscaba desesperadamente figuras militares a las que ensalzar, para subir la moral de la población frente a las continuas victorias alemanas, por lo que no sería de extrañar que las bajas atribuidas por la prensa de la época a Pavlichenko fueran deliberadamente exageradas.

En cualquier caso, “La Batalla por Sebastopol” nos ofrece una semblanza biográfica de la citada francotiradora, centrándose en sus años inmediatamente anteriores a la guerra, y también en su actuacion durante la campaña de Odessa y la defensa de Sebastopol.  Esta película se enmarca dentro de la corriente épica del cine bélico ruso producido en la última década, basada en la narración de historias de heroicidades y hazañas de los militares rusos durante la lucha contra la invasión alemana. No obstante, al menos en este caso es de agradecer que el tono de la narración resulta menos patriotero que en otros títulos similares, y que también se muestre la cara amarga del conflicto. Ese aspecto, junto a la habitual buena puesta en escena de las secuencias de combate condensan los aspectos positivos del film. En cuanto a los negativos, se puede decir que la película falla tanto en el ritmo narrativo, que se hace excesivamente lento, en parte por una presentación del personaje que se dilata en exceso; como por la inclusión de una ficticia (y aburrida) subtrama romántica en forma de triángulo amoroso que se establece entre la protagonista, el médico militar Boris, y su compañero de armas.

También se echa en falta algo más de desarrollo de los personajes, que resultan bastante unidimensionales, aunque al menos si se muestra el estrés postraumático que experimenta la protagonista como consecuencia de sus experiencias en el frente. Pero el problema principal es, como apuntaba, que la historia está desarrollada sin imaginación ni ritmo, y no se incluyen demasiadas escenas de combate, de modo que la película se hace algo larga.

En resumen, La Batalla por Sebastopol es una producción típicamente rusa en el aspecto de la carga patriótica de su argumento, aunque resulta algo más creíble en el aspecto bélico que otros títulos similares. No carece de interés por contar la historia un personaje poco conocido de la II GM, pero en líneas generales no pasa de ser una película simplemente pasable.

Calificacion: 5/10

lunes, 10 de febrero de 2020

Aliados (Allied)

Aliados (2016)

Marruecos francés, 1942. Max Vatan (Brad Pitt) un agente canadiense del servicio secreto británico llega a la ciudad de Casablanca para preparar  un atentado contra la legación diplomática alemana, contando con la cooperación de Marianne Beausejour (Marion Cotillard), una agente francesa infiltrada en las altas esferas de la colonia. Tras la ejecución de la misión, ya de vuelta en Inglaterra, Max contrae matrimonio con Marianne, pero su en principio idílica relación se verá oscurecida cuando surgen sospechas sobre la verdadera identidad de su esposa.

Puede decirse que “Aliados” es el ejemplo paradigmático de como en ocasiones una producción que cuenta con un presupuesto millonario, un director de prestigio y unos actores protagonistas de primera fila no se convierte en una gran película. En este caso, el veterano realizador Robert Zemeckis, el alumno aventajado de Spielberg, contó con un más que holgado presupuesto de 85 millones de dólares, y el respaldo de un gran estudio como la Paramount para sacar adelante el proyecto del film, con el que claramente se quiso rendir homenaje al cine clásico de espionaje producido en Hollywood durante los años 40 del pasado siglo.

Sin embargo, opino que en este caso Zemeckis se quedó a medias, porque Aliados resulta un producto tan pulido e incluso brillante en su forma, como vacío en el fondo.  Se nota que el director quiso preparar cada plano de la película a conciencia, para su disfrute estético por el espectador, lo cual se pone de manifiesto en el exquisito cuidado que se aprecia en la recreación de los decorados y escenarios donde transcurre la acción. En ese aspecto hay que reconocer el virtuosismo técnico del realizador para componer planos visualmente atractivos. Pero, más allá de eso, la película falla en su misma base, ya que el desarrollo de la historia resulta muy plano a la vez que previsible, y la química entre los protagonistas es más bien inexistente. 

De esa forma, la trama avanza de una forma tan lineal como monótona, sin que en ningún momento logre transmitir las necesarias dosis de tensión dramática o intriga, ni logre sorprender al espectador con algún giro argumental inesperado.  Esto se traduce en que la película transmite una permanente sensación de frialdad, sin que las discretas interpretaciones de un Brad Pitt más bien inexpresivo, y de una Marion Cotillard un tanto gris logren hacer que levante el vuelo en ningún momento.  En ese aspecto, además, cabe señalar que el desarrollo de los personajes –tanto principales como secundarios- brilla por su ausencia, siendo este otro lastre para que la narración fluya con un mayor interés.

En definitiva, Aliados se queda al final en un título que ofrece un bonito envoltorio visual y estético, pero bastante falto de contenido. Da la impresión de que Zemeckis, en su empeño estilístico por cuidar la forma, se olvidó completamente del fondo, con lo cual el resultado final dista mucho de ser satisfactorio.  Como película de espionaje adolece de emoción e intriga, mientras que como historia romántica tampoco convence, de forma que resulta un título de esos que se olvidan rápidamente tras su visionado.

Calificacion: 5,5/10

jueves, 6 de febrero de 2020

El Duodécimo Hombre (Den 12. Mann)

El Duodécimo Hombre (2017)

Noruega, Marzo de 1943. Tras un desembarco fallido de un comando de doce saboteadores Noruegos en la costa de su país, todos ellos resultan apresados por los alemanes, a excepción de Jan Baalsrud (Thomas Gullestaad), quien logra escapar por poco a su captura. A partir de ese momento, aunque en principio los alemanes lo dan por muerto, se inicia una implacable caza del hombre liderada por el implacable oficial de la Gestapo Kurt Stage (Jonathan Rhys Meyers), quien pondrá todo su empeño en capturar a Baalsrud a lo largo de su huida con destino a Suecia.

El Duodecimo Hombre es una reciente producción noruega que reconstruye los hechos históricos que rodearon la denominada “Operación Martin”. El objetivo de esta operación era el de desembarcar un comando de 12 soldados noruegos entrenados por el servicio secreto Británico en las cercanías de la ciudad de Bardufoss, situada en el norte del país, con la misión de destruir la torre de control del aeródromo que la Luftwaffe había instalado en la zona. La misión resultó un completo fracaso, al ser interceptado el comando cuando intentaba desembarcar,  ya que por error contactaron con un civil al que confundieron con un miembro de la resistencia local, y este dio parte a los alemanes de la presencia de la embarcación noruega. No obstante, la peligrosa huida de Jan Baalsrud, el único integrante de la misión que pudo escapar, se convirtió en una hazaña bélica nacional, que aún hoy dia es recordada en Noruega mediante una marcha de doscientos kilómetros de recorrido que lleva su nombre.

Esta es la historia que ha sido llevada a la pantalla por el realizador Harald Zwart, en lo que viene a ser un remake de otra producción noruega de 1957, sobre los mismos hechos, titulada “Nueve Vidas”. Entrando a valorar el film, lo primero que cabe señalar es que pese a tratarse de una producción noruega, la ambientación, fotografía y puesta en escena son bastante buenas, equiparables a las producciones norteamericanas. Aparte de esos aspectos formales, la película comienza con un notable ritmo, mostrando la captura del comando noruego y la huida del protagonista, que se convierte en una auténtica odisea por la supervivencia, frente a un enemigo despiadado decidido a darle caza. En ese aspecto, la película no ofrece mucho más aparte del relato de la historia del protagonista, y las diversas penurias que este padeció a lo largo de su dilatada fuga, (que se prolongó durante dos meses), y como fue ayudado por la población local. Pese a esa ausencia de una mayor profundidad argumental, hay que reconocer que la narración sabe mantener el interés.

No obstante, la película tiene un acusado bajón de ritmo a partir de la primera hora de metraje, cuando se narran las semanas que Baalsrud pasó oculto, una parte de la historia que se hace algo larga y que bajo mi punto de vista no termina de estar bien aprovechada; aunque nuevamente remonta el vuelo en su parte final. En el apartado interpretativo, el actor protagonista Thomas Gullestaad compone un papel bastante sólido y creíble como el sufrido Baalsrud, mientras que Jonathan Rhys Meyers, pese a ser un actor un tanto limitado en sus registros, da una buena replica como despiadado oficial de la Gestapo.

En conclusión, El Duodecimo Hombre es una película que cumple con eficacia su cometido de contar con amenidad una historia real y que, sin ser sobresaliente en ningún apartado, se deja ver con interés tanto por sus aspectos visuales como narrativos. No desmerece al menos un visionado.

Calificacion: 6/10

miércoles, 29 de enero de 2020

T-34


T-34 (2018)

Frente Oriental, noviembre de 1941. En una aldea a las afueras de Moscú el teniente Nikolay Ivushkin, al mando de un solitario carro T-34 se dispone a combatir a una compañía de panzers alemanes que se dirige a la capital soviética. Tras un feroz combate contra los tanques del capitán Klaus Jäger, este logra destruir el tanque ruso, capturando a Ivushkin. Tres años más tarde Jäger se reencuentra con su antiguo oponente en un campo de prisioneros, y lo recluta a la fuerza para que tripule un carro T-34 capturado en una simulación de combate contra tanques alemanes, lo que será aprovechado por Ivushkin para planear una arriesgada fuga a bordo del tanque.

Puede afirmarse que el cine bélico ruso ambientado en la II GM producido en la última década presenta dos grandes constantes. Por un lado, son películas que ofrecen un grado de espectacularidad  técnica y visual que nada tiene que envidiar a las producciones de Hollywood; y por otra parte, se centran en narrar historias que ofrecen unas grandes dosis de patriotismo. En ese sentido T-34 no es una excepción, y sigue la senda de otros títulos recientes producidos en Rusia como “Stalingrad” o “Los 28 hombres de Panfilov”. Para la realización de esta película, el director Alexander Sidorov contó con un estimable presupuesto de 10 millones de dólares, logrando además un notable éxito de público en su país. Para la producción se construyeron varios decorados exteriores a escala real, y se reacondicionó y se puso en funcionamiento un auténtico carro T-34 de la IIGM, de modo que ese aspecto de la película está muy cuidado.

Hay que reconocer que T-34 tiene un comienzo trepidante, con la breve presentación de los personajes y la recreación del combate entre carros en la aldea a las afueras de Moscú. Realmente esa primera media hora de metraje resulta espectacular para el espectador, no solo por la perfecta puesta en escena, sino también por el ritmo trepidante de las secuencias bélicas que muestran el enfrentamiento de los panzers de Jager contra el T-34 de Ivushkin, unas escenas filmadas con una excelente intensidad y virtuosismo visual (atención a las ralentizaciones de los proyectiles de los carros), que logran dejar al espectador pegado a la pantalla. Para mi gusto, esos minutos iniciales son de lo mejor que he visto en un film bélico en la última década.

El problema es que, una vez concluye ese primer tramo del film, el interés de la narración va cayendo en picado. Las secuencias que transcurren en el campo de prisioneros resultan demasiado tópicas y en algún caso, inverosímiles. También se introduce con calzador una tópica historia romántica entre Ivushkin y la traductora del campo de concentración, una subtrama que resulta tan claramente forzada, como prescindible. El otro gran lastre de la película es que cuando retoma las escenas bélicas, en la parte dedicada a narrar la fuga y huida de los protagonistas, esta resulta tan absolutamente inverosímil que en algún momento da grima. Por añadidura, el guión rezuma un patrioterismo  absolutamente exacerbado, ya que en algún momento los  personajes rusos parecen capaces de eliminar ellos solos a todo el ejército alemán, lo cual no resulta demasiado asequible para el espectador foráneo. En ese sentido, se puede afirmar que T-34 es la versión rusa (y contraparte) de la hollywoodiense "Fury, Corazones de Acero".

En definitiva, T-34 es un título más que notable y apreciable en su apartado técnico, pero totalmente trasnochado en el aspecto narrativo. Y es una pena, porque sus primeros minutos ofrecen al espectador unas soberbias escenas bélicas. Al final, se queda en un título simplemente pasable, y una historia a todas luces desaprovechada.

Calificacion: 5,5/10

lunes, 20 de enero de 2020

Jojo Rabbit


Jojo Rabbit (2019)

La historia se sitúa en Alemania, en los últimos meses de la II GM. Johannes Beltzer (Roman Griffin Davis), apodado familiarmente “Jojo”, es un niño de 10 años dotado de una gran imaginación, que ingresa en las Juventudes Hitlerianas imbuido de la ideología nazi y que tiene como amigo imaginario al mismo Adolf Hitler (Taika Waititi). Sin embargo, tras resultar gravemente herido por la explosión accidental de una granada, su pensamiento se verá enfrentado con las actividades antinazis de su madre Rosie (Scarlett Johansson) y con el descubrimiento de que esta esconde a Elsa, una adolescente judía en una estancia de su casa.

Jojo Rabbit es una coproducción germano-norteamericana cuya realización ha corrido a cargo del director neozelandés de religión judía, Taika Waititi, conocido principalmente hasta la fecha por dirigir series para la TV. La película, cuyo guión ha sido coescrito por el mismo director, ha supuesto para Waititi un notable éxito de crítica, que le ha valido para hacerse acreedora de 6 nominaciones a los Oscar, incluyendo la de mejor película, convirtiéndose en una de las revelaciones cinematográficas de 2019.

En cuanto a la valoración del film, hay que decir que considero que los elogios de parte de la crítica hacia el mismo me parecen un tanto desmesurados.  Ciertamente el punto de partida que propone Waititi es interesante, la infantilización de Hitler y del nazismo como arma paródica. Sin embargo, el tono de la narración,  que se sitúa a medio camino entre la tragicomedia y la sátira casi caricaturesca bajo mi punto de vista no termina de carburar. Y ello porque a la parte satírica le falta mordacidad e ingenio para ridiculizar realmente al nazismo, mientras que la parte cómica adolece de un humor, en general, demasiado inocuo o “blando” para provocar la risa del espectador. En ese sentido, la mayoría de los gags resultan más simpáticos que realmente graciosos, y eso es algo que definitivamente lastra a la película. En mi opinión, se le podría haber sacado bastante más partido a la premisa argumental que sirve de punto de partida a la historia de haberse profundizado algo más en los aspectos satíricos que se ofrecían, pero el guión no termina de dar con el tono adecuado para ello.

En el apartado interpretativo, los actores principales están correctos en sus respectivos roles, aunque brillan más los secundarios (en especial Sam Rockwell en su papel de “Capitán K”). La interpretación de Waititi como Hitler no desentona, dentro del tono deliberadamente paródico del film, aunque tampoco me pareció deslumbrante, posiblemente lastrado por las deficiencias del guión a la hora de desarrollar los personajes. En general la película se ve con cierto interés, por la originalidad de su planteamiento inicial y por la esmerada puesta en escena, que es uno de los aspectos más destacables del film. Pero en líneas generales a “Jojo Rabbit” le falta algo más de ritmo y de comicidad para llegar a ser una gran película. Al final se queda en un título que se visiona con agrado, pero que decepciona en algunos aspectos. Una película simplemente correcta.

Calificacion: 5,5/10