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lunes, 17 de febrero de 2020

La Batalla por Sebastopol (Bitva za Sevastopol)


La Batalla por Sebastopol (2015)

La historia comienza en Kiev, en 1937. La estudiante universitaria Lyudmila Pavlichenko (Yuliya Peresild) realiza unas prácticas de tiro donde muestra una gran habilidad con el rifle. Ello le valdrá para ser enviada a un curso de tiro, y para enrolarse como francotiradora en el Ejército Rojo tras la invasión alemana de la URSS. Tras convertirse en una afamada francotiradora durante las campañas de Odessa y Sebastopol, es enviada junto con una delegación soviética a Estados Unidos en misión propagandística, trabando amistad durante la visita con la esposa del presidente Norteamericano, Eleanor Roosvelt.

Lyudmila Pavlichenko fue una de las escasas mujeres combatientes en la II GM que alcanzó cierta fama internacional por sus hazañas bélicas. De origen ucraniano, Pavlichenko se alistó en el Ejército Rojo al producirse la invasión alemana de la URSS en junio de 1941 y fue destinada al cuerpo de francotiradores, convirtiéndose en pocas semanas en una heroína nacional por su pericia como tiradora. Los dirigentes soviéticos decidieron aprovechar la fama de Pavlichenko enviándola en agosto de 1942 junto a una delegación soviética a EEUU en una gira propagandística, durante la cual trabó amistad con la primera Dama Eleanor Roosevelt, e incluso fue invitada a alojarse en la Casa Blanca durante su estancia. Tras finalizar su servicio en el frente, al ser herida por fuego de mortero en Junio de 1942, se le atribuían a Pavlichenko 309 bajas confirmadas, convirtiéndose en la mujer francotiradora más letal del Ejército Rojo durante toda la contienda. No obstante, después de la guerra surgieron serias dudas respecto a la veracidad de las cifras que se le atribuían, especialmente porque de haber sido ciertas, habría recibido mayores condecoraciones por parte del mando del ejército. Hay que tener en cuenta que durante los meses iniciales de la guerra, la propaganda soviética buscaba desesperadamente figuras militares a las que ensalzar, para subir la moral de la población frente a las continuas victorias alemanas, por lo que no sería de extrañar que las bajas atribuidas por la prensa de la época a Pavlichenko fueran deliberadamente exageradas.

En cualquier caso, “La Batalla por Sebastopol” nos ofrece una semblanza biográfica de la citada francotiradora, centrándose en sus años inmediatamente anteriores a la guerra, y también en su actuacion durante la campaña de Odessa y la defensa de Sebastopol.  Esta película se enmarca dentro de la corriente épica del cine bélico ruso producido en la última década, basada en la narración de historias de heroicidades y hazañas de los militares rusos durante la lucha contra la invasión alemana. No obstante, al menos en este caso es de agradecer que el tono de la narración resulta menos patriotero que en otros títulos similares, y que también se muestre la cara amarga del conflicto. Ese aspecto, junto a la habitual buena puesta en escena de las secuencias de combate condensan los aspectos positivos del film. En cuanto a los negativos, se puede decir que la película falla tanto en el ritmo narrativo, que se hace excesivamente lento, en parte por una presentación del personaje que se dilata en exceso; como por la inclusión de una ficticia (y aburrida) subtrama romántica en forma de triángulo amoroso que se establece entre la protagonista, el médico militar Boris, y su compañero de armas.

También se echa en falta algo más de desarrollo de los personajes, que resultan bastante unidimensionales, aunque al menos si se muestra el estrés postraumático que experimenta la protagonista como consecuencia de sus experiencias en el frente. Pero el problema principal es, como apuntaba, que la historia está desarrollada sin imaginación ni ritmo, y no se incluyen demasiadas escenas de combate, de modo que la película se hace algo larga.

En resumen, La Batalla por Sebastopol es una producción típicamente rusa en el aspecto de la carga patriótica de su argumento, aunque resulta algo más creíble en el aspecto bélico que otros títulos similares. No carece de interés por contar la historia un personaje poco conocido de la II GM, pero en líneas generales no pasa de ser una película simplemente pasable.

Calificacion: 5/10

jueves, 5 de abril de 2018

Churchill

Churchill (2017)

Inglaterra, 1944. Pocos días antes del comienzo de la Operación Overlord, el desembarco aliado en las playas de Normandia, el Primer Ministro británico, Winston Churchill (Brian Cox) se muestra cada vez más inquieto ante un posible fracaso de la operación.  Ello le llevará a intentar preparar otros planes alternativos al desembarco en Francia, enfrentándose frontalmente con el General Eisenhower y la cúpula militar del Mando Aliado, decidida a seguir adelante con la preparación del Dia D.

Parece ser que la figura histórica de Winston Churchill sigue siendo en la actualidad un auténtico filón cinematográfico, pues este film se estrenó con pocos meses de diferencia respecto a otra película basada en la biografía del célebre Primer Ministro, “El instante mas oscuro”, si bien esta última se centraba en el periodo posterior al nombramiento de Churchill como Primer Ministro en 1940, y la retirada de Dunkerke.

En este caso, nos encontramos ante una producción británica, relativamente modesta, que ahonda en la historia de un periodo muy concreto  del personaje, en concreto, se centra en los 4 días inmediatamente anteriores al Dia D. En ese sentido, la película nos muestra un Churchill terriblemente atenazado por la responsabilidad, por momentos al borde la depresión, y sobre todo, horrorizado ante la perspectiva de que el desembarco acabara en una masacre de las tropas aliadas. Desde un punto de vista histórico la película no resulta ser del todo creible, ya que si bien es cierto que durante 1943 y principios de 1944, Churchill hizo todo lo posible por demorar la Operación Overlord, en los meses inmediatamente anteriores al inicio de la misma ya había aceptado totalmente el plan. Por eso, las escenas en las que parece que Churchill literalmente quería sabotear el inicio de la operación, se antojan bastante poco verosímiles.

Entrando a valorar el film, hay que decir que este se apoya sobre todo en la sólida interpretación de Brian Cox en el papel de Churchill, en un papel que se nota interiorizado, y en la que el actor ofrece todo un repertorio de interesantes matices. Además, está muy bien secundado por  Miranda Richardson en el papel de su sufrida esposa, Clementine. Pero el buen hacer del dúo protagonista no es suficiente para sostener los 105 minutos de metraje, ya que en el resto de apartados la película no ofrece nada especialmente original ni estimulante para el espectador. De modo que la historia transcurre con un moderado interés, aunque sin que consiga levantar realmente el vuelo en ningún momento, porque tampoco hay un clímax narrativo que sirva para dotar de mayor intensidad al relato. Dado que las escenas de acción brillan por su ausencia, la narración se sostiene en torno a la parte discursiva de la historia, la cual resulta bastante irregular con algunas escenas inspiradas (sobre todo las que comparten Churchill y Clementine) y otras que oscilan entre lo insulso y lo poco creíble, con algún que otro exceso melodramático.

En resumen, aunque está claro que “Churchill” no se puede considerar una gran película en su conjunto, es un título que se ve con cierto interés, aunque decepcione en más de un aspecto. Desde luego, de no haber contado con Brian Cox como protagonista, muy probablemente habría resultado un producto mucho peor, pero la buena actuación de aquel y algún momento inspirado la salvan en cierta medida.

Calificación: 4,5/10

viernes, 16 de marzo de 2018

El Hombre del Corazon de Hierro (The Man with the Iron Heart)

El Hombre del Corazón de Hierro (2017)

Relato biográfico acerca de Reinhard Heydrich (Jason Clark), que abarca desde sus primeros tiempos como oficial de la marina, su expulsión del cuerpo y posterior boda con Lina Heydrich (Rosamund Pike), hasta su imparable ascensión dentro de la SS, y su muerte tras el atentado sufrido manos de un comando checoslovaco en Praga en 1942.
 
Ya he comentado en alguna ocasión en el blog que los hechos que rodearon al atentado contra la vida de Reinhard Heydrich (la denominada Operación Antropoide) han sido un filón cinematográfico. Y es que con anterioridad a esta nueva revisión de dichos hechos históricos, ya existían cuatro grandes producciones sobre los mismos. Sin ir más lejos, el estreno en 2016 de la última película sobre Heydrich, “Operación Anthropoid”, obligó a la productora del film a retrasar su estreno a 2017, para que ambos títulos de temática tan similar no coincidieran en la cartelera.

Por tanto, es evidente que a estas alturas resultaba difícil ofrecer algo novedoso sobre el personaje principal. En este caso, “El Hombre del Corazón de Hierro” parte de un guión basado en la novela del escritor Laurent Binet titulada “HHhH” (acrónimo en alemán de “El cerebro de Himmler se llama Heydrich”) que intenta ofrecer una visión más cercana de la biografía del personaje.  De este modo, se distinguen en la película dos partes claramente diferenciadas. En su primera hora, la narración se centra en contar la historia del personaje de Heydrich, sus relaciones personales, y ascenso al poder, mientras que en la segunda mitad, la película pasa a desgranar la preparación y ejecución de su atentado en Praga.

El problema en este caso es que la película pretende abarcar demasiados hechos en poco tiempo y la verdad es que, al final, se queda a medio camino. La parte biográfica del protagonista no resulta excesivamente espectacular, pero sí medianamente interesante por estár mucho menos trillada que la revisión del atentado. No obstante, dicha parte adolece de dos defectos; el primero, que se condensan muchos años de su vida en poco tiempo, de modo que el desarrollo de la historia y personajes se antoja muy esquemático; y, en segundo lugar, que el actor que da vida a Heydrich, Jason Clark, no termina de transmitir la mezcla de inteligencia, frialdad y crueldad del personaje que encarna en la pantalla. En cuanto a la segunda parte de la narración, centrada en el atentado, tampoco ofrece nada especialmente estimulante, ya que viene a reiterar casi punto por punto, lo que ya aparece descrito (y de mejor manera) en Operación Anthropoid, de modo que resulta prácticamente redudante si se ha visto la primera película.
 
En definitiva, se puede concluir que El Hombre del Corazón de Hierro” desperdicia una buena ocasión que se ofrecía para haber profundizado algo más en el personaje de Heydrich, especialmente en lo relativo su personalidad y motivaciones. En vez de ello, el film prefiere optar por un rutinario relato biográfico mezclado con elementos de thriller de acción en la recreación del famoso atentado de Praga. Y aunque el resultado final no es del todo negativo, sobre todo por los estimables aspectos formales de la película, en conjunto estamos ante un título que no resulta especialmente brillante ni memorable, aunque parte de una historia que podía haber sido mejor desarrollada.

Calificación 5/10

jueves, 22 de febrero de 2018

El Instante más Oscuro (Darkest Hour)


El Instante más Oscuro (2017)
Mayo de 1940. El fracaso de la invasión aliada de Noruega precipita la caída del gobierno del Primer Ministro Neville Chamberlain, tras lo cual el Rey Jorge VI llama a Winston Churchill (Gary Oldman) a ocupar el cargo. En las semanas posteriores, Churchill se verá enfrentado a varias crisis provocadas por las derrotas militares en Francia, y a las enormes presiones políticas para negociar la paz con Hitler. Pese a ello, Churchill se muestra decidido a continuar la lucha, a cualquier precio.
 
Siguiendo la estela de la reciente “Dunkerke”, esta producción británica nos ofrece un nuevo acercamiento a los dramáticos sucesos históricos que siguieron a la invasión alemana de Francia, y la posterior derrota de los ejércitos aliados, esta vez desde el punto de vista del celebérrimo Primer Ministro británico, Winston Churchill. Una temática ya tratada en otras producciones anteriores como el muy estimable telefilm de HBO, “Amenaza deTormenta”.
 
En líneas generales, la película ofrece lo que promete, un retrato histórico del personaje de Churchill enfrentado a una de las mayores crisis de su país, cuando Gran Bretaña se quedó sola frente a los victoriosos ejércitos alemanes. Desde el punto de vista histórico la película es correcta, si bien opino que el retrato que se hace del protagonista es demasiado panegírico, y que se echa en falta que se hubieran mostrado algunos de los aspectos menos rutilantes de su personalidad.  En cuanto a la actuación de Gary Oldman como Winston Churchill, bastante elogiada por la crítica, he de decir que a mí me pareció simplemente correcta, y en algún momento, un punto sobreactuada. Sí que rayan a muy buen nivel los actores secundarios de la película, especialmente Kristin Scott Thomas en su papel de Clementine Churchill.
 
Entre los aspectos positivos, se puede destacar la recreación histórica del film que, sin ser deslumbrante, sí que resulta bastante cuidada, con una esmerada puesta en escena, si bien la mayor parte del film transcurre en decorados interiores. Desafortunadamente, la película flaquea en varios aspectos que hacen que la historia no llegue a terminar de carburar. El primero (y principal) es que el guion resulta demasiado poco imaginativo, y abusa de clichés y recursos fáciles que le restan dramatismo y ritmo a la narración. Otro punto poco afortunado es la introducción de algunas “licencias dramáticas” que intentan –sin conseguirlo- enriquecer los hechos históricos; en especial la escena de Churchill dialogando en el metro con un grupo de ciudadanos anónimos sobre la conveniencia de proseguir la guerra contra la Alemania nazi. Una escena sin base histórica alguna, y que destila un descarado tono de exaltación patriotera, que en mi opinión no era necesaria para dotar de emoción a la historia. Todo ello se traduce en que el film adolece de un ritmo adecuado para imprimirle viveza a la historia, especialmente en la segunda mitad del metraje, y que no logra transmitir al espectador todo el carisma del personaje principal.

En definitiva, La Hora más Oscura se queda en un título correcto en sus aspectos formales, pero poco atractivo en el plano narrativo. Seguramente de haber contado con un guión más esmerado se hubiera transmitido mucho mejor el verdadero calado histórico de Winston Churchill, por lo que finalmente se queda en un biopic pasable, pero no brillante. Desde luego a estas alturas se echa en falta alguna aportación mayor a lo ya visto anteriormente.

Calificación 5,5 /10

sábado, 17 de diciembre de 2016

Hasta el último hombre (Hacksaw Ridge)

Hasta el último hombre (2016)

Desmond Doss (Andrew Garfield), un joven oriundo de Virginia cuyas creencias religiosas y antecedentes familiares, con un padre alcoholizado tras su experiencia en la Gran Guerra, le hacen estar en contra de la violencia, se alista en el ejército de EEUU para servir como médico  militar.  Tras superar un duro periodo de instrucción y las actitudes contrarias a su pacifismo por parte de sus oficiales y compañeros de unidad, consigue su objetivo y es enviado a servir como médico al Frente del Pacífico, siendo destinada su unidad a combatir en Okinawa. Una vez allí, en medio de una sangrienta batalla contra los japoneses, Doss se convertirá en un héroe, a pesar de no empuñar ningún arma, salvando a decenas de camaradas heridos en unas circunstancias terribles.

Tras una década alejado de la industria cinematográfica, Mel Gibson ha retomado las labores de dirección con este potente relato bélico, basado en la biografia del soldado Desmond Doss, el primer objetor de conciencia condecorado con la medalla de honor del congreso de los Estados Unidos, merced a su heroico comportamiento salvando la vida de 75 camaradas heridos en la Batalla de Okinawa. Una historia que se prestaba a ser adaptada a la Gran Pantalla, y que tenía el atractivo -como el mismo Mel Gibson declaró-, de tratar sobre un personaje que era un “superhéroe, pero real”.
Con un estimable presupuesto de 40 millones de dólares, se ve que Gibson ha disfrutado adaptando al cine esta historia sobre el heroísmo y sacrificio personal, temas que, combinados con el componente de violencia (bélica, en este caso); son muy del gusto del realizador australiano.  En cuanto a la valoración del film, hay que decir que si bien este resulta bastante convencional en el planteamiento de su primera mitad, que sirve para la introducción de los personajes y de la historia, incluyendo el posterior paso del protagonista por el campamento de instrucción,  sabe mantener bien el ritmo y la atención del espectador. Y cuando, ya en la segunda mitad del metraje, llega la parte estrictamente bélica, no cabe duda que Gibson hace gala de sus mejores dotes como director, ofreciendo un espectáculo brutalmente realista en la recreación de los combates, filmados con pericia técnica y un excelente pulso narrativo. En esas escenas, Gibson logra ofrecer unas secuencias de acción cuyo nivel de intensidad e impacto visual recuerdan a las de Salvar al Soldado Ryan. Sin duda, es en esa parte bélica donde se condensan las mejores virtudes de la película, que no da un momento de respiro al espectador. A ello se le une la buena labor interpretativa de Andrew Garfield, que consigue dar vida en la pantalla a un soldado Doss tremendamente humano y creíble, con el se puede llegar a empatizar con facilidad.  

Lo único que, bajo mi punto de vista, impide que “Hasta el último hombre” llegue a la consideración de Obra Maestra es, aparte del convencionalismo formal de su primera mitad, el típico tono épico-heroico made in Hollywood  que destila el guión; cuando esta era una historia que –bajo mi punto de vista- hubiera dado mucho más de sí de haberse profundizado en el aspecto antibélico de la misma. El problema es que dicho aspecto queda totalmente relegado y eclipsado porque la historia prefiere recrearse en la faceta heroica del personaje, aun cuando sus convicciones fueran precisamente contrarias a la guerra.  De haberse pulido más esos aspectos, podríamos haber estado ante unos de los mejores films bélicos de la historia del cine.

En definitiva, “Hasta el último hombre” es un título que sin duda no defraudará a los aficionados al cine bélico y que también puede ser apreciado por el público en general. No cabe duda que es una película bastante estimable tanto en la forma como en el fondo, pero que muy probablemente se queda a medio camino en más de un aspecto,  lo cual impide que estemos ante una película absolutamente redonda.  Pese a ello, no puede negarse que se trata de un titulo bastante recomendable.

Calificacion: 7,5 /10

domingo, 1 de febrero de 2015

The Imitation Game (Descifrando Enigma)


The imitation game (Descifrando Enigma) (2014)

La historia comienza en 1939, cuando Alan Turing (Benedict Cumberbacht) un joven pero destacado matemático y criptógrafo inglés es reclutado por el Servicio de Inteligencia militar para un programa de alto Secreto destinado a romper los códigos de la maquina cifradora alemana,  la “Enigma”. A partir de ese momento Turing, con la ayuda de otros criptógrafos, comienza a trabajar en la construcción de una máquina capaz de descifrar los mensajes en código alemanes, tarea en la que recibirá la valiosa ayuda de la joven criptógrafa, Joan Clark (Keira Knightley)  con la que Turing trabará una estrecha relación amistad.

La apasionante –y, a la vez, trágica- biografía del genial matematico inglés Alan Turing es una de esas historias que parecen hechas para ser llevadas a la gran pantalla. Adaptación que se ha materializado con este biopic de producción británica, con guión basado en el libro biográfico de Andrew Hodges y realización a cargo del director Morten Tyldum. La película ha servido además para rendir un más que merecido homenaje póstumo al considerado como padre de la inteligencia artificial y precursor de las modernas computadoras, cuya decisiva contribución al esfuerzo bélico británico durante la II GM no le libró de una ignominiosa condena por homosexualidad en 1952, una injusticia que no fue parcialmente reparada hasta 2013, cuando la Reina Isabel II rehabilitó oficialmente la memoria de Turing.

Entrando a valorar el film, hay que señalar que estamos, para lo bueno y para malo, ante una producción típicamente británica. Entre los aspectos más logrados del film hay que citar la impecable labor de recreación histórica y puesta en escena, la buena fotografía, y el buen hacer del reparto de actores encabezados por un Benedict Cumberbacht que logra una más que notable recreación del personaje de Turing, ofreciendo al espectador una actuación repleta de matices interpretativos. La historia realmente engancha al espectador, y sabe mantener el interés, sobre todo durante el primer tercio de la narración, alternando distintos planos temporales para ofrecernos una visión completa acerca de la historia del protagonista.  No obstante, el film también presenta otros aspectos claramente mejorables, que evitan que estemos ante una gran película.

Y ello porque el guión peca de ser (como por otra parte suele ser habitual en el cine británico) excesivamente académico y convencional en sus planteamientos.  Todo resulta correcto en la narración, pero no arriesga nada para ofrecernos algo más acerca del personaje, cuya excéntrica y complicada personalidad ofrecía mayores posibilidades para adentrarse en ella. El tema de la homosexualidad de Turing, por ejemplo, está tratado de forma muy tangencial, sin que realmente aporte nada a la historia. Tampoco me convenció la subtrama que se introduce a cuenta de la amistad de Turing con la criptógrafa Joan Clark, principalmente porque no termina de haber química entre ambos personajes, por más que su relación se intenta meter con calzador en la historia. En definitiva, la película ofrece una narración de manual en la que todo funciona bien para contentar al espectador, pero da la impresión de que no termina de sacársele todo el jugo a la historia. Pese a ello, no puede negarse que, pese a no terminar de ser redonda, “The Imitation Game” es una película bastante estimable.


Calificación: 6.5/10 

viernes, 7 de diciembre de 2012

Almirante Yamamoto (Rengô kantai shirei chôkan: Yamamoto Isoroku)

Almirante Yamamoto (2011) Japón, 1939. Mientras la fiebre bélica parece apoderarse del gobierno y de gran parte de la población de Japón, la cúpula dirigente de la Armada nipona hace todo lo que puede por obstaculizar la firma del Pacto Tripartito. En este intento se distingue especialmente un ilustre marino, el Almirante Isoroku  Yamamoto, firme defensor de la no participación de Japón en la guerra junto a Alemania. Una postura que hará que el almirante se vea convertido en el centro de las críticas de los sectores más exaltados del ejército, y a pesar de la cual conducirá a la Flota Combinada a una serie de fulgurantes victorias tras el inicio de las hostilidades en el Pacífico.

Almirante Yamamoto es una muy reciente producción japonesa que, como indica su título, ofrece un relato biográfico acerca del que sin duda fue el militar japonés más famoso de la II GM, y una de las figuras más relevantes de la contienda: el Almirante Yamamoto. Aunque desde luego no puede decirse que sea un film especialmente original, ya que de hecho es casi un remake de otra película anterior de 1968, con la que comparte título y que contó con el siempre eficaz Toshiro Mifune en el papel protagonista.

Al igual que la primera película, este film ofrece un repaso de los principales hechos históricos en los que Yamamoto tuvo participación durante la guerra: su marcada oposición al conflicto armado con EEUU, que le granjeó no pocos enemigos en el seno del Ejército; su acertada predicción de que Japón no podría vencer en la contienda, pasando por la audaz incursión contra Pearl Harbor, la derrota en Midway, hasta su muerte al ser derribado el avión en el que realizaba un viaje de inspección del frente por una escuadrilla de P-38 norteamericanos enviados especialmente a dar caza al transporte del almirante.  
Puestos a comparar ambas versiones, la verdad es que la de 1968 sale ganando en casi todos los aspectos. Si acaso, la actual resulta mejor en el aspecto visual, gracias al empleo de unas correctas animaciones generadas por ordenador que dan cierta vistosidad a las escenas bélicas, aunque tampoco puede decirse que sean una maravilla para los estándares actuales. Por lo demás, la película de los 60 me pareció mejor, especialmente por la interpretación de Mifune, infinitamente superior a la que muestra en esta versión el para mi desconocido actor principal, Koji Yashuko, la cual resulta bastante discreta. A esto se le añade un ritmo narrativo tan lento que por momentos parece letárgico, y un argumento desarrollado sin demasiada imaginación, incluyendo la historia paralela de un joven periodista japonés que será testigo de la evolución de la guerra desde la redacción de su diario; una subtrama tan redundante (por plomiza) como poco interesante para el espectador.

En definitiva, esta nueva versión de “Almirante Yamamoto” ofrece muy poco de interés para el espectador medio. Desde un punto de visto histórico, los primeros veinte minutos no están mal, ya que profundizan un poco en el ambiente prebélico que se vivía en el Japón de 1939, y ahonda en las motivaciones japonesas para ir a la guerra. Eso y alguna escena de acción decente es lo que puede salvarse de la quema. Por lo demás, estamos ante un film solo apto para los muy aficionados a la historia bélica.

Calificación: 3,5/10

lunes, 7 de mayo de 2012

El Ángel de Budapest

El Angel de Budapest - TV (2011)

Hungría, 1944. Mientras los ejércitos alemanes retroceden en todos los frentes ante el empuje aliado, en el país magiar, Adolf Eichman supervisa la deportación acelerada de miles de judíos húngaros con destino a los campos de concentración. En Budapest, ante el cariz de los acontecimientos, el gobierno de Franco decide llamar al embajador español de vuelta a España, dejando al jefe de negocios de la embajada Ángel Sanz-Briz (Francis Lorenzo) al frente de la legación. Desde su puesto diplomático, como reacción frente a la barbarie nazi, Sanz Briz emprenderá una titánica tarea para salvar la vida de miles de judíos, emitiendo visados y pasaportes españoles que garantizaban la inmunidad de sus titulares, una acción que le valdría para ser recordado como “El Angel de Budapest”.

Hay que reconocer que con la producción de “El Angel de Budapest” Televisión Española ha hecho un ejercicio de justicia histórica, al rescatar del olvido la figura de este diplomático español, al que algunos periodistas denominaron “El Schlinder español”. Y es que la historia de Angel Sanz-Briz parece una de esas en las que la realidad parece empeñarse en superar a la ficción. Haciendo uso de una fina habilidad diplomática, Sanz-Briz pudo continuar con la labor de su predecesor, el embajador Muguirio, y haciendo uso de un decreto de la época de Primo de Rivera (el cual, sin saberlo los alemanes, había sido derogado durante la II Repúnlica) pudo ofrecer la nacionalidad española a varios miles de judíos húngaros que estaban en peligro de ser deportados a los campos de exterminio nazis. Con la colaboración de otros diplomáticos como el sueco Raoul Wallenberg, el nuncio Apostólico Angelo Rota, o el italiano Giorgio Perlasca, se calcula que Sanz-Briz pudo salvar la vida de unas 5.000 personas, siendo posteriormente reconocido como “Justo Entre las Naciones” por el gobierno de Israel.

Entrando a valorar la miniserie que reconstruye los hechos históricos, hay que reconocer que, pese a tratarse de una producción televisiva, “El Angel de Budapest” sorprende por la calidad de su ambientación y su convincente puesta en escena, que nada tienen que envidiar a las producciones cinematográficas patrias en esos aspectos. También el reparto de actores raya a un buen nivel, especialmente un entonado Francis Lorenzo, que se encarga de dar vida al protagonista, muy bien secundado por el resto de intérpretes. En el apartado narrativo, la serie es bastante fiel a los hechos históricos, y comienza con buen ritmo, presentando la situación de Hungría en 1944 y la determinación de algunos miembros del círculo diplomático extranjero para salvar las vidas de los judíos húngaros. Es una pena que, a medida que avanza el relato, este va perdiendo gradualmente fuelle, primordialmente porque le falta un punto de precisión a la hora de centrar el interés de la historia. En ese sentido, se introducen una serie de subtramas (con romance incluido) sobre los avatares de varias familias judías, que quizás resultan un tanto redundantes y solo sirven para apartar el foco de la historia principal.

Pese a ello, hay que reconocer que “El Angel de Budapest” resulta una miniserie de muy esmerada factura, bastante interesante desde el punto de vista histórico, que reivindica la memoria de un hombre justo que supo hacer lo correcto en un momento de crisis. Sin llegar a ser del todo redonda, sí que me parece una serie recomendable.

Calificación: 6/10

lunes, 21 de noviembre de 2011

Garbo, el espía (El hombre que salvó al mundo)

Garbo, el espía (2009)

Reconstrucción en clave documental de la vida de Juan Pujol Garcia, doble agente español que trabajó para el servicio secreto británico, enviando información falsa al servicio de inteligencia alemán para el que supuestamente espiaba desde Londres. Al acabar la contienda, la labor de Pujol, más conocido por su nombre en clave como “Garbo” cayó casi inmediatamente en el olvido y se le dio por muerto, hasta que cuatro décadas después el escritor británico Nigel West quiso investigar sobre el personaje y descubrir la verdadera historia del hombre que se escondía detrás de Garbo.

No cabe duda de que la biografía de Juan Pujol Garcia es una de esas historias en las que la realidad parece empeñarse en superar a la mejor novela de ficción. En el caso que nos ocupa, la de Juan Pujol ciertamente merecía ser llevada al cine. Pujol, un hombre corriente que había crecido en el seno de una familia de la burguesía catalana, era un personaje nada atrevido ni extraordinariamente valiente. Hasta el punto de que, tras el estallido de la Guerra Civil, Pujol estuvo escondido durante más de un año en un piso de Barcelona para evitar su llamada a filas. Pese a ello, tras varios avatares, Garbo acabó siendo uno de los espías más renombrados de la II GM, e incluso fue la primera persona que recibió condecoraciones por parte de ambos bandos en reconocimiento a su labor de espionaje. Esta extraordinaria historia real es la que aborda, en clave documental, Garbo, el espía, una producción dirigida por el realizador catalán Edmond Roch, que alcanzó un notable éxito de público y crítica, siendo estrenada en las salas comerciales y haciéndose acreedora del Premio Goya a la mejor película documental del año 2009.

Entrando a analizar el film, lo primero que llama la atención es la original técnica narrativa usada por Roch para abordar el relato, una mezcla de fragmentos de películas hollywoodienses, entrevistas con personajes relacionados con Garbo, e imágenes de archivo documental. De este modo se ofrece al espectador una perspectiva no del todo novedosa, pero sí que bastante interesante para describir la trayectoria vital del personaje biografiado. En ese sentido, cabe señalar que lo mejor del documental se centra en su primera mitad, la cual ofrece unas breves pinceladas biográficas del personaje, para entrar a describir como ofreció sus servicios como espía, primero a los británicos y luego a los alemanes, a los que engañó sistemáticamente gracias a la colaboración del servicio secreto británico, y a las “informaciones” que le transmitia una ficticia red de informadores residentes en Gran Bretaña.

No obstante, también es preciso señalar que el relato pierde sensiblemente fuelle en la segunda parte, cuando la técnica narrativa se hace un tanto reiterativa, y el eje de la narración se desvía del retrato del personaje para ofrecer una visión general del servicio de espionaje británico y su éxito a la hora de engañar a los alemanes en el marco de la Operación Fortitude. En esa parte, se echa en falta que se ahonde en mayor medida en la personalidad de Garbo, y opino que tampoco habría estado mal la inclusión de alguna escena dramatizada, empleando actores reales, que vinieran a complementar las imágenes de archivo y añadirle así un toque más lúdico a una narración que, en conjunto, resulta ligeramente plana.

Por lo demás, hay que reconocer que Garbo, el espía es un buen documental, que constituye un más que digno ejercicio de estilo por parte de su director. Y pese a las fallas enunciadas, se trata de un trabajo bastante estimable, aunque quizás no llege a explotar del todo las posibilidades que ofrecía la historia original del personaje histórico.

Calificación: 6/10

martes, 10 de mayo de 2011

En el límite del amor (The edge of love)

En el limite del Amor (2008)

Londres, 1940. Mientras los bombardeos alemanes arrasan la ciudad, el poeta Dylan Thomas (Matthew Rhys), se reencuentra casualmente con Vera Phillips (Keira Knightley) su novia de la adolescencia. El reencuentro hará que renazca la atracción entre ambos, pero su relación se hace imposible cuando Caitlin (Sienna Miller), la esposa de Dylan, acude a Londres para reunirse con su marido, lo cual no impedirá que ambas mujeres se hagan amigas y compartan una intensa relación emotiva con el poeta. Cuando los bombardeos alemanes sobre la ciudad arrecian, los tres deciden mudarse a vivir juntos a la finca que Dylan posee en Gales, donde inevitablemente surgirán las tensiones entre ellos.

En el límite del amor supuso un acercamiento biográfico a la figura del famoso poeta galés Dylan Thomas, uno de los dramaturgos británicos más celebres del S. XX, que durante los años de la contienda se convirtió en una de las voces más populares de la BBC gracias a sus intervenciones radiadas para la nación. Basándose en este personaje, el film nos ofrece una narración centrada en su trayectoria vital durante los años de la guerra, así como en su tormentosa vida personal y amorosa. Lo mas atractivo del film radica en su reparto, especialmente en sus protagonistas femeninas, Keira Knightley interpretando nuevamente un papel de época, en un registro muy parecido al ya ofrecido por la actriz en Expiación, compartiendo el protagonismo con una convincente Sienna Miller, que da vida a la alocada esposa de Thomas. Ambas ofrecen lo mejor de un relato que comienza con fuerza en sus veinte primeros minutos de metraje, mostrando el reencuentro de Vera con su amor de adolescencia, y la bohemia personalidad del poeta, que lleva una existencia desordenada y plagada de excesos alcohólicos. Lamentablemente, prácticamente en esos aspectos se acaban las cualidades del film.

El resto de la película ofrece mayormente una amalgama de pretenciosas citas poéticas que el personaje de Thomas pronuncia a veces sin venir a cuento, junto con una desvaida y tópica a más no poder historia del triangulo amoroso que se establece entre los tres personajes protagonistas, sazonada con algunas escenas bélicas sin sustancia. El resultado final es que las dos horas de metraje no solo no logran transmitir el lirismo que pretenden, sino que además aburren mortalmente en más de un momento. Y eso es algo que ni el buen trabajo de las actrices principales, ni los destacables aspectos técnicos del film –en especial, la ambientación y la fotografía- puden compensar.

En definitiva, En el límite del amor constituye un notable ejercicio técnico y visual por parte de su realizador, John Marbury, pero es un título que finalmente ofrece muy poco debido a las debilidades de un guión muy poco consistente, y a una historia pretendidamente profunda, que al final peca de ser excesivamente superficial. Una pena que el talento de sus protagonistas se haya desperdiciado de esta manera, porque se trataba de una historia que podría haber ofrecido mucho más. Una película pasable, en el mejor de los casos.

Calificación: 4/10

lunes, 4 de abril de 2011

El Único Evadido (The Only that Got Away)

El único evadido (1957)

La historia comienza en Septiembre de 1940. Tras ver como su avión es derribado en Kent, el teniente Franz Von Werra (Hardy Kruger) es enviado a Londres e interrogado por el servicio de inteligencia de la RAF. Poco después Von Werra es enviado a una prisión del noroeste de Inglaterra, de donde no tarda en fugarse. Tras ser nuevamente capturado y trasladado a otra prisión, un nuevo intento de fuga fallido hará que sea enviado en barco, junto a otros prisioneros alemanes conflictivos, con destino a un campo de prisioneros en Canadá, lo cual, no obstante, no impedirá que Von Werra persista en sus planes de fuga para regresar a Alemania.

Como su propio título indica, El único Evadido relata la historia de una evasión, aunque curiosamente, esta producción británica no versa sobre la fuga de prisioneros de guerra aliados, sino sobre la huida de un aviador alemán. Concretamente, la película reconstruye los hechos que rodearon la fuga de Franz Von Werra, teniente de la Luftwaffe que pasó a la historia anecdótica de la II GM por ser el único prisionero de guerra germano que logró fugarse de sus captores, mientras era trasladado a un campo de prisioneros en Canadá, y regresar a Alemania. La evasión de Von Werra tuvo, además, unas consecuencias perniciosas para la inteligencia aliada, ya que de vuelta en Alemania, Von Werra advirtió al mando de la Luftwaffe acerca de las sutiles técnicas de interrogatorio con las que la RAF sacaba información de los pilotos alemanes derribados. De este modo, gracias al testimonio de Von Werra, la Luftwaffe pudo instruir a sus pilotos para que evitaran las preguntas comprometedoras de los interrogadores británicos.

En cuanto a la calidad del Film, hay que decir que “El Único Evadido” es una película sencilla y sin pretensiones, pero también muy amena para el espectador. Y ello es en gran medida debido a la estupenda interpretación de su protagonista, el actor alemán Hardy Kruger, que realmente consigue que el espectador empatice y, además, simpatice con su personaje. Porque, aparte del notable parecido físico que Kruger compartía con Von Werra, lo cierto es que actor sabe dotar a su personaje de las dosis justas de arrogancia, simpatía, y carisma, que hacen muy creíble su interpretación, que es de las que realmente llegan al espectador. Hasta el punto de que esta puede compararse con la no menos memorable actuación de Steve McQueen en La Gran Evasión, un papel, por cierto, que parece bastante inspirado en el de Kruger. Especialmente interesante es la parte dedicada a la captura y posterior interrogatorio de Von Werra, y como muestra el duelo entre el astuto interrogador británico y el inteligente prisionero, que termina dándose cuenta de las tretas de sus captores para sonsacarle información militar.

Es una pena que la película no profundice algo más en la parte dedicada a las dos fugas fallidas del protagonista y el duelo de astucia que se establece con sus captores británicos, porque de lo contrario podríamos haber estado ante un relato mucho más atractivo. Pese a ello, en la parte dedicada a las evasiones del protagonista, los paralelismos con La Gran Evasión son tan evidentes que no resulta descabellado pensar que John Sturges se inspiró en más de un aspecto en esta historia a la hora de preparar el guión de su famoso film. En cualquier caso, y a pesar de ser una producción relativamente modesta y sin pretensiones, El Único Evadido funciona perfectamente como un intenso relato de aventuras, entreteniendo al espectador gracias a la agilidad de su ritmo narrativo y a la precisión con la que se nos cuenta la historia del protagonista. En ese sentido, es de agradecer la objetividad con la que se aborda la figura de Von Werra, evitando en todo momento el recurso fácil de caer en el alegato antinazi, y optando en cambio por ofrecer un retrato equilibrado del personaje que es muy de agradecer.

En resumidas cuentas, El Único Evadido es una película con el típico sello artesanal propio del cine británico, a la par que un relato ameno y bastante estimulante dentro de sus limitaciones artísticas. Un titulo que, sin duda, merece la pena descubrir.

Calificación: 6,5/10

martes, 1 de marzo de 2011

El Discurso del Rey (The King's Speech)

El Discurso del Rey (2010)

Tras hacerse patentes sus problemas para hablar en público, debido a la tartamudez que sufre desde la infancia, el Principe Alberto (Colin Firth), Duque de York, pasa por distintos especialistas en tratamientos del habla intentando solucionar su problema. Todos sus intentos serán infructuosos hasta que conoce al excéntrico terapeuta Lionel Logue (Geoffrey Rush), un australiano cuyos poco ortodoxos métodos para tratar la tartamudez de su paciente comienzan a dar resultados. Pronto, la ayuda de Lionel se irá haciendo imprescindible para Alberto, especialmente cuando la abdicación de su hermano Eduardo por su relación con la divorciada Wallis Simpson, hace que el príncipe se convierta en el Rey Jorge VI, debiendo dar un importante discurso radiado a la nación cuando el Reino Unido decide entrar en guerra para detener los avances de Hitler en Europa.

Hago con esta reseña un pequeño parón en mi serie de comentarios sobre el cine de los años 40 y 50, para volver la vista sobre la reciente triunfadora en la gala de los Oscars de este año. El film se basa en una historia concebida por el escritor David Seidler, quien sufrió tartamudez en la etapa de su niñez y se sintió fascinado al conocer la historia del problema de dicción del Rey Jorge VI y la relación de amistad que llegó a entablar con el terapeuta del habla Lionel Logue, hasta el punto de que decidió escribir un guión para trasladar dicha historia al cine. Tras darle varias vueltas proyecto, una vez que tuvo listo el esbozo del guión, envió el mismo a varias productoras londinenses, que inmediatamente aceptaron llevarlo a la pantalla, captando el potencial de la historia para el público en general. La película obtuvo rápidamente un gran éxito de público y crítica, haciéndose acreedora de 4 Oscars, incluyendo el de mejor película, en la edición de este año.

En cuanto a la valoración del film, hay que comenzar diciendo que “El Discurso del Rey” es el típico ejemplo de una historia que eleva varios puntos su interés original gracias a lo acertado de un reparto en estado de gracia. Colin Firth borda su papel del inseguro y amedrentado príncipe Alberto, un hombre marcado por una infancia infeliz, por estar a la sombra de su hermano, y por su defecto del habla. Frente a él, un inmenso Geoffrey Rush, que encarna a la perfección al terapeuta formado en la escuela de la vida, un personaje dotado de las necesarias gotas de excentricidad y enamorado de la obra de Shakespeare, que está decidido a que su paciente mejore al precio que sea. Y por encima de todo, la película es un canto a la amistad, que irá surgiendo entre ambos hombres, y que les hará sobreponerse a sus respectivas limitaciones iniciales. En ese sentido, el desarrollo de la historia resulta no solo interesante, sino muy atractivo para el espectador, gracias a unas bien dosificadas notas de humor, y también a las innegables dotes dramáticas del duo protagonista, que logran imprimir a sus respectivos personajes el registro más adecuado a cada momento de su interpretación.

No obstante, también hay que señalar que “El Discurso del Rey” se queda lejos de llegar a la categoría de una obra maestra. Para empezar, la temática desde luego no resulta del todo original, ya que viene a ser una variación del film de 1994 La locura del Rey Jorge. Por otro lado, el aspecto narrativo y visual es simplemente correcto, en el sentido de que la película no intenta innovar ni sorprender, y el desarrollo de la trama resulta más bien previsible, por lo que tampoco deslumbra al espectador. Finalmente, aunque la ambientación y la puesta en escena llevan el indudable sello artesanal propio del cine británico, tampoco es una película que destaque especialmente en esos aspectos, por lo que considerada en conjunto, puede decirse que es una película que agrada, más que entusiasma, al espectador.

En resumen, puede decirse que “El Discurso del Rey” ha tenido en cierto modo el mérito de haber sido un rayo de buen hacer cinematográfico dentro del panorama mayoritariamente gris del cine actual. Una película de actores, por encima de todo, y narrada con agilidad. Sin llegar a ser una gran obra, hay que reconocerle el mérito de saber conectar con el espectador y contar una historia con amenidad. Un título que no deslumbra pero, sin duda, recomendable.

Calificación: 7/10

sábado, 1 de enero de 2011

Almirante Yamamoto (Rengo kantai shirei chôkan: Yamamoto Isoroku)

Almirante Yamamoto (1968)

La historia comienza en 1939. Mientras la guerra en Europa hace que muchos altos mandos militares japoneses presionen al gobierno para establecer una alianza con Alemania, el Almirante Isoroku Yamamoto (Toshiro Mifune) se muestra contrario a la guerra contra los Estados Unidos, advirtiendo al estado mayor del poder industrial norteamericano, lo cual le granjeará la enemistad de los comandantes del ejército. No obstante, cuando el gobierno japonés decide entrar finalmente en la guerra atacando Pearl Harbor, Yamamoto se pondrá al frente de la Flota Combinada de la Marina Imperial para dirigir las operaciones navales a lo ancho del Pacífico.

Rengo kantai shirei chôkan: Yamamoto Isoroku (“El Almirante de la flota combinada: Isoroku Yamamoto”), es una producción nipona de finales de la década de los 60, dedicada al que probablemente es el militar japonés más famoso del S. XX, el almirante Yamamoto. Al estallar la II GM, Yamamoto, que había participado como alferez en la Batalla de Tsushima en 1905, ya era uno de los militares japoneses más respetados y prestigiosos, y su temprana muerte en combate aéreo en 1943, hizo que su figura fuera elevada a la categoría de héroe legendario para el pueblo japonés. En este caso, la narración abarca el periodo comprendido entre 1939, y la muerte del almirante, acaecida el 18 de Abril de 1943, tras ser derribado el bombardero en que viajaba por una escuadrilla de cazas P-38, especialmente enviada a interceptar el avión de Yamamoto, al tener conocimiento la inteligencia aliada de la ruta que iba a seguir el mismo, gracias a la intercepción de los mensajes cifrados japoneses.

En ese sentido, el film ofrece una correcta síntesis de los principales hechos políticos y militares del periodo que relata, además de ofrecer un retrato bastante elogioso –y a veces, casi hagiográfico- del personaje. Personalmente me gustó especialmente la parte que muestra la posición cauta de Yamamoto respecto a las posibilidades reales de Japón de vencer en una guerra contra los aliados occidentales, y la preparación del ataque a Pearl Harbor. Tampoco está mal como se relata la derrota japonesa en Midway, reflejando con fidelidad las circunstancias que determinaron la destrucción de la escuadra de portaaviones del almirante Nagumo en dicha decisiva batalla naval, que cambió definitivamente la suerte de la guerra en el Pacífico.

Ahora bien, la película también tiene aspectos mucho menos logrados, aparte del ya mencionado retrato enteramente benigno de Yamamoto. En primer lugar, para recrear las escenas de combates aéreos y navales, quitando algunos planos filmados y de material de archivo que están bien insertados, se emplearon una serie de maquetas bastante evidentes y burdas, de modo que los efectos visuales resultan bastante deficientes incluso para los cánones de la época. No en vano, la realización de los efectos especiales correspondió a Eiji Tsuburaya, conocido mundialmente en aquella época por ser el responsable de los efectos visuales de las películas de la serie “Godzilla”, que eran producciones de pura serie B.

Además, la película adolece de otro defecto muy común a las producciones bélicas japonesas: su absoluto maniqueísmo a la hora de presentar las motivaciones japonesas para entrar en la guerra, que fueron de carácter puramente imperialista e incluso racista. Aunque al menos, hay que reconocer que contiene cierto atisbo de autocrítica al mostrar la insidiosa influencia del patriotismo exaltado de los jefes del ejército de tierra, impacientes por entrar en la guerra del lado del Eje. Igualmente, el retrato que se hace de los políticos y militares japoneses en general, resulta bastante amable, mostrando una galería de personajes más bien planos y esquemáticos. En cualquier caso, es destacable el enorme carisma interpretativo del que hace gala el actor Toshiro Mifune encarnando a Yamamoto, un papel que repetiría ocho años más tarde, volviéndose a poner en la piel del famoso almirante en “La Batalla de Midway”.

En resumidas cuentas, Almirante Yamamoto ofrece un correcto relato histórico-biográfico sobre el personaje. Pero desde el punto de vista cinematográfico, la película es bastante mediocre en el aspecto visual y narrativo. Merece la pena verse sobre todo por la interpretación de Mifune, y agradará al aficionado a la historia de la II GM, pero es un título que, en cuanto a calidad artística, no pasa de discreto.

Calificación: 4/10

viernes, 17 de diciembre de 2010

Into the Storm

Into the Storm (2009)

La acción comienza en julio de 1945. Mientras Winston Churchill descansa en la costa francesa esperando a conocer el resultado de las elecciones legislativas británicas, el primer ministro irá recordando los difíciles momentos vividos al frente del gobierno británico durante la guerra, desde su nombramiento como Primer Ministro en mayo de 1940, pasando por la derrota de Francia, la retirada de Dunkerke, y su lucha en solitario para enfrentarse a Hitler, hasta la derrota final de la Alemania Nazi.

Into the Storm, Churchill at War ("En la Tormenta, Churchill en guerra"), es un telefilm que viene a ser la segunda parte del relato biográfico sobre la figura de Winston Churchill, iniciado por la productora HBO con la estupenda “Amenaza de Tormenta”, la cual narraba los principales hechos acaecidos en la vida del futuro primer ministro en los años inmediatamente anteriores al estallido de la II GM. Por tanto, Into the Storm nos ofrece la continuación cronológica de dicho relato, centrándose ahora en la narración de los años de Churchill al frente del gobierno del Reino Unido, durante el curso de la II GM.

En cuanto a la valoración del film, hay que empezar diciendo que este mantiene el sello de las producciones HBO en cuanto a la calidad de la ambientación, la recreación histórica y la puesta en escena, que son excelentes. En el plano interpretativo, las actuaciones son igualmente bastante buenas, con el actor irlandés Brendan Gleeson sustituyendo a Albert Finney en el papel de Churchill, un papel que le valió para ganar el Emmy a la mejor interpretación masculina, aunque, comparando ambas actuaciones, personalmente me convenció más la de Finney. La película también reproduce algunos de los más famosos y emotivos discursos de Churchill incitando a continuar la lucha, como el celebérrimo “Lucharemos en los mares y océanos, lucharemos en las playas, en las colinas…”. Además, siguiendo la linea de Amenaza de Tormenta el relato no evita abordar los aspectos menos amables de la personalidad de Churchill: su carácter irritable, sus prejuicios clasistas, y sus problemas personales y afectivos, lo cual viene a completar en el plano personal el retrato político e histórico del personaje.

Sin embargo, la película también tiene falla en algunos aspectos importantes, especialmente en el plano narrativo. La idea de comprimir los principales sucesos de seis años de guerra en un telefilm de hora y media de duración no termina de funcionar bien, ya que demasiados hechos importantes son narrados de forma esquemática, y además los saltos temporales no quedan del todo bien explicados. De esta manera, el espectador que no conozca bien los hechos históricos de la II GM puede perderse en más de un momento de la narración. Es indudable que para abarcar con la debida amplitud los años de Churchill al frente del gobierno, habría sido mucho más apropiado el formato de una miniserie de varios capítulos, que hubiera permitido desarrollar con una mayor coherencia y detalle el relato del conjunto de hechos políticos y militares acaecidos entre 1940 y 1945.

En cualquier caso, Into the Storm es uno de esos títulos que será apreciado por los aficionados al cine histórico, no solo por lo esmerado de su factura formal, sino también por ofrecer una más que correcta semblanza de uno de los personajes claves del siglo XX. Aunque bajo mi punto de vista “Amenaza de Tormenta” estaba un peldaño por encima de esta, no cabe duda que Into the Storm viene a completar de una manera bastante digna el relato biográfico de Churchill, aceptando el hecho de que se queda algo corta en el plano narrativo. Un título recomendable que agradará a los aficionados al cine histórico en general.

Calificación: 6/10

viernes, 3 de diciembre de 2010

John Rabe

John Rabe (2009)

Nanking, China, Noviembre de 1937. Tras una larga estancia en el país asiático, el alemán John Rabe (Ulrich Tukur), jefe de la planta hidroeléctrica que la empresa alemana Siemens tiene en la ciudad, prepara su retorno a Alemania. Sin embargo, cuando las tropas japonesas se acercan a la ciudad con intención de tomarla por asalto, coincidiendo con el día de la despedida oficial de Rabe ante las autoridades locales, los japoneses comienzan sus bombardeos. Ante el cariz de los acontecimientos, Rabe, con la ayuda del médico británico Robert Wilson (Steve Buscemi), la directora de la universidad de Nanking, y el diplomatico alemán Georg Rosen (Daniel Brulh), deciden organizar una “zona de seguridad” en el interior de la ciudad para proteger a los ciudadanos chinos de las atrocidades de los soldados nipones.

Es curioso comprobar como la guerra chino-japonesa, hasta hace poco un conflicto bélico semidesconocido y olvidado por el cine, se ha convertido en los último años en objeto de varias producciones de estimable presupuesto como las muy recientes Los niños de Huang Shi o la magnífica, Ciudad de vida y muerte.

En este caso, John Rabe aborda la reconstrucción de los hechos que rodearon la captura de Nanking por parte de las tropas imperiales japonesas, y la subsiguiente infame masacre, desde la perspectiva de este ciudadano alemán, miembro del partido nazi, que no dudó en arriesgar su propia vida y seguridad para ayudar a la población china frente a la barbarie japonesa. Los esfuerzos de Rabe, junto a los de otros residentes europeos en Nanking, sirvieron para crear una zona de seguridad donde se refugiaron más de 200.000 habitantes de Nanking, que salvaron sus vidas gracias a la existencia de dicha zona. Sin embargo, pese a la hazaña humanitaria conseguida, John Rabe no fue profeta en su tierra. A su vuelta a Alemania, en Febrero de 1938, su denuncia de los crímenes japoneses en Nanking solo le valió para ser arrestado por la Gestapo y ver como sus documentos sobre la masacre eran confiscados. Rabe murió en 1950, sin recibir reconocimiento oficial alguno, y su memoria cayó en el olvido hasta que en 1996 fue publicado su diario personal sobre los hechos acaecidos en Nanking, lo cual finalmente le valió el reconocimiento por parte del gobierno chino y la prensa internacional, que lo bautizó a posteriori como “El Schindler de Nanking”.

Entrando a valorar el film, hay que señalar en primer lugar su esmerado aspecto formal. La ambientación de Nanking (filmada en una zona antigua de Shangai), la puesta en escena y la excelente fotografía realmente introducen al espectador en la época y el ambiente de la china de los años 30. También es igualmente destacable el apartado interpretativo, con un Ulrich Tukur muy creible en su encarnación de Rabe y secundado perfectamente por el resto de los actores incluyendo al siempre eficaz Steve Buscemi. Sin embargo a mi modo de ver, a la película le falta algo más para desarrollar la materia prima que ofrecía la historia real del personaje.

En la primera mitad del metraje, el ritmo de la narración no llega a ser todo lo vigoroso que la historia requería, y en la segunda mitad, pese a ofrecer algunos momentos de intensidad dramática (por ejemplo cuando Rabe asiste a la decapitación de su chofer), a la historia le falta capacidad de conmover al espectador. Además, da la impresión de que la historia adopta deliberadamente un tono excesivamente melodramático, algo que no era necesario pues ya venía dado por la historia real, y en ese sentido la película me pareció que quedaba un peldaño por debajo de la sobriedad narrativa de “Ciudad de vida y muerte”.  Tampoco las historias paralelas de los personajes secundarios, pese a estar bien insertadas en la trama, me terminaron de satisfacer plenamente, porque al final parece que no están del todo desarrolladas.

En cualquier caso, y pese a los aspectos anteriores, hay que reconocer que la película ofrece un muy interesante relato de solidaridad humana, y pese a que le falta un punto mayor de ritmo narrativo, su esmerada factura formal y sus buenas interpretaciones la hacen un título no exento de interés, que sirve de merecido homenaje un hombre bueno que hizo cuanto pudo por ayudar a los demás en un momento de enorme peligro. Recomendable.

Calificación: 6,5/10

jueves, 28 de octubre de 2010

Anónima: una mujer en Berlin (Anonyma, Eine Frau in Berlin)

Anónima, una mujer en Berlin (2008)

La historia comienza en Berlin, en Abril de 1945. Mientras las tropas sovieticas libran los últimos y encarnizados combates por hacerse con el control de la capital alemana, para miles de civiles alemanas, comienza un calvario debido a la ola de violaciones que desatan los soldados del Ejercito Rojo contra las mujeres alemanas que caen en sus manos. Una de estas jóvenes mujeres anónimas, tras sufrir en sus propias carnes las vejaciones de los soldados rusos, se encargará de narrar los hechos que sucedieron en aquellos peligrosos dias que precedieron el final de la guerra.

Desde el 20 de abril hasta el 22 de junio de 1945, bajo la escasa luz que le proporcionaba una vela de sebo, una joven periodista alemana registró meticulosamente en un cuaderno las peripecias diarias que tanto ella como otros supervivientes civiles vivieron durante los primeros días de ocupación rusa de Berlin. Este cuaderno de vivencias sirvió de base para el libro Eine Frau in Berlin (“Una mujer en Berlin”) que apareció publicado en lengua inglesa en 1954. En este libro, la autora desgranaba la ola de abusos sexuales indiscriminados cometidos por los soldados soviéticos contra las mujeres alemanas que permanecían en las ruinas de Berlin cuando la ciudad fue conquistada por las tropas rusas en Abril de 1945. Sin embargo, el libro no se limitaba a narrar dichas atrocidades cometidas por los rusos, sino que también mostraba la actitud de muchas mujeres alemanas que aceptaron alternar con los ocupantes a cambio de alimentos, protección e incluso para obtener comodidades en los peores días de la posguerra. Por tanto, no es de extrañar que al aparecer publicada en 1959 la edición alemana del diario, se desatara en Alemania una viva polémica respecto al contenido del mismo, ya que los recuerdos de la guerra aun estaban demasiado frescos en la memoria colectiva alemana. Esto hizo que la autora del diario decidiera no revelar su nombre y permanecer definitivamente en el anonimato, dando instrucciones para que su identidad no fuera revelada, incluso después de su fallecimiento, acaecido en el año 2001. Pese a ello, en 2003 se supo que la autora era Martha Miller, una periodista que habia estudiado en la universidad de la Sorbona.

Prueba de que el tema aun sigue siendo candente en Alemania es que ha habido que esperar hasta el año 2008 para que el texto de Una mujer en Berlin fuera adaptado al cine. La adaptación, financiada con capital alemán, corrió a cargo del director Max Färberböck quien también se encargó de preparar el guión del film, en calidad de coguionista del mismo.

Entrando a valorar la pelicula, hay que decir que este tiene un arranque bastante intenso, que muestra la confusión de los civiles que se ven atrapados en medio de una furiosa batalla, un comienzo sazonado con unas eficaces y realistas escenas bélicas que dotan de mucha fuerza a ese primer tramo del metraje. Tampoco están mal las escenas que muestran el inicio del contacto entre la población alemana y los soldados rusos, y el realismo sobrio que, sin caer en la truculencia, muestra como se producían las violaciones de las mujeres alemanas a manos de los soldados sovieticos. Igualmente habría que destacar la cuidada reconstrucción de los escenarios que recrean el Berlin derruido de los últimos días de la guerra, una labor de ambientación que resulta bastante convincente en pantalla.

Ahora bien, no todos los aspectos del film resultan igual de positivos. Como puntos débiles habría que reseñar en primer lugar que a la pelicula, en conjunto, le falta intensidad dramática para conmover realmente al espectador. Todo se cuenta desde una perspectiva deliberadamente equilibrada y sobria, pero lo que cuenta no llega a traspasar la fibra sensible del espectador. Quizás porque al final todo resulta demasiado académico en el plano narrativo, echándose en falta algunas gotas de humor o de tragicomedia que aligeren la carga dramática de la narración. Además, las distintas subtramas que se introducen para acompañar el hilo narrativo principal (como la del jóven soldado alemán que se esconde de los rusos, o el matrimonio maduro que ve su casa ocupada por un soldado ruso casi adolescente) no terminan de estar bien desarrolladas, ni aportan gran cosa a la historia de la protagonista, más allá de su carácter anecdótico. 

En cualquier caso, hay que reconocer que “Anonima…” es una pelicula bastante valiente al retratar unos hechos que muchos han querido guardar en el olvido, y que expone con honestidad y pulcritud formal una historia no exenta de interés. Se trata en definitiva de una película, no de sobresaliente en cuanto a su calidad cinematográfica, pero de indudable interés humano e histórico, siendo uno de esos títulos encargados de recordarnos la otra cara de los conflictos bélicos, la de las víctimas civiles.

Calificación: 6/10

lunes, 21 de junio de 2010

Almirante Canaris (Canaris)

Almirante Canaris (1954)

La acción comienza en 1935. El almirante Wilhem Canaris (O.E. Hasse), Jefe de los servicios de espionaje militar de la Werhmacht, es un patriota convencido y un eficaz director del espionaje militar, que irá adquiriendo progresivamente conciencia de los aspectos más oscuros del régimen nazi. Por esta razón se enfrenta a Heydrich, jefe del RSHA o Servicio de Información de la SS, quien intentará hundir a Canaris por todos los medios, empleando para ello a Irene, la hija de un disidente encarcelado, que comienza a trabajar para el almirante con el encargo de pasarle información sobre sus actividades al mismo Heydrich.

De entre todos los personajes que se opusieron al régimen nazi desde dentro, el jefe del Abwerh, el Almirante Wilhelm Canaris, merece un lugar destacado tanto por el valor moral (casi único) de su conducta, como por la importancia de su labor en contra del régimen nazi. Auténtico patriota y heroe de la I GM, Canaris se dedicó a sabotear, desde las mismas entrañas de la organización militar alemana, los objetivos estratégicos de Hitler; además de convertirse en uno de los principales conspiradores contra el régimen nazi dentro de lo que se denominó "La Orquesta Negra". Entre 1939 y 1942 pasó informes al servicio secreto británico sobre la ofensiva contra Francia y Holanda, reveló el plan de invadir Gran Bretaña y filtró informes secretos sobre los preparativos de "Barbarroja". Con la firme colaboración de su segundo en el Abwerh, el antinazi Coronel Hans Oster, Canaris maquinó distintas conspiraciones contra Hitler, apoyando los movimientos del Círculo Kreisau, el principal núcleo opositor dentro del Ejército. Hasta su detención en julio de 1944 y su posterior ejecución el 9 de Abril de 1945, Canaris fue posiblemente el saboteador interno más eficaz que actuó contra el régimen nazi. Curiosamente, el realizador encargado de dirigir la película, Alfred Weidenmann, había sido un antiguo miembro del Partido Nazi y había colaborado durante la guerra con el Ministerio de Propaganda de Goebbels.

Entrando a valorar el film, hay que comenzar diciendo que Almirante Canaris es una película de una calidad por encima de la media respecto a otras producciones alemanas de la época. Especialmente interesante en su primera mitad, donde se nos presentan las actividades de espionaje del Abwerh en el extranjero, el enfrentamiento de Canaris con Heydrich, y sobre todo, la preparación del abortado golpe de estado contra Hitler de marzo 1938. En esa parte del film la historia combina con acierto los elementos típicos del thriller de espionaje, mostrando los manejos que realizan entre bambalinas de los directores del servicio secreto, a la vez que ofrece un interesante retrato del personaje de Canaris. Todo ello aderezado con una muy buena interpretación del actor protagonista, O.E. Hasse, cuyo gran parecido físico con el almirante Canaris ayuda a que su actuación resulte bastante creíble.

Sin embargo, no todo en el film resulta igualmente brillante. El problema principal es que la historia no logra mantener el mismo nivel a lo largo de todo su metraje, en parte porque la segunda mitad la película se centra en ofrecer una visión demasiado panegírica del personaje, evitando abordar los aspectos más problemáticos de su biografía; y también porque la narración se hace más imprecisa, con la introducción de una tópica historia romántica que, aparte de no presentar mayor interés, no aporta gran cosa a la trama. Ademas, el ritmo de la narración decae bastante en esa parte final. Y es una pena, porque de haber mantenido el nivel de la primera mitad, podríamos haber estado ante una gran película sobre los entresijos del mundo del espionaje y la alta política. En lugar de ello, la película finalmente se queda en un nivel un tanto superficial, que no muestra del todo bien los claroscuros biográficos del personaje histórico. No obstante, y pese a sus limitaciones, Almirante Canaris es un titulo estimable que seguro que agradará a los aficionados a este tipo de cine.

Calificación: 6/10