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viernes, 17 de diciembre de 2010

Into the Storm

Into the Storm (2009)

La acción comienza en julio de 1945. Mientras Winston Churchill descansa en la costa francesa esperando a conocer el resultado de las elecciones legislativas británicas, el primer ministro irá recordando los difíciles momentos vividos al frente del gobierno británico durante la guerra, desde su nombramiento como Primer Ministro en mayo de 1940, pasando por la derrota de Francia, la retirada de Dunkerke, y su lucha en solitario para enfrentarse a Hitler, hasta la derrota final de la Alemania Nazi.

Into the Storm, Churchill at War ("En la Tormenta, Churchill en guerra"), es un telefilm que viene a ser la segunda parte del relato biográfico sobre la figura de Winston Churchill, iniciado por la productora HBO con la estupenda “Amenaza de Tormenta”, la cual narraba los principales hechos acaecidos en la vida del futuro primer ministro en los años inmediatamente anteriores al estallido de la II GM. Por tanto, Into the Storm nos ofrece la continuación cronológica de dicho relato, centrándose ahora en la narración de los años de Churchill al frente del gobierno del Reino Unido, durante el curso de la II GM.

En cuanto a la valoración del film, hay que empezar diciendo que este mantiene el sello de las producciones HBO en cuanto a la calidad de la ambientación, la recreación histórica y la puesta en escena, que son excelentes. En el plano interpretativo, las actuaciones son igualmente bastante buenas, con el actor irlandés Brendan Gleeson sustituyendo a Albert Finney en el papel de Churchill, un papel que le valió para ganar el Emmy a la mejor interpretación masculina, aunque, comparando ambas actuaciones, personalmente me convenció más la de Finney. La película también reproduce algunos de los más famosos y emotivos discursos de Churchill incitando a continuar la lucha, como el celebérrimo “Lucharemos en los mares y océanos, lucharemos en las playas, en las colinas…”. Además, siguiendo la linea de Amenaza de Tormenta el relato no evita abordar los aspectos menos amables de la personalidad de Churchill: su carácter irritable, sus prejuicios clasistas, y sus problemas personales y afectivos, lo cual viene a completar en el plano personal el retrato político e histórico del personaje.

Sin embargo, la película también tiene falla en algunos aspectos importantes, especialmente en el plano narrativo. La idea de comprimir los principales sucesos de seis años de guerra en un telefilm de hora y media de duración no termina de funcionar bien, ya que demasiados hechos importantes son narrados de forma esquemática, y además los saltos temporales no quedan del todo bien explicados. De esta manera, el espectador que no conozca bien los hechos históricos de la II GM puede perderse en más de un momento de la narración. Es indudable que para abarcar con la debida amplitud los años de Churchill al frente del gobierno, habría sido mucho más apropiado el formato de una miniserie de varios capítulos, que hubiera permitido desarrollar con una mayor coherencia y detalle el relato del conjunto de hechos políticos y militares acaecidos entre 1940 y 1945.

En cualquier caso, Into the Storm es uno de esos títulos que será apreciado por los aficionados al cine histórico, no solo por lo esmerado de su factura formal, sino también por ofrecer una más que correcta semblanza de uno de los personajes claves del siglo XX. Aunque bajo mi punto de vista “Amenaza de Tormenta” estaba un peldaño por encima de esta, no cabe duda que Into the Storm viene a completar de una manera bastante digna el relato biográfico de Churchill, aceptando el hecho de que se queda algo corta en el plano narrativo. Un título recomendable que agradará a los aficionados al cine histórico en general.

Calificación: 6/10

viernes, 3 de diciembre de 2010

John Rabe

John Rabe (2009)

Nanking, China, Noviembre de 1937. Tras una larga estancia en el país asiático, el alemán John Rabe (Ulrich Tukur), jefe de la planta hidroeléctrica que la empresa alemana Siemens tiene en la ciudad, prepara su retorno a Alemania. Sin embargo, cuando las tropas japonesas se acercan a la ciudad con intención de tomarla por asalto, coincidiendo con el día de la despedida oficial de Rabe ante las autoridades locales, los japoneses comienzan sus bombardeos. Ante el cariz de los acontecimientos, Rabe, con la ayuda del médico británico Robert Wilson (Steve Buscemi), la directora de la universidad de Nanking, y el diplomatico alemán Georg Rosen (Daniel Brulh), deciden organizar una “zona de seguridad” en el interior de la ciudad para proteger a los ciudadanos chinos de las atrocidades de los soldados nipones.

Es curioso comprobar como la guerra chino-japonesa, hasta hace poco un conflicto bélico semidesconocido y olvidado por el cine, se ha convertido en los último años en objeto de varias producciones de estimable presupuesto como las muy recientes Los niños de Huang Shi o la magnífica, Ciudad de vida y muerte.

En este caso, John Rabe aborda la reconstrucción de los hechos que rodearon la captura de Nanking por parte de las tropas imperiales japonesas, y la subsiguiente infame masacre, desde la perspectiva de este ciudadano alemán, miembro del partido nazi, que no dudó en arriesgar su propia vida y seguridad para ayudar a la población china frente a la barbarie japonesa. Los esfuerzos de Rabe, junto a los de otros residentes europeos en Nanking, sirvieron para crear una zona de seguridad donde se refugiaron más de 200.000 habitantes de Nanking, que salvaron sus vidas gracias a la existencia de dicha zona. Sin embargo, pese a la hazaña humanitaria conseguida, John Rabe no fue profeta en su tierra. A su vuelta a Alemania, en Febrero de 1938, su denuncia de los crímenes japoneses en Nanking solo le valió para ser arrestado por la Gestapo y ver como sus documentos sobre la masacre eran confiscados. Rabe murió en 1950, sin recibir reconocimiento oficial alguno, y su memoria cayó en el olvido hasta que en 1996 fue publicado su diario personal sobre los hechos acaecidos en Nanking, lo cual finalmente le valió el reconocimiento por parte del gobierno chino y la prensa internacional, que lo bautizó a posteriori como “El Schindler de Nanking”.

Entrando a valorar el film, hay que señalar en primer lugar su esmerado aspecto formal. La ambientación de Nanking (filmada en una zona antigua de Shangai), la puesta en escena y la excelente fotografía realmente introducen al espectador en la época y el ambiente de la china de los años 30. También es igualmente destacable el apartado interpretativo, con un Ulrich Tukur muy creible en su encarnación de Rabe y secundado perfectamente por el resto de los actores incluyendo al siempre eficaz Steve Buscemi. Sin embargo a mi modo de ver, a la película le falta algo más para desarrollar la materia prima que ofrecía la historia real del personaje.

En la primera mitad del metraje, el ritmo de la narración no llega a ser todo lo vigoroso que la historia requería, y en la segunda mitad, pese a ofrecer algunos momentos de intensidad dramática (por ejemplo cuando Rabe asiste a la decapitación de su chofer), a la historia le falta capacidad de conmover al espectador. Además, da la impresión de que la historia adopta deliberadamente un tono excesivamente melodramático, algo que no era necesario pues ya venía dado por la historia real, y en ese sentido la película me pareció que quedaba un peldaño por debajo de la sobriedad narrativa de “Ciudad de vida y muerte”.  Tampoco las historias paralelas de los personajes secundarios, pese a estar bien insertadas en la trama, me terminaron de satisfacer plenamente, porque al final parece que no están del todo desarrolladas.

En cualquier caso, y pese a los aspectos anteriores, hay que reconocer que la película ofrece un muy interesante relato de solidaridad humana, y pese a que le falta un punto mayor de ritmo narrativo, su esmerada factura formal y sus buenas interpretaciones la hacen un título no exento de interés, que sirve de merecido homenaje un hombre bueno que hizo cuanto pudo por ayudar a los demás en un momento de enorme peligro. Recomendable.

Calificación: 6,5/10