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martes, 8 de junio de 2010

Noche amarga (Unruhige Nacht)

Noche amarga (1958)

Frente Oriental, 1942. En las semanas previas al ataque contra Stalingrado, el Padre Brunner (Bernhard Wicki), un cura castrense, es enviado al sector para prestar sus servicios espirituales al soldado Fedor Baranowski, quien ha sido condenado a muerte por deserción. En la noche previa a la ejecución, el padre Brunner tendrá ocasión de conocer a fondo los detalles de la condena de Baranowski, un soldado que hastiado de la guerra, desertó para tratar de ocultarse con su amante, una joven ucraniana viuda de guerra llamada Liuba. Durante esa noche, repasando el expediente del consejo de guerra seguido contra Baranowski, Brunner llegará a comprender las razones de este para desertar.

Muy en la linea del cine bélico alemán de la década de los 50, Noche Amarga se inscribe dentro de la corriente antibelicista que caracterizó las aproximaciones del cine germano de aquella época a los sucesos de la II GM. En ese sentido, la película supone una interesante reflexión sobre las motivaciones morales de una galería de personajes implicados de una forma u otra en los avatares de la guerra. La narración gira en torno a dos personajes principales, el soldado Baranowski, cuya historia se va reconstruyendo mediante una serie de flashbacks, y el padre Brunner, un hombre que se debate entre sus deberes militares y sus fuertes creencias religiosas. También aparecen una serie de personajes secundarios como el típico oficial inflexible y fanático de las ordenanzas, el militar de carrera que se rebela ante la barbarie nazi, o el oficial que, antes de ser enviado al frente de Stalingrado, desea por encima de todo pasar una noche a solas con su novia.

Como apuntaba antes, el eje central de la narración es el mensaje antibélico que se desprende de la historia de Baranowski, un soldado condecorado y valiente, pero que por causas del amor y la compasión que le inspira una desvalida viuda rusa decide desertar, acción que pagará con su vida. En ese aspecto, la película puede considerarse en su conjunto una parábola sobre Alemania y el nazismo, donde los buenos sentimientos simplemente no tenian cabida. Al respecto, me gusta especialmente la secuencia final, cuando el oficial que ha supervisado la ejecución felicita al padre Brunner por la eficiencia del proceso, y este le responde: “Es usted el representante del ejército de Poncio Pilatos, donde todos se lavan las manos”, una frase críptica que condensa a la perfección el mensaje de la película.

Ahora bien, hay que decir que no todos los aspectos de Noche Armarga son igual de brillantes. Para empezar, a la historia le cuesta bastante arrancar, pues el ritmo de la primera mitad del film es bastante pausado y, por momentos raya en lo plomizo. En segundo lugar, el desarrollo de los personajes secundarios no me terminó de llenar, quizás porque se hace de manera un tanto esquemática, si bien el personaje del Padre Brunner sí que está bien dibujado. Finalmente, en cuanto a las actuaciones, puede decirse que son correctas, pero algo planas, y se echa en falta la presencia de algún actor con mayor carisma que habría podido dotar de más vivacidad los personajes. Curiosamente, el papel del personaje protagonista del padre Brunner lo interpreta el posteriormente afamado director Bernhard Wicki, quien un solo año después iba a encargarse de dirigir la magnífica película (también de temática antibélica) El Puente.

En resumidas cuentas, Noche Amarga es una correcta película de temática antibelicista y pulcra factura formal y visual. Quizás con un guión un poco más pulido y unos personajes mejor desarrollados podría haber alcanzado la categoría de gran película, pero en cualquier caso, tanto por su argumento como por su original punto de vista narrativo, no desmerece un visionado.

Calificación: 6/10

3 comentarios:

Major Reisman dijo...

Buenas

Esta la vi hace eones y cuando he visto el fotograma del poster me he acordado de ella. Lo que más recuerdo es la escena del fusilamiento, bastante durilla para la época. Un pelín autojustificativa, pero es comprensible. Voy a tener que volver a verla.

Un saludo

miquel zueras dijo...

Gracias, Von Kleist, por descubrirnos el cine alemán de posguerra que ahora es tan raro de ver. A Wicki lo recuerdo -aparte de "El puente"- por una curiosa película llamada "Morituri" con Marlon Brando y. si la memoria no me falla, Yul Briner. Borgo.

Von Kleist dijo...

Buenas

Reisman, ciertamente lo mejor de la película está, no solo en la secuencia del fusilamiento, sino en el último tercio del film, que compensa en parte el ritmo un poco cansino de la parte anterior. En todo caso, es interesante por el tema que trata, un aspecto muy poco explorado en otros films bélicos.

Miquel, ahora mismo estoy en un ciclo de comentarios dedicado al cine alemán, así que espero comentar otros 2 o 3 títulos más. En cuanto a Morituri, la verdad es que es una mancha en el brillante historial de Wicki, una película bastante sosa y encima, aburrida.

Saludos