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jueves, 5 de junio de 2008

El Baile de los Malditos (The Young Lions)

El Baile de los Malditos (1958)

El estallido de la II GM hará que las historias paralelas de tres hombres llamados a participar en el conflicto terminen entrelazándose. El teniente Diestl (Marlon Brando) es un oficial alemán cuyos ideales de servir a la patria por una causa justa, se van viendo desdibujados por la inhumanidad de la guerra y los crímenes que presencia. Michael Whitecre (Dean Martin) es un cínico y famoso actor de Broadway que es llamado a filas pese a su rechazo de los deberes militares y el temor a arriesgar su vida en el campo de batalla. Por su parte, Noah Ackerman (Montgomery Clift) es un soldado americano de origen judío cuyo patriotismo no impide que sea marginado por sus compañeros debido a su credo, y que ha de afrontar el rechazo de la propia sociedad por la que combate.

Basándose en la novela de Irwin ShawThe Young Lions” (“Los jóvenes leones”), que es como se tituló en EEUU, el director Edward Dmytryk adaptó para la gran pantalla está historia de marcado carácter antibelicista. El mayor mérito que puede atribuirsele a esta película, rodada en plena década de los cincuenta, es que supuso en su momento un nuevo enfoque acerca de la II Guerra Mundial, alejándose del heroismo épico de otras producciones contemporáneas, para profundizar en los aspectos morales y personales del conflicto. Ciertamente fue una producción novedosa por narrar el conflicto desde los puntos de vista contrapuestos de los distintos bandos, así como por mostrar las miserias y contradicciones internas de la sociedad norteamericana en forma de la discriminación que sufre el personaje de origen judío interpretado por Clift.

Sin embargo, hay distintos aspectos que hacen que “El Baile de los Malditos” diste de resultar la gran película que podía haber sido. En primer lugar, da la impresión de que Dmytryk no acaba de encontrar el pulso adecuado para mover todos los hilos de la compleja estructura narrativa que plantea el argumento. Así, tras un prometedor arranque, el ritmo va decayendo gradualmente y en mi opinión esto es debido en gran parte a que se dilata demasiado la introducción de los dos personajes norteamericanos. Otro defecto radica en la debilidad de las escenas bélicas, muy poco espectaculares y que no mueven a ningún tipo de emoción, aunque esta fuera antibélica. Con todo, hay que reconocer que el film contiene un par de escenas destacables, especialmente el encuentro de Dietl en el hospital militar con su desfigurado capitán (por cierto, personaje brillantemente interpretado por un joven Maxilimilian Schell), cuando este le dice "Deme una bayoneta, no es para mi..."; y el portazo que Brando a la adultera esposa de su oficial.

Pero, pese estos y algún otro momento inspirado, la película no termina de enganchar al espectador, lo que bajo mi punto de vista se debe a lo excesivo de su metraje y al ritmo irregular de la narración. También hay que apuntar un factor que afectó a muchas producciones de los años ciencuenta; la “correción política” de la época imponía cierta censura a los estudios, de manera que muchas de las partes más crudas de la novela fueron suavizadas para hacer la película más digerible para el gran público, lo cual indudablemente le resta fuerza al mensaje antibelicista del texto literario.

En el apartado interpretativo, hay que destacar el sobresaliente reparto, en que brilla especialmente Marlon Brando, con unos solventes Montgomery Cliff en el rol de otro personaje atormentado que tan bién se le daban, y Dean Martin, que no desentona en su papel de cínico y cobarde playboy. En resumen “El Baile de los malditos” conserva aun hoy cierto interés por lo novedoso de sus planteamientos en su contexto, y también por el excelente reparto protagonista. No desmerece un visionado.

Calificación: 6/10

12 comentarios:

Steiner dijo...

Kleist:

Ya he vuelto y espero continuar con esta apasionante actividad.

Suscribo casi todo lo que apuntas sobre esta cinta: el metraje perjudica la narración perdiendo el ritmo constantemente. Pero a mí me gustó especialmente por las actuaciones de Brando y Schell, y por la buena fotografía en Blanco y Negro. Las escenas de América se hacen muy pesadas.

Mi comentario en http://cinebelico.wordpress.com/2007/10/06/el-baile-de-los-malditos-the-young-lions-%e2%80%93-1958/

Hay entradas nuevas en mi Blog.

Saludos

Steiner :-)

Von Kleist dijo...

Buenas Steiner

Encantando de verte de nuevo por aqui, después de tu ausencia. Sobre la película como dices, lo mas memorable son las actuaciones de Brando y -sobre todo- un joven Schell. El problema de adaptar novelas de temática "dura" en los años 50 era que obviamente no se podía mostrar con toda crudeza lo que contaban, por lo que el resultado en pantalla no era del todo redondo. Este es un claro ejemplo.

Saludos

Major Reisman dijo...

Buenas

Coincido con tu estupendo comentario Kleist. Empieza muy bien y con fuerza pero poco a poco se va diluyendo cuando debería haber sido al contario.

A mi me gustó bastante al principio cuando se explica como una persona como el personaje que interpreta Brando puede llegar a justificar el que los alemanes provocaran la guerra. Sin emabrgo su "caída del guindo" ya no está a la misma altura.

Y una cosa curiosa sobre la historia de la corrección política. En esta película se habla del antisemitismo del ejército USA. Creo que hay un par de películas más que hablan sobre ello. Pero "mostar el antisemitismo" ha desaparecido e incluso ha sido sustituido por una especie de "orgullo judio" en las producciones modernas. Basta recordar al personaje judio de "Salvar al soldado Ryan" que se vanagloriaba de que utilizaría una daga nazi para cortar el pan en el sabbath.

Un saludo

Von Kleist dijo...

Buenas Reisman, y gracias por el cumplido.

Lo de la desaparición del antisemitismo no es de extrañar, al fin y al cabo no eran lo mismo los años 40 y 50 que la época actual. Quizás el cine bélico reciente ha tendido más a mostrar el racismo hacia la raza negra ("La guerra de Hart", "Escuadron 332"...etc) por ser más "actual".

Luis Conde dijo...

Buenas, encantado de conocer este blog.
De acuerdo con Steiner con el ritmo de la película. Lo que más curioso me resultó fue ver al menos dos partes de la película que fueron censurados en su día y que vienen a cuento del cambio de ritmo. Uno es cuando están con el Africa Korps y ordenar matar de manera canalla a un moribundo después de un asalto, creo que es lo más fuerte de la película.
saludos y felicidades por este blog

Von Kleist dijo...

Buenas Luis y bienvenido

Las censuras parciales de películas no eran nada raras en la época del franquismo, especialmente en temas sensibles para la dictadura como la moral católica o -como en este caso- la II GM. Desconocía ese corte, pero no me extraña que se diera, creo que en la versión que yo vi hay un par de escenas en las que el doblaje original cambia, asi que está claro que a esta película el censor de turno le aplicó tijeras.

Saludos

Piru dijo...

Hola Kleist, coincido en lineas generales con tu critica, me gustaria que me dieses una opinion sobre mi vision de esta pelicula en mi blog, aunque estamos mas o menos encaminados de forma parecida. Te parece bienq ue cuelgue un link con tu critica en mi post correspondiente?? en caso contrario hazmelo saber, un saludo!

Von Kleist dijo...

Buenas Piru

Nada, encantado de pasarme por tu blog y comentarla. Lo haré en breve.

Saludos

Anónimo dijo...

Es que no es un filme estrictamente bélico"... en el sentido genérico.

Es una historia de perdedores... en un cenario de la II Guerra.

No olvidemos la fuerte ideología del director; y el acoso a que fue/fueron somentidos los seguidores de ella.

Debemos verlo en un tamiz diferenciado; y con dos actores enfrentados en su exquisita mirada -y renovación personal- al método Stanislavski... y su versión estadounidense.

Hay que guardarlo; y, si no se tiene, buscarlo.

Pedro Rey

Von Kleist dijo...

Hola Pedro

Estoy muy de acuerdo contigo. Estamos ante una historia de perdedores, aunque eso sí, desarrollada sin toda la finura que requería. Creo que la historia de Brando es muy superior a las otras dos, que están contadas con cierta falta de pulso narrativo. Pero aun así, es un film de regusto clásico que como bien dices, hay que tener en videoteca. A mi me parece que está entre las mejores interpretaciones de Brando, en un registro sobrio y contenido pero con un gran magnetismo escénico.

Saludos

Mario Estanislao dijo...

En esta película se deja muy claro que el racismo no solo es una característica de los nazis, sino que también de los norteamericanos, pero en una forma más solapada, algo hipócrita si se quiere, y que ellos, por supuesto, justifican ampliamente.

Von Kleist dijo...

Buenas Mario

Efectivamente, en esta película se apunta otro tema interesante que suele ser tabú: el de la discriminación que sufrían los judíos en EEUU. Es curioso que ese tema que aparece en varias novelas famosas, por ejemplo, en La delgada linea roja, suele ser omitido en el cine. Imagino que la "corrección política" no es una cosa exclusiva de los tiempos actuales.

Saludos