Evasión o victoria (1981)
La acción nos situa en el año 1943. El mayor Von Steiner (Max Von Sydow) es un oficial alemán que de visita en el campo de prisioneros aliados de Gensdorff, con motivo de la de inspección del campamento por representantes del Comité Internacional de la Cruz Roja, observa como un grupo de prisioneros juega al fútbol. A Von Steiner, un apasionado del futbol, se le ocurre entonces la idea de organizar un partido de una selección alemana contra un grupo de prisioneros aliados. Aunque el oficial aliado del campo, el Capitan Colby (Michael Caine), en principio se opone, acabará aceptando el reto con la idea de aprovechar el partido para organizar su fuga y la de todo el equipo de prisioneros.
Bueno, como estamos en plena efervescensia futbolera, y en vísperas de un partido histórico para mi querida Selección Española de fútbol, creo que la ocasión es propicia para comentar este film con el deporte rey como argumento de fondo. La verdad es que ésta es una producción bastante atípica dentro de la filmografia del famoso realizador norteamericano John Huston, quien pese a ser estadounidense y no tener mucha idea de futbol decidió encargarse de este proyecto, basándose en un guión escrito por Evan Jones y Yabo Yablonsky, que aunque parezca mentira, está lejanamente inspirado en hechos reales acaecidos durante la II GM.
La acción nos situa en el año 1943. El mayor Von Steiner (Max Von Sydow) es un oficial alemán que de visita en el campo de prisioneros aliados de Gensdorff, con motivo de la de inspección del campamento por representantes del Comité Internacional de la Cruz Roja, observa como un grupo de prisioneros juega al fútbol. A Von Steiner, un apasionado del futbol, se le ocurre entonces la idea de organizar un partido de una selección alemana contra un grupo de prisioneros aliados. Aunque el oficial aliado del campo, el Capitan Colby (Michael Caine), en principio se opone, acabará aceptando el reto con la idea de aprovechar el partido para organizar su fuga y la de todo el equipo de prisioneros.
Bueno, como estamos en plena efervescensia futbolera, y en vísperas de un partido histórico para mi querida Selección Española de fútbol, creo que la ocasión es propicia para comentar este film con el deporte rey como argumento de fondo. La verdad es que ésta es una producción bastante atípica dentro de la filmografia del famoso realizador norteamericano John Huston, quien pese a ser estadounidense y no tener mucha idea de futbol decidió encargarse de este proyecto, basándose en un guión escrito por Evan Jones y Yabo Yablonsky, que aunque parezca mentira, está lejanamente inspirado en hechos reales acaecidos durante la II GM.
Tras la invasión de la URSS por los alemanes en 1942, los jugadores del Dynamo de Kiev que no habían escapado, fueron empleados por las autoridades de ocupación para jugar varios partidos de exhibición contra combinados alemanes, logrando varias victorias frente a estos. En agosto de 1942, pese a las amenazas alemanas de tomar represalias si no se dejaban ganar, el combinado del Dynamo venció por 5-3 a una selección de la Luftwaffe, humillación que fue demasiado para los alemanes quienes, tras el partido, detuvieron a 9 de los jugadores, que fueron ejecutados o enviados a campos de concentración. Naturalmente, la película no abordó esta parte de la trama real, sino que optó por presentar una versión suavizada de los hechos, trasladando la historia a un grupo de prisioneros occidentales.
Desde el punto de vista cinematográfico la película es bastante irregular. Para formar el equipo aliado, Huston no dudó en “fichar” a jugadores reales de fama mundial, contando entre otros con el mismísimo Pelé, el argentino Ardiles, el inglés Bobby Moore, y el belga Paul Van Himst. Para completar el reparto, se escogió al entonces emergente Silvester Stallone, para interpretar el papel de díscolo (y algo bruto) portero del equipo, además de experto en fugas. Claro que el hecho de contar con estos futbolistas profesionales haciendo de actores hace que sus interpretaciones aparezcan artificiosas y resulten poco convincentes (en especial el de Pelé, un mago de balón, pero un actor bastante mediocre), y de hecho, si exceptuamos a Michael Caine que cumple sin alardes, ni Stallone ni Max Von Sydow parecen estar muy a gusto en sus papeles.
Obviamente, la intención de la película es la de exaltar los valores de la resistencia, y lucha por la libertad mezclándolos con elementos propio de la épica deportiva que tanto gustan al público norteamericano, mezcolanza que, en este caso, funciona solo a medias en el mejor de los casos. De las dos tramas principales del argumento, la del plan de fuga resulta más bien plana y previsible, mientras que la parte deportiva a mi no me termina de convencer. Se nota que Huston no entendía de futbol, porque las escenas del partido están filmadas sin pasión, aunque se pretenden engrandecer con un par de escenas espectaculares de “futbol de salón” protagonizadas por Pelé (con gol de chilena incluido) que lo hacen aun más inverosimil.
Y todo ello coronado con un épico y pretencioso happy ending final, poco creible y bastante alejado de los hechos reales en los que se inspira la historia. Con todo, hay que reconocer que la historia resulta medianamente entretenida (hecho refrendado por una más que buena acogida por parte del público cuando se estrenó) y que para los aficionados al fútbol siempre será un título de referencia por haber contribuido a la generalización de este deporte. Pero desde el punto de vista cinematográfico, es uno de los títulos menores de la filmografía de Huston.
Desde el punto de vista cinematográfico la película es bastante irregular. Para formar el equipo aliado, Huston no dudó en “fichar” a jugadores reales de fama mundial, contando entre otros con el mismísimo Pelé, el argentino Ardiles, el inglés Bobby Moore, y el belga Paul Van Himst. Para completar el reparto, se escogió al entonces emergente Silvester Stallone, para interpretar el papel de díscolo (y algo bruto) portero del equipo, además de experto en fugas. Claro que el hecho de contar con estos futbolistas profesionales haciendo de actores hace que sus interpretaciones aparezcan artificiosas y resulten poco convincentes (en especial el de Pelé, un mago de balón, pero un actor bastante mediocre), y de hecho, si exceptuamos a Michael Caine que cumple sin alardes, ni Stallone ni Max Von Sydow parecen estar muy a gusto en sus papeles.
Obviamente, la intención de la película es la de exaltar los valores de la resistencia, y lucha por la libertad mezclándolos con elementos propio de la épica deportiva que tanto gustan al público norteamericano, mezcolanza que, en este caso, funciona solo a medias en el mejor de los casos. De las dos tramas principales del argumento, la del plan de fuga resulta más bien plana y previsible, mientras que la parte deportiva a mi no me termina de convencer. Se nota que Huston no entendía de futbol, porque las escenas del partido están filmadas sin pasión, aunque se pretenden engrandecer con un par de escenas espectaculares de “futbol de salón” protagonizadas por Pelé (con gol de chilena incluido) que lo hacen aun más inverosimil.
Y todo ello coronado con un épico y pretencioso happy ending final, poco creible y bastante alejado de los hechos reales en los que se inspira la historia. Con todo, hay que reconocer que la historia resulta medianamente entretenida (hecho refrendado por una más que buena acogida por parte del público cuando se estrenó) y que para los aficionados al fútbol siempre será un título de referencia por haber contribuido a la generalización de este deporte. Pero desde el punto de vista cinematográfico, es uno de los títulos menores de la filmografía de Huston.
Calificación: 5,5/10