La Redada (2010)
París, Julio de 1942. Mientras las familias judías refugiadas en la capital francesa comienzan a experimentar las cada vez más estrictas medidas antisemitas, el gobierno de Vichy prepara una redada a gran escala. Siguiendo las directrices alemanas de “purificación racial”, Petain ordena a la policia capturar a cerca de 24.000 judíos residentes en la ciudad para su posterior deportación a los campos de concentración nazis. Frente a esto, varios ciudadanos franceses como la enfermera Annette Monod (Melanie Laurent) se rebelaran contra las órdenes recibidas, e intentaran ayudar a las familias judías capturadas en la redada, entre cuyos miembros se cuentan miles de niños.
La Redada es una muy reciente producción francesa, escrita y dirigida por la cineasta francesa Roselyne Bosch, que reconstruye los sucesos que rodearon a la denominada “Redada del Velódromo de Invierno”, organizada por el gobierno de Vichy para contentar a las fuerzas de ocupación alemanas respecto a la depuración racial de la Francia ocupada. Pese a no ser la primera película que se hace sobre el tema (existe otra producción francesa de 1976 titulada “El otro señor Klein” que también trata estos hechos), sí que está muy relacionada con los sucesos reales, ya que una de las familias judías detenidas en la redada de julio de 1942 fue la de esposo de Roselyne Bosch. De hecho, la trama incluye varios personajes reales, como Jo Weisman y Ana Traube (que lograron escapar de la deportación) y la protagonista Annete Monod, una enfermera protestante que hizo cuanto pudo por aliviar el sufrimiento de los detenidos y denunciar lo que estaba ocurriendo.
En cuanto a la valoración del film, he de decir que “La Redada” me parece un film notable en todos los sentidos. Desde la excelente recreación histórica de los escenarios parisinos y la no menos lograda puesta en escena, pasando por las brillantes interpretaciones del elenco de actores, incluyendo a los más jóvenes que dan vida los niños; y terminando en una historia contada con una sencillez apabullante, pero a le vez, con una tremenda sensibilidad. Y es que “La Redada” no recurre a trucos efectistas ni al uso de planos complicados para narrar el drama humano que retrata. Tampoco le hace falta mostrar escenas escabrosas o truculentas, sino que llega a tocar la fibra sensible del espectador por la simple realidad de la historia de los protagonistas, víctimas de una infame injusticia. También es de agradecer la denuncia que hace acerca de la connivencia (cuando no colaboración directa) de las autoridades francesas de Vichy con el genocidio nazi, un hecho que fue convenientemente ocultado en los años posteriores a la guerra por los sucesivos gobiernos.
Asimismo, se muestran en el film los entresijos de las negociaciones entre las autoridades alemanas y francesas que dieron lugar a la redada, e incluso se intercalan varias apariciones de Hitler, muy bien imbricadas en el desarrollo de la historia. El único “pero” que le encuentro a la película es quizás, consecuencia de que haya sido realizada en Francia, y es que, pese a su intención de denuncia histórica, evita cuidadosamente cargar demasiado las tintas contra la sociedad francesa de la época. En otras palabras, se nota que se ha suavizado mucho el antisemitismo de un importante sector de la sociedad gala, y se ha procurado acentuar el sentimiento de solidaridad de la población francesa con la comunidad judía.
Asimismo, se muestran en el film los entresijos de las negociaciones entre las autoridades alemanas y francesas que dieron lugar a la redada, e incluso se intercalan varias apariciones de Hitler, muy bien imbricadas en el desarrollo de la historia. El único “pero” que le encuentro a la película es quizás, consecuencia de que haya sido realizada en Francia, y es que, pese a su intención de denuncia histórica, evita cuidadosamente cargar demasiado las tintas contra la sociedad francesa de la época. En otras palabras, se nota que se ha suavizado mucho el antisemitismo de un importante sector de la sociedad gala, y se ha procurado acentuar el sentimiento de solidaridad de la población francesa con la comunidad judía.
En cualquier caso, como apuntaba, la película está muy lograda en sus aspectos técnicos, puesto que la fotografía es excelente y las recreaciones de escenarios como el Velódromo de Invierno, y el Berhof, la residencia alpina de Hitler son de primera calidad. Todo ello puesto al servicio de una historia tremendamente humana y por momentos, conmovedora, que sin duda, mueve a la reflexión del espectador. Sin duda, La Redada es una película que, sin llegar a ser una obra maestra, es de obligado visionado.
Calificación: 7,5/10