Midway (2019)
La historia comienza en Diciembre de 1941. Tras el ataque
japonés contra la base norteamericana de Pearl Harbor, el Almirante Chester
Nimitz (Woody Harrelson) es nombrado Comandante en Jefe de la Flota del
Pacífico y destinado a Hawaii con el objetivo de detener el avance nipón. Para anticiparse a las
intenciones del almirante Yamamoto, Nimitz contará con la colaboración de su eficiente
oficial de inteligencia Edwin Layton (Patrick Wilson) quien, mediante el descifrado
de las comunicaciones enemigas, descubrirá el siguiente objetivo de la ofensiva
japonesa: la isla de Midway.
Cuarenta y tres años después del estreno de “La Batalla de Midway” (1976), el realizador alemán afincado en Hollywood Roland Emmerich,
conocido principalmente por ser el responsable de Blockbusters como Godzilla o Independence
Day, ha sido el encargado de dirigir esta nueva y actualizada versión cinematográfica
sobre la famosa Batalla de Midway. En la misma, la flota norteamericana obtuvo una victoria decisiva, destruyendo por completo la agrupación de portaaviones del almirante Nagumo, lo que sirvió para detener definitivamente el avance japonés en el Pacífico central, y a la postre supuso un decisivo punto
de inflexión en la Guerra del Pacifico.
En cuanto a la valoración de la película, hay que decir que
estamos, para lo bueno y para lo malo, ante un título con el sello propio de las producciones de Emmerich. Entre los aspectos positivos cabe destacar, sin duda, los
sobresalientes efectos visuales del film, que dotan de un brillante realismo a
las secuencias bélicas, y la cuidada puesta en escena, que lograr recrear con
notable fidelidad los escenarios donde se desarrolla la historia.
No obstante, es en el aspecto narrativo donde la película
patina en varios aspectos. En primer lugar por el tono descaradamente
patriotero que adopta el guion a la hora de abordar los hechos históricos. Es
cierto que no se omite del todo la perspectiva japonesa (que se muestra principalmente
a través de los diálogos del Almirante Yamamoto), pero en muchos aspectos, el guion
resulta un pastiche de propaganda yanqui. Tampoco ayuda que –a diferencia de la
película de los 70, que se centraba más en los hechos históricos generales-, en
esta ocasión se intercalan en el contexto de la batalla distintas historias
personales de varios “héroes anónimos” americanos (sobre todo, pilotos navales)
dispuestos a dar la vida por la patria, con el evidente objetivo de resaltar la
valentía de los militares estadounidenses. De ese modo, el clímax de la
narración nos muestra, con muchas dosis de épica, la destrucción de los
portaaviones japoneses a manos de los bombarderos en picado americanos, sin
embargo, el contraataque japonés que logró poner fuera de combate al Yorktown
prácticamente ni aparece en la pantalla, en un evidente ejemplo de
maniqueísmo que le resta valor al conjunto del film.
Se echa en falta, por ejemplo, algún componente narrativo
dedicado a los horrores de la guerra, y que se humanizara en mayor medida al
enemigo, algo que el guion del film prácticamente obvia casi por completo. En ese
sentido, la película de Emmerich parece optar por un estilo narrativo que
adolece de profundidad argumental y de desarrollo de los personajes, que se
antoja absolutamente desfasado en la actualidad. En definitiva, Midway es un
producto brillantemente terminado en sus aspectos técnicos y visuales, pero
decepcionante en el apartado narrativo. En mi opinión, Emmerich no logra
superar a la película de los 70, que sin ser una maravilla, sigue siendo mejor
que esta nueva recreación cinematográfica de la famosa batalla del Pacífico.
Calificación: 5/10