Dinamarca, mayo de 1945. Recien finalizada la guerra en
Europa, cientos de jovenes prisioneros de guerra alemanes son forzados por el
ejército danés a retirar miles de minas terrestres que habían sido colocadas a lo
largo de la costa oeste danesa durante ocupación alemana. Uno de esos grupos se le asigna al sargento
Carl Rasmussen (Ronald Moller), un duro veterano de las fuerzas paracaidistas
que guarda un enorme rencor hacia los alemanes como consecuencia de la
ocupación de su país por la Werhmacht. Pese a ello, las duras experiencias que vivirá
el sargento Rasmussen junto a sus prisioneros harán que con el transcurso de las semanas la
inicial hostilidad del sargento de paso a un sentimiento de fraternidad e
incluso afecto hacia estos.
Land of Mine es una reciente coproducción germano-danesa que
aborda, en clave de drama bélico, unos hechos verídicos y poco conocido hasta la fecha,
concretamente el empleo masivo de prisioneros de guerra alemanes para la desactivación
y retirada de las minas terrestres que las fuerzas de ocupación alemanas habían
colocado en territorio danés. Se calcula
que de los 2.000 prisioneros empleados en dicha tarea al menos la mitad
murieron o sufrieron graves heridas en los meses posteriores al fin de la
guerra. Partiendo de esta premisa argumental, el director Martin Zandvliet
construye un sólido alegato antibélico y a favor de la fraternidad humana, que
se hizo acreedor de varios premios del público en distintos festivales del cine
Europeo.
Entrando a valorar el film, considero que estamos ante una
película que sin duda cuenta una historia de manera sólida, con un argumento
que se desarrolla efizcamente a lo largo del film. En ese sentido, opino que lo
más logrado es como se muestra la evolución del personaje principal, el duro Sargento
Rasmussen, y como este evoluciona desde su inicial e indisimulado odio hacia
sus prisioneros, pasando por la
comprensión, hasta llegar finalmente a sentir afecto por los adolescentes a los
que envía diariamente a realizar una tarea que equivale a una muerte casi segura. También
me gustaron otros aspectos técnicos de la producción como la fotografía (que
realza magníficamente los escenarios exteriores donde se desarrolla la
historia), el vestuario, y la ambientación del film. En el apartado interpretativo, es reseñable el buen trabajo del actor principal, Ronald Moller, que logra dotar de mucha humanidad a su personaje, estando bien respaldado por el resto de jóvenes interpretes que dan vida a los prisioneros alemanes.
No obstante, Land of Mine también adolece de una serie de
puntos débiles que impiden que estemos ante una película totalmente redonda. En
primer lugar, el desarrollo de los personajes (exceptuando el del Sargento)
resulta totalmente esquemático y unidimensional, de modo que en ese aspecto se
echa en falta algo más de profundidad en el retrato que se ofrece del resto de protagonistas y personajes secundarios, lo
que hubiera resultado en una mejor visión de conjunto. Tampoco habría estado de
más, como contrapeso de la victimización de los alemanes, que se hubiera
esbozado de alguna manera el origen del odio hacia estos, y los rigores de la ocupación,
cosa que se echa en falta en el desarrollo de la historia. Pero por lo demás, no
cabe duda que la película ofrece al espectador una historia que se sigue con
interés que no decae a lo largo de su ajustado metraje (algo menos de 100
minutos), y que tiene un par de momentos especialmente conmovedores en lo que a
carga emotiva se refiere.
En definitiva, Land of Mine es una película que pese a no
ser del todo redonda, sí que sirve para conocer unos hechos muy poco difundidos
hasta la fecha, y que sin duda será apreciada por los buenos aficionados al cine
bélico, pese a no ser propiamente una pelicula de acción bélica. Sin duda, uno de los títulos bélicos
del cine europeo más interesantes de los últimos tiempos.
Calificación: 6,5/10
Me dejó con un nudo en la garganta, sobre todo por lo sorpresivo (obviamente, la temática se presta al suspenso), especialmente la escena del camión.
ResponderEliminarDe todos modos me quedé pensando en si el director no hizo abuso del golpe bajo al mostrarnos solo a "jovencitos", "inocentes" (no lo sabemos), cuando al principio se muestra una fila de lo mas variopinta. Como dijiste en tu reseña, hubieran mostrado algo del origen de ese odio. Hubiera preferido, y el resultado final sería más interesante, si entre los prisioneros de guerra hubiera miembros de las SS, creo que el debate de si fue justo o injusto daría más que hablar.
Buenas Marcos
ResponderEliminarConcuerdo plenamente con tu comentario. Obviamente, desde la perspectiva de los adolescentes alemanes que son forzados a desactivar minas, es fácil empatizar mucho con ellos. El problema es que la victimización absoluta de un bando implica en este caso, que no podamos ver el punto de vista del otro... y ese es un aspecto en el que claramente cojea el guión de esta película.
Habría sido mucho mas interesante si, como dices, se hubiera incluido como personaje algún prisionero alemán de más edad, o se hubiera mostrado de algún modo como fue la ocupación nazi de Dinamarca. Aparte de eso, el otro gran problema, como apunto en la reseña, es el caracter excesivamente unidimensional de los personajes, exceptuando el protagonista. De haberse pulido un poco más esos aspectos para darle mayor profundidad a la historia, muy posiblemente hubieramos tenido un film de culto, pero en vez de ello opino que se queda a medio camino.