La acción nos sitúa en Inglaterra. Un piloto de bombarderos norteamericano, el carismático pero díscolo Teniente Halloran (interpretado por Harrison Ford), conoce a Margaret, una bella enfermera británica casada, con la que empieza un romance. El Marido de Margaret, Paul Selliger (Christopher Plummer) es un inteligente pero anodino miembro de la inteligencia británica que nunca ha visto la acción de cerca. Impulsado por el distanciamiento de su esposa, y deseoso de realizar un acto heroico, Paul decide ofrecerse voluntario para una peligrosa misión en la Francia ocupada con el objetivo de sustraer unos importantes documentos alemanes. Sin que el lo sepa, el piloto encargado de llevarlo no será otro que el amante de su mujer, Halloran. Cuando el avión de este resulta derribado, ambos hombres habrán de cooperar para culminar la misión.
“La Calle del Adios” resulta un flojo melodrama bélico que, siguiendo el estilo de los títulos de los años 40, se centra en las difíciles historias de amor que surgen en tiempos de guerra. La historia está contada de una forma correcta, pero sin brio ni emoción, sobre todo en lo que a la historia del triángulo sentimental se refiere. Afortunadamente, la parte de acción, en el tercio final de la película, consigue levantar un poco el vuelo y captar en mayor medida el interés del espectador. Las escenas que comparten los dos personajes protagonistas y el contraste entre sus caracteres opuestos (el aventurero impulsivo personaje de Halloran frente al convencional pero reflexivo de Paul) son lo mejor que ofrece el film, principalmente porque hay cierta quimica entre un joven Harrison Ford (que comenzaba a despuntar) y el veterano Plummer. El desenlace, (como no podía ser de otro modo) se acerca bastante al típico y emotivo final feliz que se ve venir desde antes que acabe la película.
En resumen, “La Calle del Adios” puede considerarse un título menor dentro del cine ambientado en la II GM, si bien con algunas cualidades que evitan que caiga del todo en el olvido.
“La Calle del Adios” resulta un flojo melodrama bélico que, siguiendo el estilo de los títulos de los años 40, se centra en las difíciles historias de amor que surgen en tiempos de guerra. La historia está contada de una forma correcta, pero sin brio ni emoción, sobre todo en lo que a la historia del triángulo sentimental se refiere. Afortunadamente, la parte de acción, en el tercio final de la película, consigue levantar un poco el vuelo y captar en mayor medida el interés del espectador. Las escenas que comparten los dos personajes protagonistas y el contraste entre sus caracteres opuestos (el aventurero impulsivo personaje de Halloran frente al convencional pero reflexivo de Paul) son lo mejor que ofrece el film, principalmente porque hay cierta quimica entre un joven Harrison Ford (que comenzaba a despuntar) y el veterano Plummer. El desenlace, (como no podía ser de otro modo) se acerca bastante al típico y emotivo final feliz que se ve venir desde antes que acabe la película.
En resumen, “La Calle del Adios” puede considerarse un título menor dentro del cine ambientado en la II GM, si bien con algunas cualidades que evitan que caiga del todo en el olvido.
sí, algo recuerdo de esta película. Pero de todas las de plummer de la IIGM me quedo con escarlata y negro con Peck. Allí le da mejor tono a su personaje de la gestapo-buen-padre-de-familia. Que en verdad era una idea muuuuy original. Y muy buen contraste con el personaje de Peck.
ResponderEliminarBuenas Zeitzler
ResponderEliminarSí, es verdad que en "Escarlata y Negro" Plummer consigue una gran interpretación, así como su contraparte el "cura" Peck.
Saludos
yo recuerdo haber visto esta pelicula de niño y me gusto. aunque solo vi la ultima parte cuando cumplen la mision, quiza me gusto por eso. he oido que lo anterior, la parte del romance es un rollo que deja que desear. pero merece la pena verla por la parte de aventura.
ResponderEliminarBuenas anónimo
ResponderEliminarMuy de acuerdo con tu comentario: la parte de aventuras bélicas es algo tópica, pero tiene cierto interés, mientras que la parte romántica no aporta gran cosa, y es la típica historia de amor en tiempos de guerra.
Saludos