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lunes, 29 de junio de 2009

Ataque Fuerza Z (Attack Force Z)

Ataque Fuerza Z (1982)

La acción nos sitúa en 1945.Un pequeño comando australiano, perteneciente a la Fuerza Z de operaciones especiales y liderado por el Capitan Kelly (Mel Gibson), desembarca en una isla china del Pacífico ocupada por los japoneses. Su misión será infiltrarse en la jungla para rescatar a los dos supervivientes de un avión aliado que se ha estrellado en la isla o confirmar la muerte de estos, ya que uno de ellos es portador de un secreto de vital importancia para poner fin a la guerra. La misión del comando pronto se complica cuando son descubiertos por los japoneses, quienes no dudarán en atemorizar a la población local para capturar a los supervivientes del avión y eliminar a los miembros del comando.

Ataque Fuerza Z es una curiosa coproducción de bajo presupuesto australiano – taiwanesa, basada en las acciones de un comando integrante de dicha unidad, (que existió realmente) aunque en este caso, relate una misión ficticia. Lo más destacable de esta película, es la presencia en el reparto del por aquel entonces ya emergente actor australiano Mel Gibson (que ya había protagonizado la éxitosa Mad Max e iba a comenzar rodar otro film bélico como Gallipoli) y del neozelandés Sam Neill. Aparte de eso, la película tiene muy poco que ofrecer, ya que tanto por su modestia de medios como por su escasa calidad por momentos parece una producción de serie B. La historia es bastante convencional y está contada con poca imaginación, el guión resulta de lo más previsible que uno pueda imaginar y el desarrollo de los personajes brilla por su ausencia, resultando bastante planos. Las escenas de acción no pasan del aprobado en el mejor de los casos, y la impresión de estar ante un producto de Serie B se ve reforzada por la presencia en el reparto de un actor Taiwanés experto en artes marciales que ejecuta varias exhibiciones de golpes frente a los incautos soldados japoneses, que naturalmente caen como moscas ante los miembros del comando.

Por lo demás, hay poco que comentar. Como en otras producciones australianas, el retrato que se ofrece de los japoneses es bastante negativo, mostrándolos como unos sádicos torturadores sin escrúpulos, lo cual no deja de tener su parte de veracidad histórica, pero sorprende por su tono excesivo. Al menos es de agradecer que, gracias a lo ajustado del metraje (90 minutos), la película no se haga demasiado larga; y también es de reseñar su ausencia de pretensiones más allá de entretener del espectador, cosa que consigue, en mi opinión, solo a medias. En cualquier caso, no deja de ser curioso ver la actuación del jovencísimo Gibson en un papel que se ajustaba al perfil interpretativo de los inicios de su carrera, pese a que el actor no brilla mucho debido a las evidentes limitaciones del guión.

En resumen, “Ataque Fuerza Z” aunque sea una producción de interés marginal, no deja de tener su gracia por aquello de ver a la futura gran estrella australiana en una producción modesta. Un film ideal para desconectar las neuronas en una tarde de laxitud dominical.

Calificación: 4/10

martes, 16 de junio de 2009

Objetivo: Patton (The Brass Target)

Objetivo Patton (1978)

La acción comienza semanas después del fin de la guerra, en 1945. Un tren fuertemente custodiado por tropas norteamericanas que transportaba las reservas de oro alemanas del Reichsbank es asaltado, desapareciendo su cargamento valorado en 250 millones de dólares. Como el robo ha ocurrido en la zona controlada por el ejército del general Patton, este decide supervisar personalmente la investigación para encontrar a los culpables, lo cual hará que estos urdan una conspiración para asesinarle. Paralelamente, el Mayor Joe De Lucca (John Cassavetes) un oficial de inteligencia encargado del caso intentará, con la ayuda de su antigua amante Mara (Sophia Loren), esclarecer los hechos a la vez que proteger la vida del general Patton.

Los años 70 fueron la época del esplendor del thriller de acción y espionaje con trasfondo político, dando lugar a títulos de gran éxito como: “Ha llegado el águila” o “Chacal”. En ese contexto no es de extrañar que el Best Seller de Frederick Nolan titulado “The Algonquin Project”, que especulaba con la posibilidad de que la muerte del general Patton hubiera sido debida en realidad a un complot para acabar con su vida, tuviera igualmente su adaptación para la gran pantalla. Se nota además que los productores quisieron aprovechar el tirón del éxito que había tenido el anterior film sobre el famoso general a principios de la década. Por cierto que, por una vez, el título en español me parece más adecuado que el original, ya que este (Brass Target) podría traducirse como “El objetivo de latón”.

Entrando a valorar el film, la verdad es que, tras un arranque prometedor, la película se desinfla bastante pronto. Dejando de lado lo inverosímil y poco plausible del argumento, lo cierto es que la película flojea en demasiados aspectos, siendo el primero y principal la endeblez de un guión que avanza a trompicones, y que solo sirve para desarrollar torpemente la trama argumental. También es remarcable la floja dirección de que hace gala John Hough, que en ningún momento sabe imprimirle a la historia la dosis necesaria de intriga o suspense. Y pese a que el reparto incluye bastantes actores de primera fila como Max Von Sydow, (en el papel de despiadado asesino a sueldo), Sophia Loren o John Cassavetes, lo cierto es que los interpretes lucen más bien poco en sus respectivos papeles, debido a la mediocridad del guión. Por otra parte, la actuación de George Kennedy como Patton, simplemente está a años luz de la lograda por George C. Scott siete años antes, lo cual no contribuye precisamente a elevar la calidad del film.

Al menos, lo que sí puede decirse es que la historia avanza de manera razonablemente coherente hasta transcurridas tres cuartas partes del metraje. Lo malo es que en ese punto se produce un amago de desenlace que luego, en una pirueta bastante forzada del guión, da otro giro (supuestamente sorprendente) a la trama para terminar esta de manera un tanto brusca. Por salvar algo de la quema, al menos hay que decir que la ambientación de la Europa de la posguerra, las localizaciones (la película se filmó en gran parte en los escenarios reales) y la fotografía son bastante correctas. Pero por lo demás “Objetivo: Patton” resulta un producto fallido, bastante poco creible desde el punto de vista histórico y –lo que es peor, tratándose de una historia basada en un best seller- no del todo entretenido para el espectador. Una película claramente prescindible.

La Crítica de Reisman

Calificación: 3,5/10

martes, 9 de junio de 2009

Los últimos dias de Patton (The last days of Patton)

Los últimos dias de Patton (1986)

La acción comienza en junio de 1945 cuando, una vez terminada la guerra en Europa, Patton es nombrado gobernador militar de Baviera, en el sur de Alemania. Sin embargo su decisión de mantener en sus puestos a los antiguos funcionarios del partido nazi pronto le hará chocar frontalmente con la política de desnazificación de Eisenhower, quien acabará destituyéndolo y poniéndolo al frente del XV ejército, una unidad de oficinistas encargados de escribir la historia oficial de la contienda. Poco después Patton sufrirá un grave accidente de tráfico, y ya en el hospital, el general irá recordando alguno de los pasajes de su vida como joven oficial del ejército en los años anteriores a la guerra.

Dieciséis años después de haber realizado la mejor interpretación de su carrera encarnando el papel protagonista de “Patton”, George C. Scott volvió a meterse en la piel del famoso general norteamericano, en este telefilm que se emitió como miniserie, y que adaptaba el libro homónimo de Ladislas Farago sobre los últimos días del carismático militar. Sin embargo, en esta ocasión el resultado fue mucho menos memorable que el de su anterior interpretación del personaje. En principio, el tema no carecía de interés, pues se trataba de mostrar la otra cara del heroe, la de su adaptación a los tiempos de paz. Pero en esto la película se queda bastante a medias, ya que aunque muestra superficialmente los problemas de Patton con sus superiores, lo hace de manera un tanto superficial, e incluso diría que insustancial, pues pasa de puntillas por los problemas que llevaron a su destitución y marginación del mando para centrarse más en el aspecto personal del general.

A tal efecto, se intercalan en la narración toda una serie de flashbacks sobre la juventud de Patton, pretendidamente profundos pero que en realidad aportan más bien poco a la trama principal, amén de resultar un tanto reiterativos. Personalmente, eché en falta alguna que otra referencia a la actuación de Patton en la II GM, aspecto que no aparece reflejado en el desarrollo de la historia. Por otro lado, ni los diálogos ni las interpretaciones resultan especialmente brillantes, y por momentos el film transmite la impresión de ser un docudrama más que una película. En cuanto a la actuación de George C. Scott, esta resulta correcta, pero está muy lejos de transmitir la fuerza y el magnetismo que supo imprimirle al personaje en la película de 1970, con el inconveniente añadido de que el aspecto físico del actor aparece bastante avejentado respecto a su anterior representación de Patton. Con todo, la película tiene un par de momentos logrados, como cuando Patton le dice comenta a otro militar: “Los políticos de Washington no me quieren, en la guerra les era de utilidad, pero en la paz, me he convertido en un grano en su culo”. También está muy bien reflejada la reconstrucción del accidente que le costaría la vida a Patton.

Pero por lo demás, “Los últimos dias de Patton” se queda en un film simplemente pasable, y que intenta ofrecer una semblanza más personal del personaje histórico, aunque a mi modo de ver, lo hace de una forma muy poco imaginativa. Un título muy por debajo de su predecesor.

La Crítica de Reisman

Calificación: 4/10

martes, 2 de junio de 2009

Eichmann

Eichmann (2007)

La película ofrece una reconstrucción del proceso seguido en Israel, tras su secuestro en Argentina, contra el antiguo oficial de la SS Adolf Eichmann, estrecho colaborador de Heydrich y uno de los máximos responsables de la llamada Solucion Final, al ser el encargado de coordinar los aspectos logísticos y de transporte para las deportaciones masivas de judios a los campos de concentración. Durante sus entrevistas con el oficial israelí Avner Less, Eichmann irá dando su version de los hechos que rodearon su participación en el asesinato de millones de judíos europeos durante la guerra.

La historia de Adolf Eichmann es una de esas historias que hacen reflexionar acerca de la bondad y maldad de alma humana. Eichmann era un hombre común, un auténtico burócrata profesional, que no sobresalía especialmente en ningún sentido. Sin embargo, fue capaz de organizar, desde su puesto en la SS, el transporte de millones de personas hacia la muerte segura en los campos de concentración. En el proceso al que fue sometido en Israel, Eichmann reconoció su participación en los hechos, pero se defendió alegando que se limitaba a “cumplir órdenes” superiores, lo cual, a su modo de ver, justificaba su conducta.

Esta producción británica dirigida por Robert Young, reconstruye los interrogatorios a que fue sometido Eichmann de cara su posterior procesamiento por los crímenes cometidos durante la guerra. Entrando a valorar el film, lo cierto es que la historia arranca bien, mostrando la semblanza humana del personaje, que se aferra a su sentido del deber como escudo frente a las abrumadoras acusaciones que se vertían en su contra. Sin embargo, tras este prometedor arranque la película comienza a flojear en varios sentidos. En primer lugar, se pierde la coherencia del personaje al mostrar, mediante una serie de desafortunados flashbacks llenos de efectismo, la actitud de Eichmann durante la guerra como un frío y sádico nazi, lo cual no casa con el perfil apocado e incluso algo vulgar del personaje real.

Por otra parte, el guión es bastante flojo, y pierde un poco el rumbo al intentar profundizar en los personajes secundarios, especialmente en el del capitán Less, sin que estos aporten nada realmente interesante a la trama. Finalmente, se echa en falta que la película ahonde algo más en la auténtica personalidad de Eichmann, la cual aparece descrita de forma un tanto superficial, cuando lo cierto es que la naturaleza intrínseca del personaje daba para mucho más. En otras palabras, en vez de destacar la “normalidad” de Eichmann dentro de su amoralidad, la película pierde pie al intentar presentar al personaje como un calculador y sádico nazi, capaz de cometer personalmente los más abyectos crímenes.

De entre lo que más puede destacarse de la película, mencionaria la buena interpretación del personaje de Eichmann que ofrece el actor que lo encarna, Thomas Kretschmann, de lejos lo mejor del film, así como una correcta ambientación. Aunque personalmente me sigue gustando más la interpretación del personaje ofrecida por Stanley Tucci en “La Solución Final”.

En definitiva, pese a lo interesante del personaje que retrata y la cuestión de fondo que se plantea, Eichmann no pasa de ser un título discreto, con una factura general más propia de un telefilme. Pero, pese a ello y a que a la película no explota ni de lejos todas las posibilidades que ofrecía la historia, por su trasfondo presenta cierto interés.

Calificación: 5/10